entre sus piernas. Ella sintio la misma avidez.

Se encontro en la cama. Reid, en cuestion de segundos, se puso un preservativo y entro en ella. La colmo, la tomo con una intensidad que no le dio otra alternativa que entregarse y gozar con sus embestidas.

– Un desastre -sentencio Dani mientras se sentaba frente a Gary en The Daily Grind-. Fue un desastre absoluto. El sitio me encanto. Valerie era estupenda y el personal encantador. Ademas, me habria encantado trabajar con Martina, la jefa de cocina.

– Entonces ?donde esta el desastre?

Dani miro alrededor para cerciorarse de que no habia nadie del restaurante de Valerie.

– La comida era malisima -contesto en voz baja-. Espantosa, de verdad. Hasta el te helado. Al parecer, no tengo buen paladar para la comida vegetariana mas sofisticada. Si me hubieran dado una quesadilla normal y corriente, habria firmado con los ojos cerrados. O si hubiera sido otro tipo de comida. Incluso si me hubiera gustado minimamente, habria intentado hacer el trabajo, pero te aseguro que lo que me sirvieron era casi repugnante.

– No creo que te busquen para hacerles propaganda -Gary se rio.

– Yo tampoco. Estoy desalentada. ?Por que tiene que pasarme esto? Nada me sale bien.

Gary le dio una palmada en la mano.

– Encontraras algo. Estoy seguro.

– Eso espero -farfullo ella mientras intentaba discernir que sentia con el contacto de su mano-. Seguire buscando. Estoy dispuesta a progresar en mi carrera. Recibo llamadas y eso es bueno. Solo tengo que tener paciencia.

– Asi me gusta -la animo el-. ?Has hablado con la detective?

– Si. Gracias por darme su nombre. Es fantastica y congeniamos, pero me dijo que si no le daba mas datos, no podria ayudarme. Yo no se nada de el, ni el nombre ni la direccion. Ni siquiera puedo darle una descripcion. Le he preguntado a mi hermano mayor, Cal, si sabe algo, pero tampoco sabe nada. Era muy joven y seguro que mi madre tuvo mucho cuidado de que no conociera al hombre con el que tenia una aventura.

Gary retiro la mano y dio un sorbo de cafe.

– ?Tu madre no dejo cartas, notas o un diario?

– No lo se, pero es una buena idea. Se lo preguntare a mis hermanos, aunque tampoco tengo muchas esperanzas. Solo hay una persona que puede saber algo, pero seria un milagro que me lo contara.

– Los milagros ocurren.

– No en mi mundo.

Era imposible que Gloria quisiera ayudarla. Sus hermanos juraban que habia cambiado, pero ?era eso suficiente? Gloria habia dejado muy claro que la despreciaba.

– No quiero darle el placer de tener que pedirle algo -comento Dani-. No se lo merece.

– ?Que te mereces tu? -pregunto el-. Si tienes la oportunidad de conseguir algo, ?no te compensa mantener una conversacion incomoda?

– Claro… -ella sonrio-. Tengo que ser racional.

– Soy profesor de matematicas. ?Que esperabas?

– Se que tienes razon -Dani suspiro-. Pero no soporto la idea de rogarle algo, aunque ya se que diras que, entonces, encontrar a mi padre no me importa lo suficiente -Dani dio un sorbo de cafe-. Hablare con Reid. Esta viviendo en casa de Gloria y pasa mucho rato con ella. Si me dice que esta dispuesta a ayudarme, se lo preguntare.

– Ya tienes un plan.

– Crees que debo enfrentarme al dragon -replico ella mirandolo fijamente.

– Nuestros miedos se hacen mayores sin no los afrontamos a la luz del dia.

– Eso lo dice el profesor de teologia.

– Es posible, pero tambien el hombre que hay en mi.

– Nunca hablamos de tu vida. Se te da muy bien hacer preguntas.

– Me interesa mucho mas tu vida -reconocio el-. Mis dias son muy parecidos.

– Y mi vida es como una serie de television. Me encanta saber que por lo menos puedo entretener a mis amigos.

– Te lo agradecemos -Gary se inclino hacia ella-. ?Te gustaria salir a cenar conmigo alguna vez?

La habia invitado a salir. Ella ya se habia preguntado si lo haria alguna vez y que sentiria. El lo habia hecho y no sintio panico ni la necesidad de evitar que las cosas pasaran a otro nivel. Gary era un tipo estupendo. Le gustaba. Era amable y sincero. Ademas, que no hubiera atraccion fisica podia ser positivo. Ultimamente, ya se habia abrasado bastante con la pasion.

– Me encantaria salir a cenar contigo -respondio ella.

Reid estaba encantado de la vida. El dia era soleado y hacia cierto calor, habia decidido que hacer con su vida y esa noche habia seducido a Lori hasta el paroxismo. No habia aceptado lo que le habian ofrecido, no se habia conformado con lo mas facil. Habia planeado la velada, la habia derretido y habia conseguido que gritara. Le gustaba pensar que podia conseguir eso de ella. Tambien le gustaba que no hubiera fingido. Podia interpretar el cuerpo de Lori como el suyo propio y sabia como complacerla. Se sentia bien con ella. Deseaba cosas en las que no habia pensado desde hacia mucho tiempo. Eso deberia haberlo aterrado, pero, en cambio, se encontro pensando en el futuro; planteandose que pasaria si…

?Que pasaria si no se separaba de Lori? ?Que pasaria si las cosas evolucionaban entre ellos? ?Que pasaria si ella se enamoraba de el? Sabia que el le gustaba, que no era solo que se hubiera encaprichado, como reconocia ella, sino que le gustaba de verdad. Si no, no se habria acostado con el. Le gustaria pensar que su transformacion fisica se debia a el, pero sabia que no tenia nada que ver. Lo utilizaba como excusa, pero en realidad, ella queria cambiar desde hacia mucho tiempo. Lori ya no se sentia comoda ocultandose.

Sin embargo, ?podia enamorarse de el? ?Estaba dispuesta a correr ese riesgo definitivo? Sabia que, superficialmente, era una buena conquista. Era atractivo y rico. Sin embargo, ?que podia decir de su interior? Nunca se habia comprometido con una mujer. Solo lo intento una vez. Como senalo Lori, luego se aprovecho de ese momento para no intentarlo otra vez. Eso no era suficiente para Lori. Ella tenia principios elevados y no sabia si estaria a su altura. Se sirvio cafe y siguio con el monton de cartas que tenia en la mesa. Eligio las que le preocupaban mas. Tenia que ser capaz de hacer algo por aquellos ninos.

Se fijo en una de las cartas. Era de un nino al que se le habia muerto su hermano gemelo. Sus hermanos Cal y Walker, junto con Dani, significaban todo para el. Si les pasara algo…

Descolgo el telefono y llamo al numero que aparecia en la carta.

– ?La senora Baker? -pregunto al oir una voz de mujer.

– Si.

– Buenos dias. Soy Reid Buchanan. Era jugador de beisbol.

– ?De verdad? Se quien es. Mi hijo es muy aficionado al beisbol. Es su mundo. Sobre todo desde… bueno, hace poco. Le fastidio mucho que se retirara. Estuvo hablando de eso durante dias enteros.

Si el nino supiera como habia tirado la carrera por la borda, no pensaria tanto en el.

– Senora Baker, su hijo me escribio y me conto la perdida que han sufrido recientemente. Lo lamento mucho.

– Gracias, ha sido muy dificil -consiguio decir ella despues de un silencio.

– Puedo imaginarmelo. Estaba pensando que podria hacer por Justin. Como distraerlo un poco. Tengo algunos amigos en el Seattle Mariners y he hablado con el director general. ?Les gustaria, a usted y Justin, pasar un fin de semana largo con el equipo durante la preparacion de primavera? Les llevarian en avion, en primera clase, y los alojarian en un buen hotel. Tendria a su disposicion un coche con conductor y dinero para las comidas. El hotel tiene spa. Tendria acceso gratis a todos los servicios. Yo me ocuparia de que hubiera alguien que cuidara de Justin mientras usted se relaja.

– No se que decir -reconocio ella casi sin poder hablar-. ?Por que iba usted a hacer algo asi?

– Porque puedo. Justin y usted lo han pasado muy mal.

– Es usted increiblemente generoso -dijo ella en voz baja-. No se que pensar.

– Me encantaria que me permitiera hacerlo. Si quiere un poco de tiempo para pensarselo, le dare mi numero

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