– Hola -saludo el al entrar en la habitacion-. ?Que pasa?

– Estoy prometida -contesto Sandy con una sonrisa-. ?Te acuerdas del chico del que te hable? Esta manana me lo ha pedido. Fue muy romantico.

– Enhorabuena.

– ?Has empezado a preparar la boda? -pregunto Gloria.

– No en lo practico, pero en mi cabeza, desde luego -contesto Sandy sin dejar de sonreir-. Solo me queda convencer a Steve de que escaparnos a Las Vegas es muy romantico. Hay una capilla muy pequena que es preciosa. Podiamos quedarnos en el hotel Bellagio. Siempre he querido ir a un hotel de ensueno como ese.

– Entonces es lo que tendrias que hacer -le dijo Gloria dandole una palmadita en la mano-. Una chica solo se casa una vez… o dos.

– Muy aguda -contesto Sandy entre risas.

– Evidentemente, esta noticia tan buena cambiara tus planes de quedarte aqui. Aunque a mi me encantaria que te quedaras durante mi convalecencia, entiendo que no es posible.

– ?Lo dices de broma? -Sandy sacudio la cabeza-. Me encanta mi trabajo. Claro que voy a quedarme. Lo paso muy bien y el sueldo me permitira ir al Bellagio.

Sandy se rio y Gloria tambien se rio con ella. Reid las miro fijamente sin saber muy bien que estaba pasando. Su abuela nunca habria aceptado una boda en Las Vegas y detestaba que alguien dejara un trabajo sin haberlo terminado.

Sandy siguio hablando de lo maravilloso que era Steve y luego se disculpo y salio. Cuando Reid se quedo a solas con su abuela, se acerco a ella.

– ?Te han cambiado la medicacion? -le pregunto sin rodeos-. ?Estas drogada?

Ella lo miro con los ojos entrecerrados y con un aire parecido al que el estaba acostumbrado.

– No me han cambiado nada. Estoy muy bien y mejorando.

– Estuviste afable, y eso no es muy frecuente.

– No has estado por aqui para saber lo que hago -Gloria bajo la mirada y empezo a alisar las sabanas-. He decidido cambiar un poco.

– ?Cambiar que, por ejemplo? -pregunto Reid con cierta perplejidad.

– Voy a ser mas amable. Mas soportable. Menos acida. Me gustaria que te dieras cuenta.

Habia recibido muchos pelotazos durante su carrera en el beisbol, pero solo dos lo habian alcanzado en la cabeza. Eso fue igual que uno de ellos.

– ?«Amable», «amable»…? -pregunto Reid con incredulidad.

– Podrias fingir que no desconoces el significado de ese concepto. Hablando de cambios, hay algo que tu tambien tienes que aceptar. Tus circunstancias actuales son imperdonables. Has avergonzado a la familia. Sinceramente. Reid, ?en que estabas pensando para no rendir al maximo al acostarte con una periodista? Dada tu experiencia, yo habria esperado que supieras lo que estabas haciendo.

Hasta ese momento, el no sabia muy bien que queria decir que a uno se lo tragara la tierra. ?Su abuela lo censuraba por no haberse portado mejor en la cama?

– No voy a hablar de esto contigo -replico Reid.

– Sin embargo, ya estamos hablando -su abuela tomo aliento-. Supongo que las acusaciones de defraudar a unos ninos tampoco fueron culpa tuya. Tienes muchos defectos, pero ser inhumano no es uno de ellos.

– No me halagues ahora -dijo el-. No sabria como asimilarlo.

– No pienso halagarte. Pienso decirte unas cuantas verdades. ?Que paso con aquellos chicos?

Reid acerco una silla y se sento.

– No lo se. Me mantengo al margen de esas cosas. Seth, mi representante, se ocupa de la correspondencia y de mis apariciones en publico. Zeke, mi administrador, se ocupa del dinero. Extiende cheques cuando Seth se lo pide. No se como organizan el dia a dia.

– Primer error -dijo su abuela-. Era distinto cuando estabas ocupado jugando al beisbol, pero ahora no tiene justificacion. ?En que, si no, ocupas tu tiempo?

– Trabajo… en el bar.

– A juzgar por el tiempo que pasas aqui ultimamente, diria que ese trabajo no es muy absorbente -ella suspiro-. Reid, siempre has conseguido las cosas muy facilmente. Eres listo, guapo y tus lanzamientos eran igual de demoledores en la novena entrada que en la primera.

Reid la miro fijamente sin dar credito a lo que habia oido.

– ?Por que lo sabes?

– De vez en cuando te veia jugar y aprendi las reglas. Es un deporte, Reid. No fue dificil aprender los fundamentos.

– Nunca me lo dijiste.

– Me parecio que no era importante.

El le toco ligeramente el dorso de la mano.

– Habria sido muy importante. Sigue siendolo.

Se miraron a los ojos. Por primera vez en su vida, se habia dado cuenta de que le importaba a su abuela. Fue maravilloso. Un poco aterrador, pero maravilloso.

– Ese tal Seth… -su abuela aparto la mirada- parece un idiota de los pies a la cabeza. Una cosa es ocuparse del correo de los admiradores, y otra organizar un desaguisado de esta magnitud ?Que sabes de Zeke?

– Que lleva veinte anos haciendo esto y que es absolutamente honrado. Ni siquiera permite que sus clientes le hagan regalos de Navidad. Unicamente que mandemos una cesta a la oficina, pero para todo el personal. Ni propinas ni nada parecido. Ni siquiera, entradas para los partidos.

– Perfecto. Despide a Seth y pon a Zeke en su lugar. No vas a aparecer en publico durante un tiempo. Si hace falta, conozco a un par de personas en los medios de comunicacion que saben lo que hacen y no son unos mentecatos.

– Intentas dirigir mi vida…

A el no le molestaban sus ideas. Sabia que tenia que despedir a Seth, solo habia pospuesto lo inevitable, pero le sorprendio que ella se tomara tanto interes.

– Puedes hacer otra cosa -replico ella-. Puedes hacerte responsable. Cambiaremos juntos.

– Es una conversacion que nunca me habia imaginado que tendriamos -reconocio el.

– Sorpresa… -Gloria sonrio.

A la manana siguiente, a primera hora, Reid despidio a Seth por telefono y luego, con una carta bastante agresiva de su abogado, Seth intento protestar, pero renuncio en seguida. Reid comprendio que sabia que lo habia hecho muy mal y que, en vez de arreglarlo, habia mirado hacia otro lado. Su siguiente llamada fue a Zeke.

– ?Has hablado con mi abogado? -pregunto Reid a modo de saludo.

– ?Sobre Seth? Claro…

– ?Sabias que era un desastre? -pregunto el con un grunido.

– Es perezoso. Hace lo menos posible y lo considera una victoria. Solo le importan el dinero y los privilegios. Le gusta tener una lista de clientes triunfadores.

Eso explicaba que lo hubiera dejado escapar sin rechistar. Ya no era jugador de beisbol y, despues de esa campana negativa en la prensa, tampoco tendria muchos compromisos.

– Le he dicho que me mande todo -le explico Reid-. Te encargare una gran parte a ti.

– Sabes que sacaremos adelante el trabajo -le aseguro Zeke.

– Lo se. ?Cual es la situacion economica?

– Doy por sentado que le refieres a la tuya… -Zeke se rio ligeramente-. Tu cartera esta diversificada. Acciones, bienes inmuebles, algunas empresas pequenas… Aproximadamente, ciento ochenta y cinco millones, arriba o abajo.

Reid dejo escapar una maldicion para sus adentros. Nunca habia prestado atencion a sus inversiones. Habia pagado a Zeke para que lo hiciera. El habia hecho lo que le gustaba durante casi diez anos y le pagaron muy bien. Fue una vida ardua, pero nunca fue tonto con el dinero.

– Tanto y no pude devolver a sus casas a aquellos ninos… -dijo Reid.

– Nos ocupamos de eso -le dijo Zeke-. Hace mas de un mes les mandamos un cheque.

Вы читаете Inmune A Sus Encantos
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату
×