cerrarla. Se le hundieron los hombros y, con un aire de derrota, salio del local.

Jesse lo observo mientras se marchaba. Habia estado muy cerca de conseguirlo; si no hubiera empezado a hablar de gatos… Aunque en realidad eso no habia sido culpa suya. ?Quien iba a imaginar que…?

Miro por el ventanal de la fachada y lo vio junto a la puerta. Estaba desconcertado, como si no pudiera entender que era lo que habia salido mal. Angie habia reaccionado bien, y se habia mostrado dispuesta a ver lo que habia en el interior de aquel chico, pasando por alto su apariencia. Si el hubiera dejado de hablar antes… Y si fuera un poco mejor vestido… En resumen, aquel chico necesitaba una revision a fondo.

Mientras ella lo observaba, el sacudio lentamente la cabeza, como si aceptara la derrota. Jesse sabia lo que estaba pensando: que su vida nunca iba a cambiar, que nunca iba a conseguir a ninguna chica. Estaba atrapado, como ella. Sin embargo, su problema tenia una solucion mucho mas facil.

Casi sin darse cuenta de lo que estaba haciendo, Jesse se levanto, tiro su vaso de plastico vacio en el contenedor y salio. Alcanzo a Matt un poco mas arriba de la calle.

– Espera -le dijo.

El no se volvio. Probablemente, no se le ocurria que una mujer pudiera estar hablando con el.

– Matt, espera.

El se detuvo y miro hacia atras, y entonces fruncio el ceno. Ella se acerco a el apresuradamente.

– Hola -le dijo, aunque todavia no tenia ningun plan-. ?Como estas?

– ?Nos conocemos?

– En realidad, no. Yo solo… eh… he visto lo que ha ocurrido. Ha sido una pesadilla.

El se metio las manos en los bolsillos y agacho la cabeza.

– Gracias por el resumen -dijo, y siguio caminando.

Ella lo siguio.

– No era mi intencion hacer un resumen. Es obvio que se te dan mal las chicas.

El se ruborizo.

– Buena valoracion. ?Te dedicas a eso? ?Sigues a la gente y le dices cuales son sus puntos debiles?

– No, no es eso. Es que puedo ayudarte.

El apenas aminoro el paso.

– Dejame en paz.

– No. Mira, tienes mucho potencial, pero no sabes como usarlo. Yo soy una mujer. Puedo decirte como debes vestir, que es lo que tienes que decir, cuales son los temas que tienes que evitar.

El se estremecio.

– No, no creo.

Entonces Jesse recordo un reportaje que habia visto en la television unas semanas atras.

– Me estoy formando para ser asesora de estilo de vida. Necesito practicar con alguien. Tu necesitas ayuda, y yo no te voy a cobrar por mi tiempo -dijo. Sobre todo, porque se lo estaba inventando mientras hablaba-. Te voy a ensenar todo lo que tienes que saber para conseguir a la chica que quieras.

El se detuvo y la miro. Incluso a traves de las gafas, Jesse se dio cuenta de que tenia los ojos grandes y oscuros. Preciosos. Las chicas se volverian locas por ellos si pudieran verlos.

– Estas mintiendo -dijo-. Tu no eres asesora de estilo de vida.

– He dicho que me estaba formando para serlo. De todos modos puedo ayudarte. Conozco a los tios. Se lo que funciona. No tienes por que creerme, pero tampoco tienes nada que perder.

– ?Y que ganas tu?

– Yo conseguiria hacer algo bien -le dijo ella con sinceridad.

Matt la observo durante unos momentos.

– ?Por que tengo que confiar en ti?

– Porque soy la unica que te esta ofreciendo ayuda. ?Que es lo peor que podria ocurrirte?

– A lo mejor me drogas y me envias a algun pais donde mi cadaver aparecera en la playa.

Jesse se echo a reir.

– Por lo menos tienes imaginacion. Eso es bueno. Di que si, Matt. Dame una oportunidad.

Ella se pregunto si iba a hacerlo. Nadie creia en ella. El se encogio de hombros.

– Que demonios.

Jesse sonrio.

– Muy bien. Lo primero… -entonces, sono su telefono movil-. Disculpa -dijo mientras lo sacaba de su bolso y respondia-: ?Digame?

– Hola, preciosa. ?Como estas?

Ella arrugo la nariz.

– Zeke, este no es buen momento.

– Eso no es lo que decias la semana pasada. Lo pasamos muy bien. El sexo contigo es…

– Tengo que dejarte -dijo Jesse, y colgo, porque no queria oir como era el sexo con ella. Volvio a concentrarse en Matt-. Lo siento, ?por donde iba? Ah, si. El siguiente paso -saco el recibo de Starbucks del monedero y le escribio su numero de telefono en el reverso. Despues se lo dio.

El lo tomo.

– ?Me has dado tu numero?

– Si. Conseguir que cambies sera mas dificil si no nos reunimos. Ahora dame el tuyo.

El lo hizo.

– Muy bien. Necesito un par de dias para pensar en un plan. Cuando lo tenga, me pondre en contacto contigo -dijo ella, y sonrio-. Va a ser estupendo. Hazme caso.

– ?Me queda otro remedio?

– Si, pero haz como si no.

Jesse dejo su pesada mochila sobre una silla y poso su cafe con leche sobre la mesa. Matt y ella habian quedado en otro Starbucks para hablar de su plan.

Jesse estaba verdaderamente entusiasmada con aquel proyecto, y no recordaba la ultima vez que se habia entusiasmado por algo. Aunque Matt, en realidad, no se habia mostrado tan emocionado como ella cuando lo habia llamado. Pero, al menos, habia accedido a encontrarse con ella.

Cinco minutos mas tarde, Matt entro en la cafeteria. La saludo y se dirigio al mostrador para pedir un cafe. A ella le sono el telefono movil.

– ?Diga?

– Nena. Andrew. ?Esta noche?

– Andrew, ?nunca has pensado que las cosas te irian mucho mejor durante el dia si usaras verbos? -dijo Jesse. Miro hacia arriba y sonrio al ver que Matt se acercaba-. Solo sera un segundo -susurro.

– No necesito verbos, nena. Tengo todo lo necesario para estar con una chica. ?Quedamos, o que? Hay una fiesta. Vamos, y luego volveremos aqui. Todo el mundo sale ganando.

Vaya. Casi una conversacion entera.

– Tentador, pero no.

– Tu te lo pierdes.

– Estoy segura de que lo lamentare durante semanas. Adios -dijo Jesse, y colgo-. Disculpa. Voy a apagar el telefono. No quiero que vuelvan a interrumpirnos.

– ?No era tu novio?

– ?Por que lo preguntas?

– El que te llamo el otro dia era Zeke. Este es Andrew.

– Eres observador. Una cualidad muy buena. Y no, ninguno de los dos es mi novio. Yo no voy en serio con nadie.

– Interesante. ?Y por que?

– No pienses que vas a conseguir que se me olvide por que estamos aqui preguntandome cosas sobre mi.

Matt se encogio de hombros.

– Merecia la pena intentarlo.

– Bueno, vamos a cambiar de tema. Tenemos mucho que hacer hoy -dijo ella-. Tengo un plan.

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