– Como una espina, ya.

– No se ria.

– No me estoy riendo, Maggie. Soy consciente de que para ti es dificil hablar de esto, y tambien se que estas preocupada. Pero no hay pastilla que yo pueda darte para que recuperes la memoria. Lo que si puedo es hacerte una sugerencia…

– ?Que?

– Pues que hagas un trato contigo misma -explico-. Estas preocupada porque sea algo de lo ocurrido en esas veinticuatro horas lo que este causando las pesadillas. Bien. Vuelve, habla con quien estuviste, con todos los posibles testigos, e intenta recomponer lo que ocurrio aquel dia. Puede que eso desencadene tus recuerdos y puede que no. Pero si tras intentarlo no consigues nada, tendras que prometerte a ti misma que lo olvidaras, que dejaras de darle vueltas y que aceptaras que has hecho todo lo posible.

De vuelta a casa, fue pensando en el consejo del doctor Llewellyn y a medio camino de White Ranch, marco el numero de su hermana en el telefono movil.

– Se que debes estar preparando la cena, pero no voy a poder llegar antes de las cinco y necesito hablar contigo. ?Te importa si me paso unos minutos?

– Claro que no me importa, boba. No recuerdo la ultima vez que me pediste algo, porque siempre es al reves. ?Que ocurre, Maggie?

No quiso hablar de ello por telefono y llego a casa de su hermana en cuestion de minutos. Su hermana tenia ya la puerta abierta incluso antes de que parase el coche, y una copa de vino la esperaba sobre la mesa de la cocina. Joanna se ocupo de su abrigo e hizo de mama gallina con ella; la transformacion habia sido sorprendente.

– Es la primera vez que me pides ayuda, hermana, y eso es algo que lleva mucho tiempo molestandome. Quiero decir que eres siempre tu la que me ayuda, y yo la indefensa.

– Joanna! ?Tu no estas indefensa! Lo que ocurre es que has pasado por un momento extremadamente dificil y…

– Si. Y me he regodeado en mi propia miseria. Pero tu siempre has acudido a rescatarme, Mags, incluso cuando eramos pequenas, y a pesar de que la mayor era yo. No soy tan fuerte como tu y nunca lo sere, pero… es que es tan facil dejar que sean los demas quienes se ocupen de una. Igual de facil que convencerse de que quizas eres tan inutil como los demas te hacen creer. ?Quieres un poco mas de vino?

Maggie apenas habia tomado un sorbo de su copa. Habia acudido a casa de su hermana para hablar de su problema, pero aquello le importaba mucho mas. Andy le habia sugerido con mucho tacto que con su actitud podia estar fomentando la indefension de su hermana, pero era facil descartar esa posibilidad como algo que solo les ocurre a los demas, no a ella. Nunca a ella.

– Siempre he querido que supieras que podias contar conmigo. Siempre. Que estaria a tu lado pasara lo que pasase, pero Joanna, nunca he pretendido que te sintieras indefensa y…

– Ya lo se. Lo que pasa es que tienes un corazon tan grande que no te cabe en el pecho, pero tambien se que tenias miedo de que me viniera abajo, ?a que si? -Joanna echo un vistazo a la cazuela que tenia en el horno, se lavo las manos y se volvio hacia su hermana secandoselas en un pano-. ?Sabes una cosa?

– ?Que?

– Pues que podria haber ocurrido. Hace meses que no tomo una sola decision sin consultarte. Tu me has cambiado los fusibles, me has arreglado los grifos, has hablado con los chicos cuando tenian problemas. Incluso has tapado los agujeros de mi cuenta bancaria. Hasta la manana en que me emborrache, fuiste tan comprensiva…, cuando yo me estaba comportando como una completa imbecil. Si te fijas, te he servido una copa de vino a ti, pero para mi no. La cuestion es, ?por que nunca me has mandado a hacer punetas, Maggie?

– Pues porque te quiero.

– Ya se que me quieres. Pero la razon verdadera es que temias que me viniera abajo-dijo pacientemente-. Y cuanto mas me ha tratado todo el mundo como si fuese una fragil figura de porcelana, mas me he llegado yo a creer que podia romperme con facilidad. No estoy segura de poder recuperarme, Mags, pero necesito intentarlo.

– Esta bien. ?Que quieres que haga yo?

– Pues que la proxima vez que te pida ayuda, me digas «buscate tu sola la vida, monada».

– ?Tengo que llamarte monada?

– Pues no, pero es una de esas palabras sexistas que siempre he detestado, asi que supongo que no me vendria mal para espolearme. Y esta es la ultima palabra que decimos sobre mi, en serio. Tu has venido aqui con un problema, y quiero oirlo.

Pero Maggie fue incapaz de hablar durante unos segundos. Era un jarro de agua fria estar intentando ayudar a una hermana y terminar haciendole dano. Andy habia intentado decirselo, pero ella se habia cerrado en banda y no habia querido escuchar.

– Maggie, ?es por Andy? Ya me he dado cuenta de que estas enamorada de el. Nunca has tenido un brillo en la mirada como el que tienes ahora. Y se que piensas que no soy lo que se dice una chica dura, pero si te ha hecho dano, te juro que me va a oir…

– No, no. No es nada de eso.

Maggie tomo la copa de vino y la yacio de un trago. Llevaba semanas preocupandose por esos dichosos recuerdos perdidos, semanas temiendo haber hecho algo terrible, y precisamente el dia que acudia a su hermana a preguntarle que habia ocurrido el dia de Accion de Gracias, de pronto lo sabia todo.

Ver a Joanna moverse por la cocina limpiando la encimera, secandose las manos en un pano le habia traido a la memoria que aquellas eran las mismas cosas que habia hecho en las horas posteriores a la cena de Accion de Gracias. Las dos habian estado en la cocina ocupandose de los platos sucios y los restos. Los chicos habian salido huyendo con la excusa de que tenian planes, Roger se iba a casa de los vecinos a jugar al ordenador con un amigo, y Colin iba a salir, pero nadie sabia adonde.

Maggie no podia comprender por que el recuerdo habia vuelto de golpe y completo, pero de pronto todo estaba alli. Una vez terminaron de fregar, Joanna entro en el bano, y ella aprovecho la ocasion para hablar con Colin. Habia discutido con su madre porque no le habia querido decir adonde pensaba ir, y ella pretendia leerle la cartilla. Si hubiera esperado dos minutos mas, se le habria escapado, porque ya estaba fuera… y alli es donde lo encontro, en el porche trasero, poniendose una cazadora de cuero.

Una preciosa y cara cazadora de cuero. Maggie sabia perfectamente bien que su hermana no tenia dinero para comprar algo asi, y Colin aun menos, pero de todas formas la culpabilidad y la expresion desafiante de su sobrino le revelo la verdad, la habia robado.

– Maggie -insistio Joanna, impaciente-, no me importa cual sea el problema. Puedes contarmelo con toda tranquilidad. Dame la oportunidad de estar a tu lado, ?vale? Sea lo que sea. No importa.

Pero Maggie miro a su hermana y penso que si que iba a importar, porque lo que habia hecho su sobrino estaba mal, pero lo que habia hecho ella, salvar a Colin, proteger a su hermana e intentar arreglarlo todo, era mucho peor.

El bien y el mal siempre habian sido tan claros y distintos como el blanco y el negro para ella, O se tenia etica, o se carecia de ella. Si en un momento dado, se esta decidido a hacer algo que esta mal, algo que va completamente en contra de tu etica, nunca se debe hacer delante de un nino.

Pero ella lo habia hecho.

No solo habia recordado lo ocurrido el dia de Accion de Gracias con claridad meridiana, sino que tambien habia recordado cual era su parte de culpa.

Capitulo 12

Andy detuvo el coche delante de la casa de Maggie alrededor de las siete, e inmediatamente sintio una tremenda desilusion. No habia huella alguna sobre la nieve reciente de la entrada, ni luz en sus ventanas, y el coche aun no estaba.

No es que tuviera razon especifica para contar con que ya estuviera de vuelta de Boulder a aquella hora, y comprendia que le era imposible precisar la hora de su vuelta, pero es que esperaba que estuviera en casa

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