tristeza, que todo seria muy facil. Podria acostarse con el alli mismo, en aquella casa vacia, y podrian estar juntos. Y despues ?que?
Se le llenaron los ojos de lagrimas. Se aparto de el y se dirigio apresuradamente hacia la puerta.
Matt la alcanzo cuando estaba saliendo y la tomo del brazo.
– ?Por que estas huyendo? -le pregunto.
Ella tuvo que esforzarse por no llorar.
– No puedo hablar de ello. Lo siento. Deja que me vaya.
– Jesse, no. Habla conmigo. Dime lo que esta pasando.
Ella lo miro. Quiza lo mejor fuera decir la verdad.
– Tienes razon -murmuro-. Eres algo mas que un proyecto. No queria que pasara esto, solo queria mejorar algo, ?sabes? Hacer algo bien. Te vi y me di cuenta de que eras estupendo. Y despues, cuando empezamos a quedar, me di cuenta de que eras incluso mejor de lo que pensaba.
– Tu me adoras, y a mi me gusta que me adoren. ?Que tiene de malo?
Pese a todo, ella se echo a reir.
– No eres tu. Matt. Soy yo. No soy quien tu crees.
– Ya lo has dicho antes, y no es cierto. Te conozco.
– No. Tu conoces a la persona que yo te he dejado ver, pero no soy esa. Siempre he sido un desastre. Mi hermana dice que soy una inutil profesional, y tiene razon. Comence a beber cuando tenia doce anos. Me meti en las drogas cuando tenia trece. Me aburri cuando tenia catorce, porque entonces descubri a los chicos.
Jesse camino hacia la ventana, porque mirar los arboles era mucho mejor que mirarlo a el y ver como se reflejaba la desilusion en sus ojos.
– Muy pronto aprendi que ser una chica facil tambien era un modo de ser popular en el instituto. Tambien me gustaba el sexo en si mismo. Sobre todo, estar cerca de alguien, sentir que importaba, aunque solo fuera durante unos minutos. Fui la chica facil durante todo el instituto. Nicole se entero y me llevo al medico para que me dieran la pildora y no me quedara embarazada. Tuve suerte, porque no me contagiaron ninguna enfermedad. Pero hubo chicos, Matt. Muchos. De algunos ni siquiera me acuerdo.
– ?Esos chicos que llaman?
– Me acuesto con ellos. Con todos -contuvo las lagrimas y siguio-: Pero entonces te conoci, y me di cuenta de que eras genial, y de repente queria mas. Queria ser distinta para poder gustarte. Tu puedes estar con alguien mucho mejor que yo. Yo estoy a la deriva, sin rumbo; vivo con mi hermana y no se como encarar el futuro. Tu no necesitas eso. Necesitas a alguien tan centrado y estupendo como tu.
Ya lo habia dicho. Todo, o casi todo.
– ?Has terminado con los otros tipos?
Ella bajo la cabeza.
– Si. Ya no quiero ser esa persona. Quiero… muchas otras cosas.
Entonces el la abrazo. Jesse mantuvo los brazos cruzados en una posicion de defensa, pero Matt siguio abrazandola.
– ?Es que no sabes que nada de eso tiene importancia?
Ella lo miro.
– No lo dices en serio.
– Claro que si. Jesse, tu pasado no cambia nada. Tu eres la persona con la que quiero estar, por como eres ahora.
Matt estaba poniendo las cosas demasiado faciles.
– Quiero creerte -susurro Jesse.
– Entonces intentalo. Date tiempo. Yo no voy a fallarte -dijo el, y despues sonrio con reticencia-. Y no te voy a presionar sexualmente. Aunque quiera hacerlo.
Ella sonrio.
– Si hay alguien que tiene que contenerse, soy yo.
– No me asustas.
?Como era posible?
– Yo estropeo las cosas. Destruyo las relaciones importantes.
– No, claro que no.
– Matt, tienes que escucharme.
– Jesse, ?quieres salir conmigo? ?Quieres estar conmigo?
– Si.
– Entonces hazlo. El resto funcionara por si solo. Yo puedo enfrentarme a todo lo que me propongas. ?Lo crees?
– Quiero creerlo -dijo ella.
– Pues confia un poco en mi. No te voy a fallar, te lo prometo, pase lo que pase. Solo quiero que me des la oportunidad de demostrartelo.
Ella asintio, porque no tenia otra eleccion. Alejarse de el le resultaba imposible de imaginar. Quiza Matt tuviera razon, quiza pudiera confiar en el. ?No seria un milagro?
Capitulo Ocho
Presente…
Matt habia crecido en apartamentos pequenos. El sueldo de higienista dental de su madre no daba para mas. Sin embargo, aunque habian tenido dificultades economicas, el nunca lo habia acusado. Su madre siempre se las arreglaba para convertir los momentos sencillos en algo especial, y siempre habia encontrado dinero para las cosas importantes.
El le habia compensado con creces aquellos esfuerzos cuando le habian concedido la licencia sobre la modificacion del juego. Se habian mudado a una casa bonita en Woodinville, y ya no habian vuelto a tener problemas de dinero. Habia comprado la casa al contado, porque queria hacer aquello por su madre, porque ella era su unica familia. Porque era lo que tenia que hacer.
En aquel momento, mientras estaba frente a la casa, penso que si tuviera que hacerlo otra vez, quiza no fuera tan generoso. Apenas habia hablado con su madre durante los ultimos cinco anos. Le pedia a Diane que le enviara unas flores por su cumpleanos y un regalo en Navidad, nada mas. Porque nunca le habia perdonado que le contara lo de Jesse y Drew.
No, no el hecho de que se lo contara. El hecho de que se sintiera feliz por aquella noticia.
Cuando Jesse le habia telefoneado para sugerirle que fuera a pasar un rato con su hijo, el habia accedido. No porque tuviera muchos deseos de conocerlo, sino porque era ventajoso para su plan. Lo que mas le molestaba era la manera en que ella ordenaba. No por mucho tiempo, penso. Pronto, el tendria las riendas de la situacion.
Recordarselo una y otra vez lo ayudaba con la ira que seguia aumentando en su interior. Lo habia estropeado en la cena, y lo sabia. Besar a Jesse habia sido un error. Habia reaccionado con fuerza y con deseo ante aquel beso. Despues de tanto tiempo, ?como era posible?
El sabia que aquella pasion instantanea siempre habia formado parte de su relacion con ella, y parecia que el tiempo no lo habia cambiado.
Recorrio el camino hasta la puerta y toco el timbre mientras intentaba borrar de su mente todos los recuerdos de su vida alli. La puerta se abrio inmediatamente, como si su madre lo hubiera estado esperando.
Paula se quedo en el vano, mirandolo con una expresion de esperanza y dolor. Sonreia, pero tenia lagrimas en los ojos.
– Oh, Matthew -susurro-. Te he echado de menos.
Aquellas palabras lo sorprendieron, como su vulnerabilidad.
– Pasa, pasa -le dijo ella-. ?Como estas? Tienes muy buen aspecto. Gabe esta muy contento por tu visita. Lleva hablando de eso desde que se ha levantado. Es un nino muy feliz. Se despierta entusiasmado por el nuevo dia.
Se oyo el sonido de unos pasos y Gabe aparecio derrapando por la esquina del pasillo, se detuvo en seco y se