– ?Que vas a comprar?
– Licor irlandes, helado de Tia Maria y un paquete gigante de Tim Tams -le dijo-. Eso hara que olvidemos a los hombres. Ya veras.
Molly abrio un ojo y lo cerro de nuevo. «Ha sido un error», penso, «no tenia que haberlo hecho».
– ?Molly? -era Sam. Estaba inclinado sobre ella, abriendole un parpado-. ?Estas ahi?
– No -contesto ella, y se rio.
– Si que estas. Angela estaba dormida en el salon. Tambien me dijo que no estaba alli, pero si que estaba. Y no habeis fregado los platos. Hay un carton de helado vacio, y creo que no es justo porque yo no he tomado nada, pero no os terminasteis los Tim Tams, asi que me he comido siete para desayunar. Y ahora, vamos a llegar tarde.
«Oh, cielos», Molly miro el reloj’. «?Que tarde! Sam deberia estar en el colegio».
Pero era la primera vez que se levantaba tarde en los seis meses que llevaba cuidando de el. Quiza no era para tanto. Miro a su sobrino y le dijo:
– Sam, ?tu crees que podrias estudiar mucho y llegar a ser neurocirujano aunque yo declare esta manana como dia festivo?
Sam se quedo pensativo y sonrio.
– ?Y por que es dia festivo? -pregunto.
– Es el Dia Internacional de la Rana -improviso Molly, y la risa del pequeno invadio la habitacion.
– Que tonta.
– Si, y tambien corro el riesgo de que me despidan. Aunque haya hecho la mejor venta del mundo -se sento y se froto los ojos-. Lo siento, bonito. ?Llevas mucho tiempo levantado?
– El senor Baird me desperto.
– ?El senor Baird?
– Llamaron al timbre y fui a abrir -le dijo-. Esta aqui, y ha traido una casa para las ranas. En piezas. Tenemos que montarla. Esta en el salon. Angela estaba alli, pero cuando hice pasar al senor Baird, dijo: ?Corcholis! Y se fue a mi habitacion. Esta en mi cama, tapada con las mantas hasta la cabeza. ?Crees que el senor Baird me dara otra clase de natacion?
– Lo dudo -la tentacion de irse con Angela era muy fuerte-. Um… el senor Baird, ?esta aqui todavia?
– Claro que si. Con su regalo. Las patas de la casita para ranas estan en el suelo del salon y yo lo he ayudado a leer las instrucciones. Queremos saber donde podemos ponerla, porque el senor Baird dice que una vez montada es mas dificil moverla. Asi que me dijo que era mejor que te despertara, aunque tuvieras resaca -miro a su tia fijamente-. Eso es lo que dijo. ?Tienes resaca?
– No. ?Si! -Molly miraba a su sobrino como si fuera un bicho raro-. ?Esta ahi fuera?
– Si.
– Dile que se marche.
– Dimelo tu -Molly descubrio que Jackson estaba en la puerta con una amplia sonrisa-. ?Pero no se por que quieres que me vaya?
– ?Que estas haciendo aqui?
– Esa no es una manera educada de saludar a un invitado. Y menos a un invitado que ha traido un regalo.
– ?Que regalo?
– Ya te lo he dicho. Ha traido una casa para las ranas -le explico Sam-. Es un estanque enorme, pero no vamos a llenarlo de agua hasta arriba. Tiene una cascada, y rocas para que las ranas se tumben. Pero no podemos ponerle las patas. Guy dice que parece que estemos construyendo el Taj Mahal.
– ?Guy?
?Que diablos hace aqui el novio de Angela?»
– Hola -Guy la saludo desde detras de Jackson, y Molly se quedo boquiabierta.
– Guy…
– Ese soy yo -el hombre esbozo una sonrisa.
– ?Angela sabe que estas aqui?
– Si, pero se ha encerrado en la habitacion -le dijo-. Esta enfadada conmigo porque no quiero ponerme zapatos blancos. Zapatos blancos, por favor. Entonces, cuando me puse a hablarle de la boda y le dije que mis hermanas tenian que ser las damas de honor, comenzo a decir no se que de fugarse. No entendi ni una palabra. Se fue, y llevo buscandola todo el fin de semana. Sam dice que esta aqui, pero que no quiere hablar conmigo. Molly, ?por que ha dejado el anillo de compromiso sobre la mesa del salon y no lo lleva puesto?
Aquello era demasiado para Molly.
– No lo se. Marchaos. Todos -estaba cubierta con la sabana y el albornoz estaba demasiado lejos para ponerselo.
– Hemos tenido una buena noche, ?no? -pregunto Jackson.
– Sobre todo tu -espeto ella-. Fuera de mi habitacion. ?Ahora mismo!
– No nos quiere -Jackson agarro a Sam por el hombro, y Molly sintio que le daba un vuelco el corazon- Sam, nos estan rechazando.
– Al menos, ella no se ha quitado tu anillo -le dijo Guy apesadumbrado, y Jackson asintio.
– Eso si. Supongo que podia haber sido peor. Molly, ?donde quieres que pongamos la casita para las ranas?
– ?No quiero una casa para ranas! -grito Molly.
– ?Mol1y! -exclamo Sam asombrado.
– Claro que la quieres -dijo Jackson-. No puedes seguir utilizando el suelo del bano. Un dia vais a pisar alguna. O… -sus ojos brillaban con diversion-. Puede que se metan en el vater. ?Has pensado en eso? Seria una catastrofe medioambiental si llegaran a las alcantarillas.
«Si al menos dejara de reirse». Molly apreto los dientes.
– Largate o gritare.
– ?Por que vas a gritar? -pregunto Sam. Molly estaba muy enojada. ?Como iba a salir de aquella situacion?
Pero Jackson cedio. Riendose, agarro la mano de Sam y lo saco de la habitacion. Empujo a Guy para que hiciera lo mismo.
– Esperaremos en el salon mientras te preparas para recibir a la visita -le dijo-. Entretanto, Sam… a menos que quieras ver como tu tia sufre un ataque, algo que puede ser un poco arriesgado, te aconsejo que nos larguemos.
– ?Largarnos?
– Deja que tu tia Molly se recupere.
– ?Angie? -no hubo respuesta- ?Angela! -Molly se habia puesto el albornoz y peinado el cabello. Estaba un poco mas respetable, pero necesitaba apoyo para entrar en el salon. La cena de la noche anterior habia sido idea de Angela, asi que ella tenia que ayudarla a enfrentarse a las consecuencias-. ?Angie! -intento abrir la puerta de la habitacion y vio que estaba cerrada con pestillo-. Sal de ahi. Me niego a enfrentarme a esto yo sola -metio una horquilla en el agujero del pomo y abrio la puerta.
Pero Angela no estaba dentro. Solo habia una cama vacia y una ventana abierta.
Molly se asomo por la ventana, a tiempo de ver a su amiga corriendo calle abajo. Llevaba la misma minifalda de la noche anterior e iba abrochandose la blusa por el camino.
– ?No me hagas esto! -le grito a Angela. En ese momento, un taxi se detuvo junto a Angela y esta se subio deprisa. Su amiga la habia abandonado sin mirar atras-. Oh, Angela, ?traidora!
Entonces, se dirigio a la puerta del salon.
Socorro.
No tenia eleccion. Tendria que enfrentarse a la situacion. Sola.
Le resultaba mas facil centrarse en Guy que pensar en Jackson. Jackson y Sam estaban mirando el plano de construccion, pero Guy estaba de pie, junto a la mesa de cafe, mirando el anillo de compromiso como si fuera el fin del mundo.
– Diablos -agarro el anillo y lo miro. Despues, le pregunto a Molly-. ?Angie esta todavia ahi?
