– Tess…

– Cuanto antes conozca a la gente de este pueblo, mejor sera para los dos -miro el reloj-. Tengo una hora antes de ir a cuidar a la madre de Louise y tu tienes una hora antes de ir al baile. Vayamos a desatascar dedos gordos.

– Yo…

– ?No me quieres? -puso cara de pena, como a un nino que le quitan un caramelo.

?Porras! No podia trabajar con ella, penso desesperado mirandole la cara y tratando de decidir si reir o llorar. No podia.

Pero tampoco podia decirle que no la queria.

– Venga, entonces -dijo, con voz que indicaba que habia hecho un esfuerzo sobrehumano-. Estupendo. Vayamos a ejercer la medicina. Quizas te haga olvidarte del sexo.

– ?Hala! No estaba pensando en el sexo -bromeo suavemente, con los ojos elevados hacia el llenos de risa. Y luego se puso un poquito seria-. Bueno, por ahora.

Sally seguia atascada en la banera. Cuando llegaron, habia vecinos, dos bomberos, un mecanico y un fornido fontanero cargado de una amenazante caja de herramientas intentando caber en el pequeno cuarto de bano de la granja. Era obvio que Mike era a la ultima persona a la que habian recurrido.

Sally estaba completamente alterada. Estaba desnuda hecha un ovillo en la banera vacia, y sus sollozos eran los de un nino que ya ha perdido las esperanzas. El ruido era ensordecedor.

– Vaciemos la habitacion -sugirio Tess con firmeza mientras Mike se dirigia recto a la nina. ?Por que no habia nadie sujetandola?

– Bien -se acerco Mike a la nina y la sujeto de los hombros-. De acuerdo, Sally. Te sacaremos de aqui pronto, pero primero vamos a hacer que entres en calor.

– Necesitamos a los padres de Sally y al fontanero -dijo Tess bruscamente. Lo que habia sucedido entre ellos pertenecia al pasado. Se habia vuelto a convertir en la doctora entrenada para solucionar situaciones como aquella-. El resto, me gustaria que se quedara fuera hasta que los necesitemos. ?Quien es la madre de Sally?

– No esta aqui -le dijo una rubia con el pelo oxigenado y demasiado maquillaje-. Yo soy Kylie, la tia de Sally. Mi hermana y su marido han salido a comer y no se donde se han ido -echo una mirada agresiva, como si esperase que Tess le dijese que era su culpa.

– Uno de los vecinos se esta ocupando de localizarlos -dijo el fontanero y se dirigio a Mike, que habia cambiado a la chica de posicion para que el dedo no sufriera tanta presion-. Doctor, he estado pensando. La unica forma de sacar ese desague es rompiendo la banera alrededor de el.

– Entonces, eso es lo que habra que hacer -respondio Mike, que estaba practicamente metido en la banera, apretando a la nina contra si-. Esta helada. Necesito mantas y bolsas de agua caliente. Rapido.

– Supuse que eso seria lo que me diria -dijo el fontanero, satisfecho-. Por eso tengo las herramientas listas. Lo hubiera hecho antes, pero la nina estaba muy mal. Creo que lo mejor sera que me meta por debajo de la casa, asi si lo rompo por debajo, no alterare a la nina tanto.

– Hagalo -dijo Mike, sin quitar los ojos de la cara de la ninita. Tenian que sacarla de alli rapidamente porque comenzaba a dar senales de tener un colapso.

– ?Podrias meterte en la banera y abrazarla? -le pidio Tess a Kyle.

A los dos minutos tenian a la malhumorada adolescente en la banera con la nina echada en sus brazos. Al no estar la madre, era lo mejor que podian hacer. Mientras Mike revisaba el dedo, Tess envio a las vecinas a que consiguiesen bolsas de agua caliente y reemplazo la toalla que cubria a la nina con una gran manta esponjosa.

– Ha estado tironeando -dijo Mike suavemente, mirando del hinchado dedo a la cara palida de Sally. Que estuviese silenciosa era mal sintoma. La recomendacion para los medicos era que nunca se preocupasen demasiado por un nino que lloraba. Si un nino estaba silencioso era el problema.

– Creo que podemos administrarle un poco de petidina, doctora Westcott -dijo Mike, y Tessa la busco en el maletin y la preparo.

Se oyo un ruido bajo la casa y voces de hombres. El fontanero y su ayudante. La nina comenzo a sollozar otra vez y Kyle le apoyo la cabeza contra el pelo.

– Tranquila, Sally -le dijo con dulzura-. Tenemos dos doctores y un fontanero enorme que te sacaran el dedo de alli, ya veras. Y despues podras contarlo en la guarderia. Si tenemos suerte, quizas los bomberos te lleven a pasear en el camion.

– Bien hecho -dijo Tess con entusiasmo. Bajo todo ese maquillaje, pendientes y actitud desafiante habia una buena nina. Kyle estaria casi tan asustada como Sally al tener que enfrentarse al problema sola.

Con la ayuda de su tia, la chiquilla se tranquilizo, y unos minutos mas tarde el fontanero logro cortar el cano. El piececillo estaba libre, aunque no el dedo.

– ?Y ahora, que? -pregunto Kyle inquieta, abrazando a Sally con cano y todo.

– La llevaremos al hospital -dijo Mike. El pie se habia hinchado y el dedito estaba totalmente palido. No le gustaba nada su aspecto.

– Quiero ir con mi mama -lloriqueo la nina y hundio el rostro en el pecho de Kyle.

– Si. Tendria que haber averiguado donde iban -murmuro Kyle, a punto de llorar tambien.

Mike le puso la mano en el hombro.

– Te lo tendrian que haber dicho. No te sientas culpable, Kyle. Lo estas haciendo muy bien -dijo Mike y luego miro a Tess, analizando las opciones que tenian-. ?Tienes ganas de hacer una anestesia, doctora Westcott? Bajo mi supervision, por supuesto.

Tess lo miro a los ojos y se mordio el labio. Sabia lo que le estaba pidiendo. Mike le pedia a una doctora sin colegiar que administrase anestesia general a una nina sin el consentimiento de los padres.

Si no lo hacia, la nina perderia el dedo gordo. Y si lo hacia… las implicaciones legales eran incontables.

– No tenemos otra opcion, Tess -dijo Mike, serio-. Se que es mucho pedir, pero yo me hare responsable. Si quieres, te lo pondre por escrito.

– ?Confias en mi?

– Si -dijo el, y era verdad. Tess podia ser todo lo frivola que quisiese, pero Mike estaba seguro de que era una excelente doctora.

– De acuerdo. Hagamoslo -dijo Tessa suavemente-. ?No es fantastico que haya venido de tan lejos?

Mike aplico compresas frias al dedito mientras Hannah aplicaba compresas calientes al metal para lograr la mayor expansion posible. Luego le puso lubricante al dedo, que cuando lo empujo por la punta, salio como un corcho de una botella. Tess levanto la vista de los monitores y vio que recobraba el color casi instantaneamente.

– ?Felicitaciones! -exclamo, y comenzo a invertir la anestesia inmediatamente. No habia razon para mantener a la nina anestesiada ni un segundo mas de lo necesario.

– Felicitaciones a ti tambien -dijo Mike, mirando el otro extremo de la camilla donde Tessa se hallaba controlando cuidadosamente la respiracion de Sally. Mientras masajeaba el dedito, se dio cuenta de que la anestesia no lo habia preocupado en lo mas minimo. Con mirar los cuidadosos preparativos de Tessa fue suficiente para darse cuenta de que ella sabia perfectamente su trabajo.

Era casi increible. De repente tenia una doctora con formacion en anestesia y traumatologia. Si lo hubiese buscado a proposito por toda Australia, no habria encontrado a nadie mas idoneo.

En cuanto ella se colegiase, no habria nada que no pudiesen hacer, penso subitamente, lleno de jubilo. Toda la cirugia menor que hasta ese momento enviaba a otro lado… los accidentes de coche que no podia resolver por su cuenta… las urgencias. Habia perdido pacientes en el pasado porque estaba solo.

Si era verdad que ella se queria quedar…

Ella se queria quedar, pero habia un problema. El compromiso emocional. ?Diablos! La podia tener de socia y mantener las distancias. ?Tenia que hacerlo! No podia pensar con claridad cuando la tenia cerca. Le sucedia en ese mismo momento.

– No hay necesidad de que te quedes -le dijo a Tess con brusquedad. Sonaba tenso y enfadado, no como se tendria que sentir despues de haber realizado una operacion con exito-. Si tienes que cuidar a la madre de

Вы читаете Por un juramento
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату