Jesse penso en que su hermana seguia empenada en pensar lo peor de ella.
– Estamos haciendo progresos.
– ?Todavia estas en casa de mi madre?
– Si. Se esta portando maravillosamente. A Gabe le parece fabulosa, y ella siempre quiere estar con el. Juegan, ven peliculas y van a pasear. Me siento un poco culpable por tener tanto tiempo libre. Esta siendo muy agradable.
La expresion de Matt era ilegible. Ella titubeo, y despues siguio hablando.
– Ha cambiado. Antes no queria tener nada que ver conmigo, pero ahora es distinta. Mas abierta. Quiere tener una relacion de familia conmigo y con Gabe -dijo. Tomo su copa de agua, pero no bebio-. Te echa de menos.
En aquel momento el camarero se acerco a la mesa, y Jesse suspiro por lo inoportuno de su aparicion. Matt y ella pidieron la cena. Cuando estuvieron a solas de nuevo, ella pregunto:
– ?Que ocurrio entre vosotros? Antes estabais muy unidos.
El se quedo mirandola un largo instante.
– Nunca le perdone que me contara lo tuyo con Drew.
Su voz sono grave y neutra. Pese a que era inocente, Jesse se ruborizo y se sintio humillada.
– Nunca se lo perdone -repitio el, y se corrigio-. No el hecho de que me lo contara, sino que aquello la hiciera tan feliz.
– Ahora lo siente. Te echa de menos.
– ?Te pones de su parte? -pregunto el con sorpresa.
– Si. Ya te he dicho que ha cambiado. Es muy buena con Gabe y conmigo. Ojala nos hubieramos hecho amigas hace cinco anos. Te teniamos a ti en comun.
– Le estas concediendo demasiado merito.
– No. Todos cometemos errores.
– ?Incluyendote a ti?
– Mi lista de errores es larga e impresionante, pero no incluye el de acostarme con Drew.
– Jesse… -comenzo el.
– No, Matt. Tengo que decirlo. Tengo que explicarme -insistio ella.
Por segunda vez aquel dia, conto la historia de aquella noche horrible, aunque omitio el detalle de que habia encontrado el anillo de compromiso y le dijo que estaba enamorada de el y que temia estropearlo todo.
– No me acoste con el -concluyo-, no queria hacerlo. El se equivocaba respecto a mi. Tu eras el unico a quien queria. Se que te has pasado estos cinco anos pensando lo peor de mi -le dijo-, se que va a hacer falta tiempo para que puedas plantearte que quiza hay otra explicacion de lo que ocurrio. ?Podrias estar, al menos, abierto a esa posibilidad?
– Puedo intentarlo.
– Bueno.
El tomo su copa de vino.
– Por los comienzos.
Ella brindo con Matt, con la esperanza de que aquel comienzo fuera posible de verdad.
Comieron su ensalada y charlaron de lo mucho que habia cambiado Seattle. Cuando llego el plato principal, ella le pregunto por su empresa.
– ?Cuando te estableciste por tu cuenta?
– Hace cuatro anos. Tuve algunas ideas que no encajaban con lo que hacia en Microsoft. Con el dinero de la licencia de los juegos, pude montar mi nueva empresa sin necesidad de pedir financiacion a un banco.
– Y quedarle con todos los beneficios.
– ?Como sabes que hay beneficios?
– He visto tu casa.
– Si, he tenido suerte.
Mas que eso, penso Jesse.
– Ahora eres el jefe. ?Que se siente?
– Me gusta -admitio el-. Tener empleados significa que puedo concentrarme en lo que quiero hacer. Ellos se ocupan de los detalles -dijo, y corto un pedazo de pollo-. Te caeria muy bien mi secretaria, Diane. Dice lo que piensa, y se empena en manejar mi vida.
– Me sorprende que se lo permitas.
– No se lo permito, pero ella lo intenta.
– Entonces debe de ser muy buena en su trabajo.
– Si.
A Jesse le gusto la idea de que Matt tuviera una secretaria, pero no sabia por que. ?Lo hacia mas accesible?, ?mas parecido al hombre que ella recordaba?
– ?Vas a creerme alguna vez? -le pregunto-. ?Se va a arreglar esta situacion?
El la miro durante un momento, antes de tomarle la mano por encima de la mesa.
– Yo quiero que se arregle -le dijo.
Y, por el momento, eso era suficiente.
Capitulo Seis
Despues de la cena, Matt acompano a Jesse a su coche. La velada habia sido una interesante combinacion de momentos, agradables unos y tirantes otros. Habian tenido algunos ratos de conversacion agradable, asi que Jesse penso que era cuestion de darle tiempo al tiempo.
– Gracias por invitarme a cenar -le dijo cuando llegaron a su Subaru-. Necesitabamos hablar.
El le acaricio la mejilla con la yema de los dedos.
– Entiendo por que has vuelto. Estoy trabajando en ese asunto.
– Se nota que has ido a seminarios de direccion -bromeo Jesse.
El sonrio.
– Mas veces de las que me gustaria admitir.
– Debes de odiarlos.
– Todos y cada uno de los segundos.
– Todas esas actividades de vinculacion de grupo.
– No es mi estilo -dijo Matt.
En eso no habia cambiado. Siempre habia sido mas proclive a las relaciones uno a uno. Y hablando de uno a uno…
Jesse tenia la sensacion de que el estaba demasiado cerca. Le estaba acariciando la mejilla, y tenia los ojos tan oscuros que ella se estaba quedando aturdida. Recordaba los tiempos en los que perderse en aquellos ojos era la mejor forma de pasar el dia. ?Seguia siendo asi?
– Demonios, Jesse -murmuro Matt.
Entonces la beso, tal y como ella habia deseado. Le dio un beso ligero, y Jesse tuvo tiempo de adaptarse a la realidad despues de haber estado viviendo de fantasias durante anos.
Su boca era exactamente tal y como recordaba, calida y firme. Ella se apoyo en el y poso la mano en su antebrazo, donde sintio sus musculos fuertes. El le tomo la barbilla con la palma de la mano, ladeo la cabeza y le lamio el labio inferior.
Jesse noto una descarga electrica que le recorrio el cuerpo, y que la derritio por dentro. Paso de estar interesada a estar ardiendo en un segundo.
El le puso la mano en la espalda, un poco mas abajo de la cintura, y la acerco hacia si suavemente mientras hacia mas profundo el beso. La beso una y otra vez excitandola con cada roce de su lengua. Sin embargo, habia algo distinto, y aquella diferencia en sus besos fue lo que devolvio a Jesse a la realidad.
Se dio cuenta de que le estaba acariciando la espalda suavemente con la mano, dibujando circulos. Era delicioso y le daba ganas de ronronear, pero antes nunca habia hecho algo asi. El bajo la mano desde su barbilla