Cuando se acercaba a las rocas comprobo, con el corazon a punto de salirse de su pecho, que no era un pez muerto. Era una bolita de pelo empapada…
Al principio penso que estaba muerto, ahogado, pero el perrillo movio la cabeza. Y ese movimiento, ese gesto en el que parecia pedirle ayuda, le conmovio de tal modo que, con los ojos llenos de lagrimas, escalo por las rocas sin darse cuenta de que se estaba cortando, sin pensar en nada mas que en recuperar al cachorro.
–
?Que habia pasado?
El aguila seguia dando vueltas sobre su cabeza. Miro a
Hamish sujeto al cachorro contra su pecho y se lanzo al mar para volver a la orilla todo lo rapido que era capaz.
– No te preocupes,
– Dos heridas profundas en un costado y algunos aranazos en el otro -dijo la veterinaria, observando al cachorro.
– ?Cree que puede salvarlo? -pregunto Hamish, angustiado.
– Seguro que si.
Hamish dejo escapar el suspiro de alivio mas grande de su vida. Habria querido salir corriendo, gritarle a todo el mundo que lo habia encontrado. El castillo estaba tan vacio sin el.
– Susie se llevara una alegria.
Claro,
– ?Puedo llevarmelo a casa?
– ?Al castillo? ?Sabe como sujetar una via? Porque tenemos que ponerle suero.
– Si, creo que si.
Hamish salio de la clinica con el perrillo en brazos, sacudiendo la cabeza. Tenia cosas que hacer. Cosas importantes. ?Que avion habria tomado Susie? Con las nuevas reglas internacionales, habia que llegar al aeropuerto con tres horas de antelacion para tomar un vuelo… aun estaba a tiempo. Aun podia llegar a tiempo.
Decidido, se dirigio a la oficina de correos.
– Harriet, tienes que venir conmigo al aeropuerto.
– ?Que?
– Como baron de estas tierras, te necesito.
– ?Eh?
– Nadie mejor que tu entendera que soy un caballero en busca de su dama. Tienes que venir conmigo en el coche y sujetar a
– ?
– Si, lo he encontrado. Pero te contare la historia por el camino. Tenemos que llegar al aeropuerto lo antes posible.
– ?Como que no puedo pasar?
– Lo siento, amigo, pero el perro no puede entrar en el aeropuerto. Son las normas.
– Harriet…
– Tranquilo, yo me quedo con el -sonrio la mujer-. Vamos, corre, ve por ella.
– ?Oiga, no puede pasar! -grito el empleado.
– ?Como que no? Tengo que encontrar a la mujer de mi vida.
– Pero tiene que comprar un billete…
– ?No hay tiempo para eso!
– ?Espere!
Pero Hamish ya habia salido corriendo.
?Para que queria comprar perfume?, se pregunto Susie, mirando distraidamente en el
– ?Se encuentra bien, senorita? -le pregunto alguien.
– ?Eh? Si, si, estoy bien. Gracias.
Entonces oyo gritos en la puerta. Habia un par de guardias de seguridad escoltando a un hombre…
?Hamish!
– Perdone, ?donde lo llevan?
– A la comisaria del aeropuerto. Apartese, senorita.
– No pueden llevarselo. Es mio.
Capitulo 12
– Tienes que volver a casa, Susie. He encontrado a
– Pero no lo entiendo. Que hayas encontrado a
– Susie, llore al encontrarlo. Llore como no habia llorado nunca. Y no podia evitarlo. Lloraba por el, por ti, por mi… Quiero casarme contigo, Susie. Quiero que seamos una familia: Rose,
– Por
– No, por ti. Y por mi. Cuando encontre al cachorro pense que habia encontrado a nuestro perro. A nuestro perro. Pero habia perdido a la persona mas importante en el mundo para mi. Nada me importa mas que tu, ni mi trabajo, que nunca me ha hecho feliz… nada. Y entonces entendi por que llorabas… y por que habias dejado de llorar. Tienes que quererme, Susie. Dime que me quieres.
– Hamish…
– Viviremos en Dolphin Bay… no lo hago para que digas que si sino porque es lo que deseo con todo mi corazon.
Ella trago saliva. ?Podia ser cierto?
– Claro que te quiero -dijo por fin-. ?Como no voy a querer a un hombre que tiene unas rodillas tan bonitas?
– Eres una mujer con muy buen gusto. Hamish se inclino entonces para besarla. La tomo entre sus brazos, intentando no aplastar a Rose, y la beso en los labios con todo el amor del que era capaz.
– ?Quieres casarte conmigo, Susie?
– Si, quiero casarme contigo.
– Viviremos en el castillo, con nuestras calabazas.
– Como en los cuentos de hadas.
– Si, como en los cuentos.
– ?Donde esta
– En la puerta de entrada, lo tiene Harriet. Ven a verlo, mi amor.