de telefono. Puede llamarme cuando quiera.

– Senor Buchanan -ella se rio, nerviosa-, es posible que no sepa muy bien que hacer durante todo el dia, pero no estoy tan loca. A Justin le entusiasmaria y, sinceramente, a mi tambien. Claro que iremos. Muchas gracias.

– Sera un placer. Dentro de un par de horas la llamaran de una agencia de viajes. Se lo organizaran todo, pero tambien quiero que tome mi numero de telefono. Si tiene algun inconveniente, lo que sea, llameme.

– Es increible. Gracias.

– Vaya con su hijo y pasenlo muy bien.

– Lo haremos.

Reid le dio su numero y colgaron. Luego se dejo caer contra el respaldo de la butaca y miro la lista de cosas que tenia que organizar. La agencia de viajes le habia prometido que supervisaria todo, pero el llamaria para comprobarlo personalmente. No queria que se repitiera el desastre de los billetes de vuelta. Arranco una hoja de papel y la anadio a la lista de los asuntos en marcha. Si la fundacion no iba a tener una agencia de viajes propia, queria que alguien se ocupara de que todo se organizara bien.

Lori llego a su casa poco antes de las cinco y vio un coche conocido en el camino de entrada. Entro en el garaje, cerro la puerta y paso a la cocina. Oyo que Madeline y su madre se reian en la sala y se le encogio el estomago. No le importaba que su hermana invitara a gente, tambien era su casa, pero ?por que tenia que ser a su madre? Independientemente de como transcurriera la velada, ella siempre se quedaba con la sensacion de sobrar.

– Hola, he llegado -saludo desde la cocina mientras dejaba el bolso en la encimera.

– Estamos en la sala -contesto Madeline-. Ven con nosotras.

Lori se quedo un instante pensando una excusa para refugiarse en la tranquilidad de su cuarto. Ojala Reid hubiera querido seducirla esa noche, pero el no estaba en casa cuando termino el turno y no quiso llamarlo al movil para preguntarle que estaba haciendo. Tenian una relacion, pero ella no sabia ni entendia cuales era los limites. Tenia la sensacion de que encontraria las respuestas con una conversacion, pero no se atrevia a hacer las preguntas. Parecia tonta, se reprendio a si misma. Deberia estar dispuesta a preguntarle que pensaba y a explicarle sus deseos y necesidades. Presumia de ser una persona que no eludia nada, y era verdad. Pero lo era menos con Reid y su madre.

Evie entro en la cocina y le sonrio.

– Hola, Lori. ?que tal ha ido el dia?

– Bien, gracias. Gloria esta mejorando mucho. He estado preocupada por su recuperacion, pero avanza un poco todos los dias. Dentro de un par de meses deberia volver a su vida normal.

– Que bien.

Su madre la agarro del brazo y la llevo a la sala, la sento en el sofa y se sento a su lado.

– Tu hermana y yo nos hemos confesado.

Evie miro a Madeline y las dos se rieron. Lori las miro fijamente sin entender el chiste.

– ?Que ha pasado?

Madeline agito una mano en el aire.

– Nada malo -dijo entre risas-. A no ser que seas el pollo.

Volvieron a soltar una carcajada y Lori intento no perder la paciencia, aunque queria gritar. ?Que era tan gracioso?

– Deberiamos tener pollo de cena -le explico Evie mientras se secaba los ojos-. Vine para ayudar a Madeline. Estabamos sazonando el pollo, pero estaba resbaladizo y salio volando hasta la otra punta de la cocina.

Las dos volvieron a reirse sin parar. Lori podia entender que la escena fuera graciosa, pero aquello le parecio un poco exagerado.

– Bueno -replico Lori lentamente-. ?Y…?

Madeline se llevo una mano al pecho.

– Lo recogi y cuando estabamos lavandolo, volvio a escaparsenos. El pollo estaba decidido a no acabar en el horno.

– Es verdad -corroboro su madre-. Se nos cayo otras dos veces, pero conseguimos sazonarlo, ponerlo en la fuente y meterlo en el horno. Vinimos a la sala para reponemos y cinco minutos antes de que llegaras, nos dimos cuenta… -volvio a echarse a reir.

Madeline tambien se rio.

– Nos habiamos olvidado de encender el homo -consiguio farfullar.

Volvieron a troncharse de risa. Lori intento encontrarle la gracia a que se les hubiera olvidado encender el homo. Al parecer, era uno de esos momentos que habia que vivir.

– La cuestion es -le dijo su madre-, que tu no te habrias olvidado. Eso era lo que estaba diciendole a Madeline cuando llegaste. Tu siempre has sido la fiable, Lori. No eres inestable como tu hermana y como yo.

Lori contuvo las ganas de decir que su hermana no era inestable. Su madre dejo de reirse.

– Eras una nina muy buena, Lori. Podia confiar en ti para que te ocuparas de las cosas. Cuando estaba sobria, pensaba que eso no era bueno. No te lo reprocho. Sobrevivimos solo gracias a ti, contigo cerca no tenia que preocuparme de lo que pasaba en casa. Todo estaba controlado.

Lori no supo que decir. Ella recordaba lo mismo, pero nunca habia pensado que eso hubiera unido a la familia. Hizo lo que habia que hacer porque su madre estaba siempre borracha y Madeline estaba muy ocupada con su vida.

– Recuerdo que Lori se ponia muy pesada para que comiera -comento Madeline-. O, al menos, para que comiera mejor de lo que comia.

– A mi me hacia lo mismo -anadio Evie-. Todavia puedo ver a aquella chiquilla deliciosa en medio de la cocina con un puchero y gritando que nos sentaramos a comer juntas, que si no lo haciamos nos sentaria ella misma.

Lori noto la avalancha de recuerdos, casi todos malos. Intento esquivarlos, como hacia siempre, pero su madre siguio hablando de todo lo que habia hecho.

– Habria estado perdida sin ti -concluyo Evie-. ?Te lo habia dicho alguna vez? Es verdad.

Lori se sintio muy incomoda. Su madre y ella no se llevaban bien. No estaba permitido que estrecharan lazos.

– No fue para tanto.

– Claro que lo fue. Una parte de la rehabilitacion consiste en reconocer como afecto el alcohol a tu familia. A ti te obligo a crecer demasiado de prisa. Tu te convertiste en la madre. Yo nunca quise serlo.

Lori se movio, incomoda, en el sofa.

– No pasa nada -murmuro con ganas de cambiar de conversacion.

– Si pasa -replico su madre-. Ojala las cosas hubieran sido distintas -Evie fruncio el ceno-. ?Donde estan tus gafas? ?Llevas lentillas?

– Se ha operado -intervino Madeline con tono orgulloso-. ?Verdad que esta muy guapa?

– Nunca sera tan guapa como tu -fue la respuesta de su madre.

Madeline hizo una mueca de disgusto, pero sirvio para que Lori recuperara la perspectiva.

– Crei que no querias operarte de los ojos -comento Evie.

– No puedo llevar lentillas -le explico Lori-. Lo intente, pero es imposible. Ya no tengo que preocuparme por las gafas.

– ?Hay algun hombre? -pregunto su madre sin rodeos-. Las mujeres siempre hacemos tonterias por un hombre.

Lori recordo que habia querido cambiar de tema, pero no a ese.

– No lo he hecho por un hombre -afirmo Lori rotundamente-. Me gusta poder ver sin gafas.

Su madre no se inmuto. Lori no soportaba que pareciera que habia cambiado por Reid. El habia sido un catalizador, pero no el motivo.

– De acuerdo. Estoy viendo a alguien, mas o menos. No es nada importante.

– ?Nada importante? -pregunto Madeline-. Es fabuloso, como el. ?Te acuerdas de Reid Buchanan? Aquel jugador de beisbol imponente que se fastidio el hombro el ano pasado y tuvo que retirarse.

– No me acuerdo de eso -contesto Evie -, pero ?no han publicado un articulo despreciable sobre el hace poco?

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