donde lamerse sus heridas en un entorno menos agreste e incomodo.
De vuelta al palacio e incapaz de quedarse en su habitacion, bajo a los jardines con Muffin en brazos. Alli se sento en un banco de piedra y analizo sus alternativas.
Podia irse. Simplemente abandonar el trabajo e irse. Sin embargo, descarto la idea inmediatamente. Ella no abandonaba sus responsabilidades ni huia de situaciones dificiles. Eso la dejaba en situacion cie tener que ver practicamente a diario al hombre que tanto dano le habia hecho.
Trato de calibrar el alcance de las heridas. ?Cuanto tardaria en recuperarse? ?Cuanto tiempo necesitaria para volver la vista atras y verlo unicamente como una importante leccion para el futuro?
Muffin, que habia terminado de olisquear el tronco de un arbol, paso junto a ella camino del siguiente. Billie la observo, y se tenso al escuchar el sonido de unas pisadas en el sendero. Pero se relajo al darse cuenta que no pertenecian a Jefri.
Era el rey, que se acercaba hacia ella. Billie se puso inmediatamente en pie.
– Por favor -dijo el, indicandole con la mano que se sentara-. ?La molesta un poco de compania?
– Desde luego que no, Alteza.
El rey se sento a su lado y le tomo la mano.
– Debo admitir que pasar un rato con una mujer tan hermosa me alegra inmensamente el dia.
Billie hizo un esfuerzo para sonreir.
– Aunque agradezco el cumplido, esta usted en una posicion de mucho poder. ?No significa que puede tener todas las mujeres hermosas que desee?
El rey alzo las cejas.
– Cierto. Lo habia olvidado. Me ocupare de adquirir tantas como me sea posible esta misma tarde.
Billie sonrio, esta vez sinceramente.
– Seria una tarea muy interesante.
– Estoy de acuerdo. Mis empleados no entenderian que me ha ocurrido. Hableme del entrenamiento – anadio, dandole unas palmaditas en la mano-. ?Va todo bien?
– Si. Tiene unos excelentes pilotos.
Ninguno mejor que Jefri, pero ella no queria hablar de el.
– Estamos calibrando los puntos fuertes de cada uno y trabajando en formarlos para trabajar en equipo. Sus desiertos estaran bien protegidos desde el cielo.
– Me alegro de oirlo -dijo el rey, y suspiro-. Los tiempos han cambiado. Hace cien anos nadie hubiera pensado en patrullas aereas del desierto.
– Seguramente no, pero los cambios no siempre son malos.
– Estoy totalmente de acuerdo. Debemos actualizarnos, avanzar hacia delante, e invertir en nuestro futuro.
– ?Por eso ha venido Tahira? -pregunto Billie, sin poder reprimirse, con la mirada en Muffin en vez de en el rey -. ?Como inversion de futuro?
Sintio la mirada pensativa del soberano en ella.
– Soy casi un anciano -dijo el rey -. ?Tan malo es desear tener nietos que alegren mi vejez?
– En absoluto. Le deseo que tenga muchos.
– Nuestra forma de vida es diferente y a veces dificil de comprender, pero los deseos de un padre son universales. Queremos que nuestros hijos sean felices y aseguren la siguiente generacion.
– Eso desde luego lo tiene asegurado.
– ?No le gusta Tahira?
Billie lo miro.
– No la conozco, pero estoy segura de que es una mujer encantadora.
– Pero no entiende por que mi hijo aceptaria un matrimonio de conveniencia.
– Reconozco que la costumbre me resulta un tanto incomprensible.
– Mi hijo ha estado casado antes. ?Se lo dijo?
Billie asintio.
– Me dijo que no era lo que esperaba. Que estaba mas interesada en el dinero y en la posicion social que en ser su esposa.
– Asi es, y cuando Jefri se dio cuenta y me pidio el divorcio, se lo concedi. Me di cuenta de que nunca la habia amado -explico el rey, con la mirada perdida en la distancia-. Y el me pidio que le buscara una esposa mas adecuada.
Billie apreto los dientes al recordar los requisitos de Jefri.
– Docil, razonablemente atractiva y que le gusten los ninos.
– ?Eso le dijo? -pregunto el rey, alzando las cejas.
– A veces el principe solo parece inteligente.
El rey se echo a reir.
– Quiza tenga razon. Espere a que el encontrara a alguien por si mismo, pero no parecia interesado en buscar, asi que accedi a hacerlo por el.
– Y encontro a Tahira.
– Si. Es una buena chica, educada por las monjas. Formada para ser una buena esposa.
Billie no pudo evitar pensar en los animales domados del circo.
– Que afortunada -dijo, sin poder evitar el sarcasmo.
– No le parece bien.
– No creo que mi opinion importe mucho.
– No es la unica circunstancia -dijo el rey -. Su padre era intimo amigo mio y al morir le prometi cuidar de ella. El convento la ha protegido del mundo todos estos anos, y ahora tiene que dejarlo.
– Usted eligio el convento. Queria que educaran a Tahira para ser una princesa digna, y para casarla con uno de sus hijos -dijo Billie, sin dejarse enganar.
El rey asintio en silencio.
Billie se volvio hacia el y pregunto, casi con desesperacion:
– ?Por que no con el principe heredero, Murat?
– Tahira no sobreviviria a las exigencias de ser reina. No es lo bastante fuerte.
– Lo que solo deja a Jefri -dijo Billie, entendiendo mucho mejor la situacion.
– Es una cuestion de honor. Romper el compromiso ahora deshonraria la memoria de mi amigo y la reputacion de Tahira.
?Por que no podian ser las cosas un poco menos complicadas?, penso Billie, suspirando para sus adentros.
El rey permanecio pensativo unos momentos, y por fin aventuro:
– Solo Tahira puede romper el compromiso. Si quiere hacerlo, claro.
– Claro.
?Y por que iba a querer hacerlo, si habia sido educada para ser la esposa de un principe? ?Que joven en el lugar de Tahira lo romperia?
– Aun con todo, no obligare a mi hijo a un matrimonio que no desee -dijo el rey -. Si Jefri me dijera que…
El rey no termino la frase, pero Billie entendio el significado. Si Jefri le pidiera que rompiera el compromiso, el rey accederia. Pero habria un escandalo, y todo el mundo consideraria a Jefri un egoista caprichoso indigno de su posicion real a la vez que significaria la deshonra de Tahira. Aunque Billie no estaba segura de las implicaciones de todo ello, sabia que no podia ser nada bueno.
Ademas, era mucho pedir, basandose apenas en una noche de sexo inolvidable.
– Jefri no se lo pedira -dijo ella, con plena certeza-. El y yo… -trago saliva-. Entre nosotros no hay nada. Debo irme.
– Como desees, querida.
Billie se disculpo y llamo a Muffin antes de retirarse a su suite, sin fuerzas para continuar con la conversacion.
Billie regreso a su habitacion pensando en darse un bano caliente y pasar el resto de la velada viendo peliculas de la coleccion de DVD en su habitacion.