– Bueno, no vas a tener «demasiadas» relaciones sexuales -dijo entonces, intentando que su voz sonara normal-. Necesitas tu propio apartamento.

El la miro.

– ?Estas bien?

– Perfectamente.

– Solo estaba bromeando. No me he acostado con ninguna de esas chicas.

Gracias a Dios, se dijo Jesse.

– No tendria nada de malo que lo hubieras hecho. Tu eres soltero, ellas son solteras. Asi es como se supone que deben ser las cosas.

Matt la observo con atencion, como si estuviera buscando algo. Ella noto que las mejillas le ardian de humillacion, y agacho la cabeza para ocultarlo. No queria que Matt supiera que sentia algo por el. Cabia la posibilidad de que sintiera pena por ella, y eso seria lo peor de todo.

– Soy un tio -dijo el-. No me gusta ir de compras. Elegir un apartamento es como ir de compras a gran escala. Ven conmigo. Eso facilitara las cosas.

Quiza a el, penso Jesse. Sin embargo, no iba a decir que no. Queria estar con el, fingir que, claro, todo podia salir bien.

– Solo tienes que decirme cuando.

– Puedes gastar mas que esto -murmuro Jesse mientras recorrian la casa de tres pisos de Redmond, que estaba vacia-. Algo cerca del mar. Con vistas.

– Es demasiado grande -le dijo Matt, haciendo caso omiso de su comentario acerca del dinero-. Tres habitaciones. ?Para que necesito tres habitaciones?

– Una para ti, otra para el despacho, otra para invitados.

– No tengo invitados.

Buena observacion. Porque las mujeres que fueran a aquella casa pasarian la noche en su cama.

– Entonces usa la tercera habitacion para tus aparatos electronicos.

A el le brillaron los ojos.

– ?Si?

– ?Los tios sois tan simples! -exclamo ella-. Si. Llenala de aparatos electronicos. Haz que vibren las paredes. Pero si vas a hacerlo, usa el dormitorio de la tercera planta, para no tener ninguna pared comun y no molestar a los vecinos.

– Bien pensado.

Siguieron por la cocina, que era grande y brillante.

– Los muebles son bonitos -dijo Jesse, y senalo la encimera de acero inoxidable-. Y tiene hornos dobles. Eso es importante.

Matt la observo.

– ?Para todas esas cenas de cinco platos que voy a cocinar?

– Podria suceder.

Volvieron al dormitorio principal.

– Bonita ducha -dijo Jesse mirando la mampara sin marcos-. Suficientemente grande para dos.

– Lo he oido -dijo la agente inmobiliaria mientras entraba en la habitacion-. Sois una pareja encantadora. Bueno, he venido a deciros que tengo que irme -anadio mirando su reloj-. Tengo otra cita, asi que debo darme prisa. Si quereis mirar un poco mas, quedaos tranquilamente. Solo teneis que cerrar bien la puerta cuando os marcheis.

Matt nego con la cabeza.

– Ya he visto suficiente. Elegire algo esta tarde, y despues podemos reunimos y rellenar los papeles.

– Estupendo. Teneis mi numero de movil. Estare disponible despues de las cuatro.

Se despidio y se marcho.

Jesse miro a Matt.

– ?Lo has dicho en serio? ?Vas a comprar una casa?

– Probablemente esta. Tiene todo lo que necesito, asi que ?por que no?

– Pero antes no querias tomar esa decision…

– No queria hacer un cambio -corrigio el-. Tenias razon en eso, de todos modos: ya es hora de que viva solo. Lo mas facil era quedarme con mi madre. A ella no le va a gustar que me vaya, pero lo superara.

– Vaya. Estupendo. Creo que esta es la mejor de todas, pero debes decidirlo tu. Imaginate lo mucho que te vas a divertir eligiendo los muebles -dijo Jesse, y salio del dormitorio-. El salon es precioso, con el techo abovedado. Y puedes volverte loco con la habitacion de musica.

Se volvio, y se dio cuenta de que el la estaba mirando fijamente.

– ?Matt?

– No me habia dado cuenta hasta ahora -dijo el.

– ?De que?

– De que, en algun momento, me he convertido en algo mas que en un proyecto para ti. ?Cuando cambio?

Ella se quedo paralizada, sin respiracion. Alli estaba lo que habia querido evitar, aquel momento de humillacion total. Porque el ya no era un pobre bicho raro que necesitara su ayuda. Era masculino y capaz, y alguien por quien se sentia muy atraida. Matt podia aplastarla emocionalmente como si fuera un insecto.

– No se de que estas hablando. Bueno, tengo que irme porque se ha hecho tarde.

Habia un inconveniente: que habian ido en el mismo coche. Demonios.

– Jesse.

El modo de pronunciar su nombre hizo que ella se estremeciera.

– ?Que?

– No has respondido a mi pregunta.

– No puedo.

– ?Por que?

– Porque estoy asustada.

Ahi estaba. La verdad. Toda la verdad, dejandola expuesta. ?Y si el se echaba a reir? ?Y si le decia que agradecia sus sentimientos, pero que seria mejor que solo fueran amigos? ?Y si…?

Entonces Matt se acerco a ella de dos zancadas y la beso.

Fue un beso suave, como si estuviera dandole la oportunidad de que se acostumbrara a estar cerca de el. Ella alzo los brazos, pero volvio a bajarlos. Por primera vez en su vida, no sabia como responder.

El ladeo ligeramente la cabeza, pero no profundizo en el beso. Pasaron los segundos, y ella se vio embargada por el miedo y el deseo. Finalmente no pudo soportarlo mas y se aparto.

– No puedo -susurro-. No puedo hacer esto.

– ?Por que no?

– Porque no soy lo que tu piensas. No soy nadie con quien tu quieras estar.

– Eres exactamente la persona con la que quiero estar -replico el-. Lista, divertida y buena. Y tambien muy sexy.

– Lo que pasa es que estas agradecido porque te he ayudado a ver tu potencial.

– Estoy mucho mas que agradecido -dijo el, y volvio a besarla-. Eres preciosa -murmuro entre besos-. Eso es lo que recuerdo de la primera vez que nos vimos. El sol en tu pelo, y como tu sonrisa me llego directamente a las entranas. Fue el mejor y el peor momento de mi vida. El mejor porque te conoci, y el peor por lo que habias visto.

– Matt, yo nunca pense nada malo de ti -dijo Jesse, que apenas podia hablar. Estaba ardiendo en todos los lugares que el rozaba, y en otros que el no rozaba.

– Lo se. Para mi fue increible. Viste mas alla de las apariencias. Y cada vez que salgo con una chica, lo unico que pienso es que me gustaria estar contigo.

Entonces volvio a besarla, con dureza, con ardor. Ella separo los labios porque no tenia otra eleccion. Lo acogio en su boca, dejo que sus lenguas se tocaran, sintio como se le hinchaban los senos.

Se apretaron el uno contra el otro, todo el cuerpo. El ya estaba excitado, y Jesse penso de repente, con

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