a su hombro, y le rozo el brazo desnudo. De nuevo, delicioso, pero no propio de Matt. Incluso su forma de besar era distinta. Era mas perfecta, mas estudiada. Era un hombre que sabia excitar a una mujer en cuestion de segundos.

Ella no le habia ensenado eso.

Se echo hacia atras, diciendose que no tenia importancia. Que habia pasado mucho tiempo, y que por supuesto, el habia estado con otras mujeres. Sin embargo, le habia dolido tener la prueba de que Matt habia continuado con su vida.

– ?Jesse?

Ella forzo una sonrisa.

– Impresionante. Sabes lo que es una buena seduccion.

– Siempre me ha gustado besarte.

– Pero ahora lo haces de una manera diferente.

– He practicado.

– Ya lo veo.

Habia algo en su tono de voz, penso Matt. ?Resentimiento?, ?dolor? El habia hecho todo lo posible por encandilarla durante la cena, siguiendo su plan, y en aquel momento se recordo que tenia un objetivo. Sin embargo, estaba enfadado.

– ?Es que pensabas que iba a vivir como un monje despues de que te fueras? -le pregunto.

– No. Esperaba que utilizaras todo lo que te ensene con otra persona.

Estaba herida y enfadada, penso el. Bienvenida al club.

– Entonces no te sientas decepcionada -dijo-. He recogido todas tus ensenanzas y les he dado buen uso -al ver que ella se estremecia, Matt anadio-: Vamos, Jesse. No creo que tu hayas llevado una vida solitaria. Habras estado con muchos tipos. Ese era tu estilo.

Ella dio un paso atras.

– Ya te he dicho que no he tenido tiempo. No sabes lo que es ser madre soltera.

– En eso tienes razon -dijo Matt. Por culpa suya, no sabia nada de lo que era ser padre-. ?Y el tio Bill? A Gabe le cae muy bien.

– Es un amigo.

– Claro.

Ella le clavo una mirada fulminante.

– ?Por que me juzgas? Te he dicho la verdad.

– Es dificil de creer. Han pasado cinco anos, es mucho tiempo sin sexo. Y antes de que tu y yo empezaramos a salir, siempre estabas con uno u otro. No, espera. Estuviste con un tipo incluso mientras saliamos juntos.

– Sabes que eso no es cierto -replico Jesse-, pero, por favor, no permitas que la verdad se interponga en el camino de tu ira. Si yo fui ligera de cascos una vez, nunca podre dejar de serlo, ?verdad? Creo que me dijiste algo por el estilo cuando creiste que me habia acostado con Drew. Yo no habia hecho nada malo. Un dia lo sabras con seguridad, Matt. Y cuando lo sepas, tendras que admitir que yo te queria, que fui fiel y que cuando te dije que iba a tener un hijo tuyo, tu me echaste. No estabas interesado, y no pudiste pensar ni por un segundo que cabia la posibilidad de que el nino fuera tuyo.

El entorno los ojos.

– No es que tu intentaras convencerme -le recordo el-. Sabias lo que le habia dicho Nicole a mi madre, y que despues mi madre me lo habia dicho a mi. ?Por que iba a pensar yo que tu hermana habia mentido? ?Por que no iba a creerla?

– Porque me querias -le grito Jesse-. Porque sabias que yo te queria. Tendrias que haberme escuchado.

– No fuiste muy convincente. Sabias que yo estaba destrozado, y de todos modos te marchaste.

– Me fui a Spokane, Matt. Esta a menos de seiscientos kilometros de aqui. Si te hubiera importado de verdad, habrias ido a buscarme. Habrias averiguado la verdad. Sin embargo, ni siquiera te molestaste -dijo Jesse. Abrio la puerta del coche y tiro el bolso al asiento-. Pues voy a decirte una cosa: si quieres tener alguna relacion con tu hijo, vas a tener que tratar conmigo. Eso significa que tendras que aceptar el pasado y aceptar que, pese a mis defectos, no te menti.

Entro en el coche y cerro de golpe. El retrocedio y vio su coche alejarse.

Jesse pensaba que el seguia siendo el chico ingenuo a quien habia enganado cinco anos atras, pero se equivocaba. Iba a conseguir que se enamorara de el y despues iba a dejarla. Entonces si podria aceptar el pasado, y nunca volveria a mirar atras.

Jesse entro en la pasteleria un poco antes de las seis de la manana. Era su primer dia de trabajo y no queria llegar tarde. Si las cosas salian bien y sustituia de verdad a Nicole, pronto tendria que ir al obrador mucho antes. Sid y Phil comenzaban a las tres de la madrugada, y ella deberia estar alli a las cuatro y media.

Anos atras siempre se habia quejado de aquel horario, pero ahora ya no le importaba. Podria salir al mediodia y pasar toda la tarde con Gabe.

Entro por la puerta trasera del edificio, la del obrador. Los sonidos y los olores eran familiares: el aroma de la masa reposando y del azucar y de la canela que impregnaban el aire. Oyo los mezcladores y el zumbido de los hornos, una radio y una conversacion. Se dirigio hacia lo ultimo.

Encontro a Sid junto a la cuba del mezclador mas grande de todos. Estaba un poco mas mayor, un poco mas gordo. Iba vestido de blanco de pies a cabeza, y al ver su ceno fruncido habitual, Jesse sonrio.

– Buenos dias -dijo en voz alta.

El se volvio. El gesto cenudo desaparecio, y en su lugar aparecio una sonrisa.

– ?Jess! Has vuelto. Nicole me dijo que ibas a venir a trabajar al obrador, pero no sabia que empezabas hoy. ?Que tal estas, hija?

Ella se acerco y Sid la abrazo con fuerza, estrechandola hasta que le hizo dano en las costillas, pero Jesse no se quejo. Aquella bienvenida la hacia sentirse bien.

– Estoy muy bien. Sid. ?Y tu?

– Cada vez mas viejo, cada vez mas viejo. Y muy ocupado. Bueno, ?y que es eso que he oido de que vas a hacer brownies?

– Llevo un tiempo trabajando en la receta -explico mientras el la soltaba-. Son muy buenos.

– Mmm…, ya te dire lo que me parecen. Una cosa es cocinar en tu cocina, y otra hacer hornadas lo suficientemente grandes como para venderlas. ?Has pensado en todo eso, nina?

– Lo vamos a averiguar.

No le importaba que Sid quisiera que demostrara lo que estaba diciendo. El siempre habia sido justo con ella. Si le gustaban los brownies, se lo diria.

Sid le presento a los nuevos empleados. Todos parecian agradables.

– ?Donde esta Phil? -pregunto ella.

– En Florida. A su mujer y a el les tocaron dos millones de euros a la loteria, y se marcharon a vivir bajo el sol. Que suerte…

Continuo hablando sobre Phil y su buena fortuna. Jesse aprovecho para echar un vistazo a su alrededor.

El equipo estaba exactamente igual a como ella lo recordaba. Las viejas maquinas estaban en el mismo sitio. Todo necesitaba una puesta al dia. Ella habia estado investigando mucho y sabia que podian comprar hornos mas pequenos con mas eficiencia energetica, que trabajaban mas rapidamente. Y lo mismo ocurria con los mezcladores. Sin embargo, no iba a mencionarle nada de aquello a Nicole. Su hermana no tendria interes en sus ideas. Al menos, durante un tiempo.

– Voy a tener que demostrar lo que valgo -murmuro Jesse-. Y lo voy a hacer.

Sid la miro.

– ?Hablando sola? Eso es nuevo.

Ella se echo a reir.

– Algunas veces, soy la unica adulta que hay en la habitacion. Intento acordarme de no gorgojear en publico.

– Me he enterado de que tienes un nino.

– Si. Gabe. Es estupendo.

– ?Y lo vas a traer a conocer a su tio Sid?

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