podemos alterar el pasado, asi que tenemos que arreglarnos con el presente. Espero que puedas perdonarme. Se que te tomara un tiempo, pero estoy dispuesta a esperar. Espero que entiendas por que hice lo que hice. Espero que podamos llegar a un acuerdo sobre Gabe. Compartirlo, o algo asi.

?O algo asi? Ella queria mas. Lo queria todo, penso Matt con desden. Y si pensaba que eso era posible despues de lo que habia hecho, no lo conocia en absoluto.

Jesse se puso de puntillas y lo beso. El la dejo, incluso se lo facilito inclinandose un poco. Despues, ella sonrio y se marcho.

Cuando estuvo solo en el salon, saco su telefono movil y marco un numero.

– Heath -dijo-. Ha llegado el momento. Entregale la notificacion a Jesse.

Capitulo Dieciocho

Matt no consiguio dormir aquella noche. No dejo de dar vueltas por la cama, pensando en Gabe y en Jesse, y en lo que iba a suceder cuando ella recibiera la notificacion. Alli, en la oscuridad, penso que deberia sentirse ufano por todo ello. Iba a ganar, y su victoria dejaria a Jesse con el corazon y la vida destrozados. Iba a pagar todo lo que le habia hecho.

Penso en las cosas que iba a hacer con Gabe. Viajar, jugar, navegar juntos en el lago… Sin embargo, en vez de ver la cara sonriente de su hijo, vio a Gabe llorando por su madre. Vio a Gabe pasando los dias con una ninera sin cara, porque el, Matt, estaba muy ocupado en el trabajo. Vio el dolor en los ojos de Jesse. Queria venganza, queria que ella experimentara todo lo que el habia perdido, pero no queria hacerle dano a Gabe, y tampoco estaba seguro de que quisiera hacerle dano a ella.

Despues de aquella noche de insomnio, se levanto y fue a la oficina. Llego antes de las seis, y reviso el correo electronico que tenia en el buzon. Diane llego a las ocho.

– ?Quieres hablar de ello? -le pregunto al llevarle una taza de cafe.

– No.

– Entonces estas de un humor de perros.

El la fulmino con la mirada, sin hablar.

Diane hizo caso omiso de su evidente irritacion.

– ?Que has hecho? -le pregunto.

– He hecho lo que tenia que hacer -zanjo el.

Ella suspiro.

– Eso no me inspira confianza, Matt. Te conozco desde hace mucho tiempo. Voy a apoyarme en eso y a decir algo que excede los limites de la relacion entre un jefe y una secretaria. Solo voy a hacerlo una vez, y no volvere a referirme a ello.

– ?Estas segura de que quieres hacerlo?

– Si, porque me importas. Eres un buen hombre, pero en cuanto al amor, estas amargado. Te proteges a ti mismo y no confias en nadie. No puedes aceptar lo que no estas dispuesto a dar -dijo, e hizo una pausa, con una expresion bondadosa-. Tu todavia la quieres. Si le haces dano solo vas a conseguir hacerte dano a ti mismo. Y tienes que pensar en tu hijo. ?Que crees que va a sentir Gabe hacia el hombre que hizo llorar a su madre?

Diane se dio la vuelta y se marcho.

Matt la observo hasta que salio del despacho, exasperado por la facilidad con la que le leia el pensamiento. Diane no podia conocer los detalles, pero sabia que tenia un plan en marcha.

Se convencio de que lo que le habia dicho no era importante. La mayoria de las cosas no importaban, salvo lo de Gabe. Si, el nino estaria disgustado durante un tiempo, pero lo superaria. Muchos ninos tenian que acostumbrarse a vivir con padres separados y se las arreglaban. Sin embargo, el no queria que Gabe se las arreglara. Queria que fuera completamente feliz. Recordo la sonrisa de Gabe, penso en todos sus juegos y en los juguetes que habia por la casa. Vio a su hijo, que siempre estaba feliz y que era pura alegria.

Y sin querer, vio tambien a Jesse, trabajando en el obrador. La imagino alli, con harina en la nariz, con los ojos azules llenos de diversion.

?Que se proponia el con aquella demanda por la custodia de Gabe? No queria quitarle el nino a su madre, y tampoco queria destruir a Jesse.

Rapidamente, tomo el telefono y llamo al despacho de Heath. La secretaria de su abogado le dijo que no estaba disponible en aquel momento.

Matt solto un juramento y colgo. Salio del edificio, tomo su coche y fue hasta la oficina de Heath, a pocas manzanas de su empresa. Tenia que evitar que le entregaran la notificacion a Jesse. Tenia que destruir los documentos y asegurarse de que ella nunca lo supiera. Tenia que arreglar la situacion.

Diane tenia razon. Nunca habia dejado de querer a Jesse.

La queria. Siempre la habia querido, quiza desde aquel primer momento en que ella lo habia llamado a la salida de un Starbucks y habia cambiado su vida para siempre.

Condujo a mas velocidad de la debida y aparco en zona prohibida en la entrada de la oficina de Heath. Subio en el ascensor y corrio hacia el despacho de su abogado. Alli encontro a la secretaria.

– Tengo que conocer la situacion de unos papeles -le dijo-. Es muy urgente. No quiero que los entreguen.

Ella dio un par de pasos hacia atras y asintio con cautela.

– Eh… claro, senor Fenner. Permitame un instante que lo averigue.

– Eran para Jesse Keyes, y son acerca de nuestro hijo. No quiero que se le entregue esa notificacion.

Ella se acerco al ordenador y tecleo durante un par de segundos.

– Todavia estan aqui.

Matt sintio un enorme alivio.

– Bien. Busque todas las copias y entreguemelas.

– No puedo hacer eso sin hablar antes con Heath, y el no va a volver hasta dentro de un par de horas. ?Le parece bien que se las enviemos por mensajero a su oficina?

Matt no queria esperar, pero sabia que su unica alternativa era llevarse los papeles por la fuerza.

– Esta bien -dijo-. Los quiero hoy mismo.

– Por supuesto, senor Fenner -dijo la secretaria, y sonrio con tirantez, como si estuviera deseando que se marchara.

Matt asintio y salio del despacho. Tomo su telefono movil de nuevo, pero decidio ir directamente hacia el Eastside. Recogeria a Gabe en casa de su madre y lo llevaria a la pasteleria. No sabia que iba a decirle a Jesse, pero iba a pensarlo. Ella lo queria. Se lo habia dicho, y si ella lo queria, todo iba a salir bien.

Jesse estaba a punto de vomitar. Sentia un horror y un miedo tan intensos que estaba aturdida y entumecida. Quiza eso fuera bueno.

Habia ido a casa a comer, y en la entrada se habia encontrado con un hombre de traje que le habia preguntado si ella era Jesse Keyes y le habia entregado un sobre. Dentro estaban las palabras que habian estado a punto de pararle el corazon.

En aquel momento se hallaba en medio de la cocina de Paula, releyendo el documento con la esperanza de haberlo malinterpretado. Tenia que ser eso. No era posible que Matt le hubiera hecho algo asi.

– ?Jesse?

Alzo la vista y vio a Paula, que tenia una expresion preocupada en el rostro. Sin decir nada, Jesse le entrego los papeles. Paula los leyo rapidamente, jadeo y se tambaleo. Despues se los paso a Bill.

Jesse se sento en un taburete. No podia pensar, no podia respirar. Aquello no estaba sucediendo. Tenia que ser un error.

Desde la sala de estar le llegaba el sonido alegre de un DVD que estaba viendo Gabe. Eso lo mantendria ocupado al menos media hora mas, asi que ella tendria tiempo de recuperar algo de calma.

Bill se acerco a ella y la abrazo.

– Nos enfrentaremos a ese desgraciado -dijo en voz baja y firme-. Lo aplastaremos.

– ?Podemos? -pregunto Jesse con un hilo de voz-. No se que pensar ni que sentir. Este no es el Matt que yo

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