– ?Como lo sabes? -pregunto ella muy sorprendida.

– ?Me equivoco?

– No, pero no hemos hablado de eso. Casi no me conoces.

– Te conozco lo suficiente. Ademas, yo me case con una mujer que solo buscaba mi dinero. Aprendi a reconocer los indicios. Ahora, jamas dejo que ninguna mujer se me acerque lo suficiente como para saberlo. Para ellas, solo trabajo en una plataforma petrolifera.

– ?Ellas?

– Mi haren personal. Siempre estoy dispuesto a aceptar nuevas incorporaciones.

– Por muy atractivo que eso pueda sonar, no se me dan bien las multitudes.

– Eso es cierto. Entonces, ?por que no eres una mujer casada y con tres hijos?

– Solo quiero dos. Y puede que un perro. No se… Creo que no he conocido al adecuado.

– ?Al hombre o al perro?

– Al hombre -respondio ella, riendo-. He salido con muchos hombres, estuve a punto de comprometerme. La mayoria eran agradables, inteligentes, con buenos trabajos…

– ?Y?

– Resulta ridiculo, pero… Quiero chispas -contesto, mientras recogia unos moldes sucios y los llevaba al fregadero-. Atraccion quimica. Quiero que el estomago se me encoja cuando el hombre de mi vida me toque. Quiero contener el aliento cuando el telefono suena por si es el.

– Pasion.

– Eso es. No la he sentido antes. Ademas, es muy posible que me cueste confiar en la gente dada la situacion familiar que he vivido.

– El hecho de que tu madre te mandara lejos de aqui -dijo Riley, poniendose de pie-. Mi padre nos abandono cuando yo era un nino.

– Entonces, sabes a lo que me refiero.

– Podriamos salir en uno de esos programas de testimonios -afirmo el. Se coloco delante de ella y la miro a los ojos, preguntandose como era posible que pudieran ser de un color azul tan hermoso.

Estaban tan cerca que Riley no podia dejar de pensar en ella. Su boca le llamaba y tentaba, su cuerpo parecia estar ofreciendosele. La cocina rezumada de energia electrica. Cuando las pupilas de Gracie se dilataron, Riley comprendio que ella tambien lo sentia.

– Oh… -susurro ella-. Se suponia que esto era una mala idea.

– Y sigue siendolo.

– Pero es la razon por la que has venido.

– Dime que no y me marchare.

– ?Asi como asi?

Riley asintio. Gracie lo observo durante un largo instante. Entonces, levanto la mano y le froto el labio inferior con el pulgar.

– Supones para mi una tentacion que jamas he podido resistir… -murmuro.

– ?Y quieres resistirte?

?Queria? Gracie no estaba segura de tener una respuesta. Por supuesto, el hecho de no poder pensar era parte del problema. Con Riley tan cerca, mirandola como si la deseara mas desesperadamente de lo que habia deseado nunca a otra mujer, sintio que se deshacia por dentro.

El cuerpo le dolia. Cada centimetro de su piel ansiaba las caricias de Riley. Queria sentirlo contra ella, perder el control y arrastrarlo a el tambien. Queria notar que los dos estaban excitados, desesperados, a merced del deseo…

Por supuesto, tenia que recordar que se trataba de Riley, cuya filosofia con las mujeres no hablaba precisamente de ternura. ?Estaba preparada para que el no se quedara a su lado? ?Estaba preparada para formar parte del grupo de mujeres de usar y tirar?

Riley le acaricio suavemente la mejilla. El suave contacto de los dedos no deberia haberle resultado tan excitante, pero sintio que el cuerpo le respondia bajo lo que solo podian describirse como chispas.

Entonces, supo que no importaba el despues o lo que los vecinos dijeran sobre su pasado o el de el. El Riley del que ella habia estado enamorada hacia catorce anos habia sido poco mas que un maniqui. No habia sabido lo suficiente sobre el como para que fuera real. El hombre que tenia en aquellos momentos frente a ella resultaba espectacular.

– Vas a hacerte dano con eso de pensar tanto -dijo-. Mira, Gracie. Si tienes que convencerte para esto, no me interesa…

Ella se puso de puntillas y lo beso, evitando asi que completara la frase.

Riley permanecio completamente inmovil. Gracie iba a demostrarle que de verdad deseaba lo que iba a ocurrir entre ambos. Ella estaba dispuesta a afrontar un desafio.

Sin dejar de besarlo, agarro la camisa que el llevaba puesta y se la saco de los pantalones. Sin dejar de acariciarle el labio inferior con la lengua, le deslizo las manos por debajo de la camisa y le acaricio el vientre y el torso.

Estaba dispuesta a hacer mucho mas para convencerlo, pero resulto que seria completamente innecesario. Riley la reclamo con un beso tan profundo que Gracie penso que se iba a perder para siempre. La estrecho con fuerza contra su cuerpo, de manera que las manos de ella quedaron atrapadas entre ambos. No importo, porque la lengua de Riley no dejaba de acariciar la suya. Cuando Gracie movio las caderas, descubrio que el ya tenia una ereccion.

Inmediatamente, sintio que se le hacia un nudo en el estomago. Entre las piernas, sintio calor y humedad. Su cuerpo deseaba explotar.

Empezo a acariciarle la espalda tambien bajo la camisa, por lo que pudo sentir su piel desnuda. Los musculos se le tensaban a medida que ella iba avanzando sobre ellos. Bajo hacia las caderas y el trasero y se lo apreto suavemente.

Si… Resultaba muy agradable… Hizo girar las caderas, haciendose entrar en contacto con la ereccion. El deseo se hizo mas caliente y acelerado.

Riley se aparto un poco y bajo la cabeza para poder besarle el cuello. Se detuvo un instante en el punto sensible de debajo de la oreja y empezo a mordisquearsela y a lamersela hasta que el cuerpo de Gracie vibro de deseo. Entonces, le agarro el bajo de la camiseta y tiro. Ella se solto lo suficiente como para que el pudiera sacarsela por la cabeza.

Tras arrojar la prenda a un lado, la miro a los ojos. Ella le devolvio toda la pasion que el mismo sentia y noto que ella se rendia un poco mas.

– Te deseo… -susurro. Le coloco las manos sobre la cintura y empezo a subirlas poco a poco. La anticipacion se apodero de Gracie. Los senos anhelaban el contacto, los pezones se le irguieron.

– Yo tambien te deseo.

– ?Si?

Mientras realizaba la pregunta, le rozo los pezones con los dedos. Las chispas se convirtieron en fuegos artificiales. Gracie arqueo la cabeza y, en silencio, suplico para que el fuera mas alla, para que no se parara nunca, para que…

Riley se inclino y le tomo un pezon entre los labios. A pesar de que lo estaba haciendo a traves de la tela del sujetador, las sensaciones fueron deliciosas. Se aferro a el, tanto para mantener el equilibrio como para evitar que Riley se moviera. No queria que el se detuviera nunca. Jamas. Resultaba demasiado agradable.

El agarro el broche y le quito el sujetador. Tras arrojarlo al suelo, volvio a concentrarse en su tarea, aquella vez sobre la piel desnuda. Gracie estuvo a punto de gritar.

– ?Oh, si! -gimio con los ojos cerrados.

Le rodeaba el pezon con la lengua y luego se lo chupaba. Mientras tanto, le acariciaba el otro pecho con la mano. Resultaba increible. No, mejor aun. La necesidad y el deseo se fundieron en uno y fueron creciendo hasta que ella solo pudo gemir de placer. Le acaricio el cabello con las manos. De repente, deseaba tenerlo desnudo. Deseaba acariciarlo.

– Riley -susurro, mientras se desabrochaba el boton de los pantalones-. Quitate la ropa.

Le agrado no tener que pedirselo dos veces. Riley empezo a desabrocharse la camisa inmediatamente. Al final, decidio sacarsela por la cabeza con corbata y todo. Se quito de una patada los zapatos, se tiro de los

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