Rory. Y ahora, si no te importa, tengo cosas que hacer.

– ?Puedo ayudarte?

– Solo me queda mirar en la habitacion de Angus. Hay muchas cosas que hay que tirar, pero prefiero hacerlo yo. No quiero que lo haga Marcia.

– Muy bien. Ire contigo.

Susie deberia estar haciendo su equipaje y despidiendose del castillo, pero acabaron los dos en la habitacion de Angus Douglas. Rebuscando entre las cosas de su tio y de Deirdre. Aparentemente, Angus no habia tirado nada en toda su vida.

Con la ropa era muy sencillo. Todo iria a una tienda de segunda mano.

– No se que hacer con esto -dijo Susie, mirando la falda escocesa y el «sporran».

– ?Hay un museo en Dolphin Bay?

– No.

– ?Una biblioteca o algo asi?

– Si…

– Podemos donarlo entonces. Supongo que a la gente del pueblo le gustaria tener esto como recuerdo.

– Si, la verdad es que es una buena idea -suspiro Susie.

Susie, que se iria al dia siguiente. Susie, a quien no volveria a ver nunca seguramente.

Hamish se quedo pensativo un momento.

– No voy a casarme con Marcia.

Ella miro, sorprendida.

– ?Que?

– Que no voy a casarme con Marcia.

– ?Y ella lo sabe?

– Todavia no. Se lo dire esta noche.

– Te agradeceria que lo hicieras cuando yo me haya ido. Me culpara a mi.

– ?Por que?

– Porque soy una mala influencia -intento sonreir Susie-. Te obligo a dejar el ordenador en casa cuando bajamos a la playa.

El asintio con la cabeza.

– Susie, ?tenemos que hacer esto ahora? Puedo hacerlo yo solo manana.

– Angus habria querido que lo hiciera. Deberia haberlo hecho antes, pero me daba pena… Oye, ?tu crees que Marcia se llevara un disgusto?

– No, pero creo que deberia haberselo dicho a ella antes que a ti.

– Si, es verdad. Bueno, olvida que me lo has dicho. Y no se lo digas a ella.

– Queria que tu lo supieras.

Silencio.

– Susie, vete a la cama.

– No. Mira, estas son cartas de Angus y Deirdre.

– ?No pensaras leerlas?

– ?Por que no? No las destruyo, de modo que… quiza queria que las leyesemos -contesto Susie-. Ademas, tu tienes que saber algo sobre tu familia. Mira, esta es de Deirdre. Estaba en la ciudad, comprando…

?Mi amor, tenemos ninos!

Angus, carino, una de las tristezas de nuestro matrimonio es no haber tenido hijos y no poder adoptarlos. Pues bien, yo he encontrado una forma de reemplazarlos. No, cielo mio, no he recogido a unos ninos de la calle, aunque espero que algun dia alguien los deje en nuestra puerta. Pero hoy he encontrado a Eric y a Ernst.

?Que son, dos sabuesos quiza, dos gatos siameses?

No.

Son guerreros. Miden dos metros y son… ?un par de armaduras de epoca! Son preciosas, Angus. Bueno, son una imitacion de las armaduras reales, pero te van a gustar mucho. Parecen dispuestos a luchar, espada en mano. ?A Ernst le falta una pierna! Tendremos que hacerle una nueva, claro. No sabes como me gustan. En cuanto las he visto me he dado cuenta de que estaban destinadas a cuidar de nosotros para siempre.

En fin, carino mio, vuelvo a casa el viernes, asi que esperame en la estacion con el coche. Ire con Eric y Ernst, por supuesto. En la taquilla me han dicho que no es ningun problema porque puedo comprar billetes para ellos e iran sentados conmigo. ?Te puedes creer? Estoy tan contenta… Quiero que los conozcas enseguida. Eric, Ernst, tu y yo, dispuestos a vivir felices para siempre a partir de ahora.

Los dos se quedaron en silencio. Era una carta ridicula.

Hamish intento imaginar a Marcia escribiendo esa carta… imposible.

Susie y Deirdre debian ser almas gemelas.

– ?Por que no pudieron adoptar ninos?

– Deirdre era profundamente sorda. Supongo que en aquella epoca las agencias de adopcion tendrian otras normas… no se.

– Pense que habia sido enfermera durante la guerra.

– Y asi es.

– ?Como podia ser enfermera si era sorda?

– Trabajaba en un hospital de rehabilitacion y supongo que lucho con unas y dientes para conseguir el puesto. Angus me conto que un dia desperto en el hospital y vio su cara… fue amor a primera vista.

– Amor a primera vista -repitio Hamish-. Supongo que tu…

– ?Que?

– Supongo que tu no querrias casarte conmigo.

Ella miro, en silencio.

– ?Acabas de pedirme que me case contigo?

– Si.

– ?Por que?

– Porque sospecho que estoy enamorado de ti.

– Pero estas comprometido con Marcia.

– No voy a casarme con ella, ya te lo he dicho.

– Pero Marcia cree que si.

– Jodie me dijo que estaba cometiendo un error…

– ?Quien es Jodie, otra novia?

– No, no, es mi secretaria. Bueno, mi ex secretaria… pero volvamos a lo nuestro. ?Quieres casarte conmigo, Susie?

– ?Por que sospechas que me quieres?

– Porque no quiero que vuelvas a Estados Unidos. Porque no quiero que estes sola…

– ?Y que harias tu conmigo en Manhattan? ?Y que haria yo?

– Pues… tu podrias trabajar en lo tuyo. Hay muchos jardines en Nueva York.

Ella lo miro, suspirando.

– Quieres casarte conmigo porque te doy pena.

– ?Que? ?Por que dices eso?

– No seas tonto. Si no te diese pena, ?querrias casarte conmigo?

– Claro que si.

Ella inclino a un lado la cabeza.

– Tu no estas enamorado de mi, Hamish. Pero yo si lo estoy de ti.

Se habia enamorado. Se habia enamorado de el. Hamish intento tocarla, pero Susie se aparto.

– No.

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