Dijo esas tres palabras casi con un hilo de voz. Lori trago saliva y su furia se esfumo.

– Vance es un inutil y, seguramente, el hombre mas cretino del planeta.

– No digas eso -le pidio Madeline con los ojos empanados de lagrimas-. Fue mi marido.

Lori no podia soportar que su hermana siguiera sintiendo algo por Vance. El muy canalla desaparecio en cuanto le dieron el diagnostico a Madeline. Llamaron a la puerta antes de que se le ocurriera algo que decir.

– Es tu joven amigo… -bromeo Madeline.

– No me obligues a matarte -Lori la miro con furia-. Soy perfectamente capaz.

– Palabreria…

Lori resoplo, fue a la puerta precipitadamente y abrio.

Todos los saludos ingeniosos que se le habian ocurrido se esfumaron en cuanto lo vio sonriendo en su diminuto porche. La luz del techo iluminaba el maravilloso rostro. La chaqueta de cuero resaltaba unos hombros anchos y las estrechas caderas. Estaba sexy, viril y tan lejos de su alcance como los anillos de Saturno.

– Hola -saludo el mientras le ofrecia un ramo de flores-. Iba a traer vino, pero mire en Internet y vi que alguien con la enfermedad de tu hermana no puede beber.

Ella miro fijamente las flores.

– Entontes son para Madeline.

– No… Son para ti. Esto tambien -le dio una caja de chocolates.

Estaba desconcertada. ?Le habia llevado flores y chocolate? ?A ella?

– Pasa -le dijo mientras se apartaba.

– Gracias.

El entro en la casa, se dio la vuelta y la beso. Como si tal cosa. Fue un fugaz roce en los labios y ella intento quitarle nerviosamente la chaqueta mientras miraba alrededor.

– Es muy bonita -dijo el.

Lori no podia moverse ni pensar ni respirar, casi, ni seguir viva durante mucho tiempo mas. La habia besado. Como si… No sabia como que, pero fue muy raro. No se besaban. Se habian besado una vez, pero nunca mas. No salian juntos. ?Pensaria el que aquello era una cita?

Antes de que pudiera reponerse, Madeline entro en la habitacion.

– Debes de ser Reid. Yo soy Madeline.

– Encantado de conocerte.

Se estrecharon las manos. Lori se preparo para el fogonazo. Asombrosamente, Reid dejo de mirar a su hermana.

– Estaba diciendole a Lori que la casa es muy bonita.

– ?Verdad que si? -Madeline sonrio-. Lori y yo fuimos muy pobres de pequenas. Vivimos en una caravana hasta que nos mudamos. Las dos nos propusimos tener una casa propia. Yo queria un piso elegante, pero Lori siempre dijo que queria ser duena del terreno de su casa.

Lori se sintio abochornada, pero Reid sonrio.

– Tiene sentido -el le dio la espalda a Madeline y la miro a ella-. Te espantaria mi casa. Es una casa flotante, sin tierra siquiera.

Ella no sabia que decir ni que hacer. Estaba hablandole a ella, no a Madeline. Era imposible.

– Yo… -empezo a decir Lori antes de cerrar la boca-. La… casa flotante parece fantastica. Todo el mundo quiere vivir en el agua, ?no?

– Mentirosa -Reid sonrio.

Ella parpadeo. ?Estaba provocandola? Subitamente, todo le parecio desconcertante.

– Deberia meter las flores en agua.

Lori se fue a la cocina. Si Reid y Madeline se quedaban solos, quiza prendiera la chispa. Sin embargo, el la siguio y la observo mientras intentaba alcanzar un florero de la balda mas alta. La aparto delicadamente y lo agarro el mismo.

– Zeke y yo hemos estado hablando -le comento mientras le daba el florero-. Sobre la forma de recobrar mi reputacion.

– ?Quien es Zeke?

– Mi administrador. He despedido a Seth: se ocupaba de los compromisos y las reservas, y no habra ninguno durante un tiempo. Hemos hablado de lo que podria hacer para mejorar mi imagen. ?Que te parece?

Ella metio las flores en el florero.

– Es un gesto. ?No crees que la gente pensara lo mismo? Tienes que hacer algo mas. Algo que pueda durar un poco.

Quiso recuperar las palabras en cuanto salieron de su boca o que se la tragara la tierra, ?«Durar un poco»? ?Por que habia dicho eso? Se parecia demasiado a lo que habia dicho la periodista en aquel articulo espantoso.

– Quiero decir… -empezo a disculparse antes de darse cuenta de que el estaba sonriendo.

– Se lo que quieres decir. Algo mas consistente.

– Eso…

– No te referias a mi capacidad para…

– En absoluto -replico ella atropelladamente-. Estoy segura de que es…

El espero con las cejas arqueadas.

– Correcta -termino Lori.

– Mejor que correcta.

– De acuerdo. Impresionante.

– Efectivamente -Reid sonrio.

– Me encanta todo en esta casa menos que no tenga lavaplatos -se lamento Madeline.

Habian terminado de cenar y de recoger la mesa. Habia mandado a Lori a descansar y Reid se habia ofrecido a ayudarla.

– Es una cocina original -siguio Madeline-. De los anos cuarenta. Ella compro los fogones en un sitio donde los restauran. Me deja tener un microondas en la encimera, pero se niega rotundamente a quitar uno de los maravillosos armarios para poner un lavaplatos.

El miro alrededor. Las paredes eran amarillas, los armarios blancos y las baldosas blancas y rojas con manchas amarillas.

– Tipico de ella -comento el.

– Si, estoy de acuerdo.

Reid agarro un pano de cocina y un plato mojado.

– Crei que tendrias otro aspecto.

– ?De enferma…? -pregunto ella.

– Algo asi.

– Lo tendre. Por el momento casi todos los sintomas son invisibles. Tengo algunos moratones en el torso porque el higado no me funciona bien. Mi aspecto empeorara a medida que la enfermedad avance.

– ?Te importa que hable de esto?

– No me importa nada -contesto ella-. Ahora mismo es parte de mi vida.

El no habia conocido a nadie que estuviera muriendose. Gloria era muy mayor y se acercaba al momento de la muerte, pero era distinto. Madeline tenia treinta y pocos anos.

– Pareces tranquila.

– Tambien tengo dias malos…

– Creo que yo no estaria tranquilo nunca.

– Nunca sabes de que eres capaz hasta que te pasa -ella sonrio-. Me quede paralizada y no sabia que hacer. Lori se ocupo de casi todo. Me acompano al medico e hizo las preguntas adecuadas. Mi marido se marcho y ella persiguio al abogado para cerciorarse que no me machacara.

– ?Se marcho porque estabas enferma?

– Si, fue un encanto.

– Lo siento -Reid no sabia que decir.

– Yo tambien. Por lo menos, no tuvimos hijos. Dejarme cuando se complicaron las cosas fue duro, pero

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