jamas…

La mezcla del shock, la falta de sueno, la comida y el jet lag hicieron que el corazon se le desbocara y que la sangre le abandonara la cabeza. El mundo empezo a dar vueltas, se volvio difuso y acabo oscureciendose por completo cuando Emma cayo al suelo.

El principe Reyhan miro a su padre, el rey de Bahania, y nego con la cabeza.

– No ha ido tan mal.

Capitulo 2

Varios criados corrieron hacia la mujer desvanecida, pero Reyhan los aparto y se arrodillo junto a Emma. Le agarro la munera y le comprobo el pulso.

Era rapido, pero estable.

– Llamad a un medico -ordeno firmemente, y alguien se apresuro a obedecer.

– No se ha golpeado en la cabeza -dijo una joven, tocando la frente de Emma-. Yo estaba mirando cuando se desmayo, alteza.

– Gracias. ?Sus aposentos estan listos?

La mujer asintio y Reyhan tomo a Emma en sus brazos. Su cuerpo estaba languido y debil, con una mano presionada contra el pecho de Reyhan y la otra colgando al costado. Estaba palida y respiraba lentamente.

Reyhan se tomo un momento para observar sus largas pestanas y sus generosos labios. El pelo espeso y rojizo que el recordaba caia en suaves ondulaciones alrededor del rostro, y sabia que si las contaba, encontraria las once pecas en la nariz y las mejillas.

?En que habria cambiado?, se pregunto en silencio. Pero se dio cuenta de que no queria saberlo. Se levanto y se dirigio hacia el palacio.

Su padre camino junto a el.

– Al menos te ha recordado -le dijo.

– Con gran deleite, obviamente.

– Tal vez se haya desmayado con alivio por saber que vais a estar juntos.

Reyhan no se molesto en contestar. Emma no lo habia visto en seis anos, y por lo que el habia podido averiguar, no habia hecho el menor intento por contactar con el. No sabia lo que ella recordaria de su breve… relacion, pero dudaba de que su desmayo tuviera algo que ver con el alivio.

Los aposentos de los invitados estaban en la segunda planta y Reyhan se dirigio directamente hacia alli, agradeciendo en silencio que su padre no dijera nada mas. Entro en la suite y dejo a Emma en el sofa. Una doncella aguardaba en un rincon.

– Averigua cuando llega el medico -le ordeno el.

La doncella asintio y agarro un telefono de una mesita, mientras Reyhan se sentaba en el sofa junto a Emma y le tomaba la mano. Tenia los dedos frios, asi que se los llevo a la boca y los calento con su aliento.

– Emma -susurro-. Despierta.

Ella movio ligeramente la cabeza y solto un debil gemido.

– El medico llegara en quince minutos -informo la doncella.

– Gracias. Un vaso de agua, por favor.

– Enseguida, alteza.

– Podria haberla traido otra persona -dijo el rey, desde el sillon que habia ocupado frente al sofa-. Y podria estar atendiendola otra persona.

– Nadie toca a mi mujer -replico Reyhan entornando la mirada.

Su padre se levanto y fue hacia la puerta.

– Han pasado seis anos, Reyhan. ?Estas seguro de que aun quieres reclamar el titulo de marido?

Lo quisiera o no, el titulo seguia siendo suyo. Y tambien Emma.

Emma se sentia como si estuviera nadando contra la marea, pero en vez de agua, estaba atrapada por fuentes corrientes de aire que le impedian alcanzar la superficie. Los pensamientos se formaban y deshacian en su cabeza, y sentia el cuerpo muy pesado. Algo habia ocurrido. Eso lo recordaba. Pero ?que?

Una superficie fria y suave se presiono contra su boca.

– Bebete esto -ordeno una voz masculina.

Emma separo los labios sin pensar siquiera en negarse y el agua se deslizo en su boca. Bebio agradecida y suspiro cuando el vaso se retiro. Sintiendose mejor, abrio los ojos.

?Oh, Dios… era el! Sus ojos no la habian enganado. Podia sentir su calor y su fuerza, sentado junto a ella en el sofa, con su cadera presionandole el muslo y una de sus manos tomandole la suya, mientras su penetrante mirada la atrapaba como si fuera un pajarillo en una jaula.

Reyhan.

No estaba segura de si habia pronunciado el nombre en voz alta y si solamente lo habia pensado. ?Como era posible despues de tantos anos? Parpadeo y se pregunto si seria un sueno. Pero no, no tenia tanta suerte. El era real y estaba junto a ella, por muy inverosimil que pareciera. Habian pasado seis anos desde que el se aprovechara de ella para luego abandonarla. Seis anos desde que ella se encerro en casa de sus padres a llorar por lo que podia haber sido, deseando en secreto que volviera para reclamarla.

Pero el jamas volvio, y finalmente ella regreso a su vida… mas vieja, mas sabia y emocionalmente destrozada.

– Ya vuelves a estar con nosotros -dijo el, con una voz baja y profunda que resono como un trueno lejano-. No recordaba que fueras propensa a los desmayos.

– Yo nunca me desmayo -respondio ella.

– Acabas de hacerlo. Ha sido un viaje muy largo… ?Pudiste dormir en el avion?

Hablaba con una naturalidad asombrosa, como si lo que estaba sucediendo no fuera extraordinario. Como si solo hubieran pasado unos dias y no seis anos desde la ultima vez que estuvieron juntos.

La indignacion se convirtio en furia. Queria gritarle, insultarlo, arrojarle algo a la cabeza… Pero la educacion que habia recibido como una dama no le permitia mas que fulminarlo con la mirada. Reyhan le toco ligeramente la mejilla.

– Tus ojeras muestran la falta de sueno. Supongo que no debe extranarme que no hayas dormido. No te han explicado por que te han traido aqui. Y si mal no recuerdo, siempre estabas impaciente y ansiosa por saberlo todo.

Emma perdio la atencion momentaneamente mientras el le acariciaba la piel, lo cual la irrito. Cuando el pulgar de Reyhan le toco el labio inferior, tuvo un sobresalto que la desconcerto. La sensacion de su tacto la traspaso como un relampago, derritiendolo todo a su paso.

?No! No podia reaccionar asi. No podia sentir nada. Si aquel hombre era realmente Reyhan, lo unico que podia provocarle era desprecio. Ni siquiera se merecia su atencion.

– Veo la ira en tus ojos -dijo el con una sonrisa torcida-. Como una gata salvaje. Menos mal que no tienes garras. De lo contrario, podrias hacer mucho dano.

Y dicho eso, la volvio a sorprender besandole los nudillos.

Emma sintio como el calor de su boca le llegaba hasta los dedos de los pies. La sensacion ardiente crecio hasta que le entraron ganas de ronronear como la gata que el habia mencionado.

– Para -ordeno, retirando la mano. Una orden que iba dirigida a los dos. En las ultimas veinticuatro horas su vida habia sufrido un vuelco, pero estaba decidida a averiguar que estaba pasando. Y para ello tenia que mantener la calma y la concentracion.

Se aparto y se irguio hasta sentarse. Y cuando el se dispuso a ayudarla, ella lo rechazo.

– Estoy bien -le dijo con la voz mas gelida que pudo-. Lo que necesito de ti es que me expliques que esta pasando, que hago yo aqui y, ya puestos, ?que haces tu aqui?

Antes de que el pudiera responder, un gato de color canela con ojos violetas salto al regazo de Emma. Se quedo perpleja. ?Gatos en el palacio?

Reyhan tomo al animal y lo puso en el suelo. El gato lo miro, solto un bufido de disgusto y se alejo.

– ?Eres alergica a los gatos? -le pregunto el.

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