– Oh, mama… -susurro Gracie, sintiendo que la alegria la embargaba. Las dos volvieron a abrazarse-. ?Que te ha hecho cambiar de opinion?

– Alexis y Vivian estuvieron en casa la otra noche y yo me di cuenta de que parte de nuestra familia estaba ausente. Me senti muy triste. No podia dejar de llorar. Queria que volvieramos a estar juntas. Espero que tu tambien lo desees.

Gracie asintio. Tal vez tardara -un tiempo en cambiar su modo de pensar, pero estaba dispuesta a hacer el esfuerzo.

– Muy bien -dijo su madre, dandole un ultimo abrazo-. Ahora que te he contado todos mis problemas ?como estas tu? ?Como van tus pasteles?

– He tenido algunos problemas.

– ?Como cuales?

Gracie dudo durante un segundo. No estaba segura de si queria decir algo. Entonces, respiro profundamente.

– Hace unos dias tuve una entrevista con una periodista que trabaja para una revista de novias.

– Eso es genial.

– No exactamente.

Gracie le conto todo lo que habia ocurrido. Cuando termino, su madre parecia estar completamente aturdida:

– ?Quien demonios pudo haber colocado esas dichosas cajas?

– No tengo ni idea. En realidad, no habia mucha gente que supiera lo de la entrevista. Solo Riley, Jill, Pam y yo.

– Pam es una zorra. ?Como es que has hablado con ella?

– Mama, no haces mas que decir tacos -comento Gracie, riendo. Su madre desprecio el comentario con un rapido movimiento de la mano.

– Jamas me ha gustado esa Pam. Ni a mi ni a nadie. Solo busca su propio interes. Sin embargo, ?por que querria tenderte una trampa?

– Esa es la pregunta del millon.

– Preguntare a ver que me dicen. Tal vez alguien haya oido algo. Es una pena que Vivian no vaya a celebrar la boda en su hotel. Me encantaria estar cancelando constantemente y estropeandole asi sus planes.

– Sobre la boda…

– No es problema tuyo y, a excepcion de realizar las llamadas, tampoco lo es mio. Estoy cansada de los caprichos de Viv. Necesita crecer y aceptar las consecuencias de sus actos.

– ?De verdad?

– Si. ?Tienes un trozo de pastel?

– Por supuesto. Vamos a la cocina.

Riley volvio a leer el informe del detective. Nada. No habia pruebas de un periodista misterioso ni de que el alcalde estuviera tramando algo. Riley incluso le habia pedido que siguiera a Pam durante unos dias y, hasta aquel momento, era una ciudadana modelo.

Mientras conducia por Los Lobos, Riley decidio que todo resultaba muy frustrante. No sabia nada. Estaba igual que al principio.

Como no podia solucionar aquel problema, decidio enfrentarse al otro. Aparco delante de la oficina de seguros de Zeke y entro.

– ?Esta Zeke? -le pregunto a la recepcionista.

– Si. ?Puedo preguntar quien…? Oh, senor Whitefield. Le dire que esta usted aqui.

– No es necesario. Ire yo mismo a verle.

Riley avanzo por el pasillo y abrio la puerta del despacho de Zeke sin llamar.

– Eh, jefe -dijo Zeke, al verlo-. ?Que estas haciendo aqui? ?Teniamos alguna reunion de la que no me he percatado?

– No. ?Sabias que cuando me marche de Los Lobos me dirigi hacia el norte?

– No. ?Deberia saberlo?

– En realidad, no. Estuve pescando en Alaska. Un trabajo muy duro. Yo era un nino de una pequena ciudad. No sabia nada del mundo. Sin embargo, aprendi muy rapido. Me meti en muchas peleas y aprendi a defenderme.

– No creo que podamos utilizar eso en la campana.

– Sin embargo, es muy interesante. Las plataformas de petroleo son aun peores. Poco espacio, muchos hombres. Cuando las peleas empiezan alli, pueden durar horas.

– ?Quieres darle una paliza al alcalde?

– No. Estaba pensando mas bien en tomarla contigo.

Zeke se quedo atonito y se puso de pie.

– ?Yo? ?Que he hecho?

– Tienes muchos secretos y tengo que decirte que no me gusta. Disgustan a tu esposa, lo que no me importa, pero ella se lo dice a Gracie y Gracie se disgusta. Gracie si que me importa. Todo este asunto de las fotografias empezo por ti. No puedo resolver el resto de los problemas de la vida de Gracie, pero si puedo resolver este. Quiero que me digas adonde vas por las noches y que es lo que haces.

Capitulo 17

Gracie estaba de pie delante de su horario y se pregunto cuanto tiempo faltaria hasta que todo saltara por los aires. Aunque queria creer que Neda Jackson no divulgaria las noticias, sabia que su suerte no podia ser tan buena. Si no escribia su articulo perderia mucho dinero. Como los tabloides eran los que mas pagaban, a Gracie le daba la sensacion de que alli seria precisamente donde Neda se dirigiria.

No importaba el tiempo que tardara en hacerlo. Ademas, aun tenia pasteles que preparar y decorar. Desde lo ocurrido el dia de la entrevista con Neda, no habia vuelto al hotel de Pam. En cierto modo, no se podia deshacer de la sensacion de que habia sido ella la culpable de todo aquello. Hasta que Gracie supiera como demostrarlo, no queria verla. Un coche se detuvo delante de la casa. Desde que se reconcilio con su madre, Gracie se sentia mucho menos preocupada por los visitantes. Se dirigio corriendo hasta la puerta principal y sonrio cuando vio un Mercedes aparcado junto a su coche y un hombre muy guapo dirigiendose hacia ella.

– ?No tienes un banco del que ocuparte? -pregunto, tratando de no prestar atencion al aleteo que sentia en el corazon.

– Tengo empleados -contesto el; tras darle un beso-. Es una de las ventajas de ser jefe.

– ?A que se debe tu visita? -1e pregunto Gracie, mientras lo acompanaba a la cocina.

– Tengo buenas noticias sobre Zeke. No tiene ninguna aventura, ni nada que se le parezca.

– ?Como? ?Has hablado, con el? ?Que es lo que hace en las noches en las que desaparece?

– Preparate. Esta actuando.

– ?Como dices?

– Eso mismo fue lo que dije yo. Aparentemente, Zeke siempre ha querido ser humorista. Entonces, conocio a Alexis y se enamoro. Dejo la idea, pero, ultimamente, le ha estado preocupando de nuevo. No quiere vivir el resto de su vida arrepentido de lo que ha hecho con ella, por lo que esta tratando de abrirse camino.

– ?Vaya! Zeke jamas me parecio tan divertido… ?Y por que no se lo dijo a Alexis?

– No lo comprendo. En parte es porque estan pensando en empezar una familia y a el no le parecio que el hecho de que el dejara su trabajo hiciera que Alexis se sintiera muy segura. Ha estado yendo a clubes en Santa Barbara y Los Angeles para trabajar con su numero. Hace un par de semanas, unos tipos del programa televisivo de Jay Leno lo vieran y ha estado esperando una llamada.

– Jamas me lo habria imaginado. ?Se lo va a decir a Alexis?

– Le he convencido de que es lo mejor. Tuve que amenazarlo.

– ?Con violencia fisica?

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