escribi un articulo sobre Reid Buchanan.

No hacia falta explicar de que articulo se trataba.

– ?Un articulo? ?Asi lo llamas?

– Vaya -la mujer sonrio con afectacion-, eres una de sus admiradoras…

Ella estaria mas o menos embelesada por Reid, pero no estaba dispuesta a reconocerlo. Ademas, no se trataba de sus sentimientos sino de utilizar la posicion de uno para denigrar a una persona casi inocente… Bueno, inocente.

– ?Te parezco una de sus admiradoras? -pregunto ella abruptamente-. En realidad solo soy una persona que se pregunta cuales son los criterios del periodismo actual. Hay una diferencia entre ser periodista y ser perverso. Publicaste lo que publicaste por ser mujer. Si la situacion hubiera sido a la inversa, el articulo no existiria.

– Es posible -Cassie se encogio de hombros-, pero estoy sacando mucho partido de la historia. Todo es verdad. Fue una nulidad en la cama, pero, como dije, solo es mi opinion. Parece que otras no estan de acuerdo. ?Esta el en casa?

– No se de que estas hablando -contesto Lori sin dejar de mirar a la mujer.

– No puedo encontrarlo por ninguna parte y no creo que se haya ido de Seattle. No puede esconderse en muchos sitios…

– ?Que me dices de alguna de sus admiradoras?

– ?Reid comprometido con una sola mujer? -Cassandra se rio-. No lo creo.

Lori opinaba casi lo mismo, pero iba a pasarlo por alto por el momento.

– Estas en una propiedad privada. Por favor, marchate.

– Claro. No te preocupes. Por cierto, ?pasas mucho tiempo en Internet?

– No…

– Entonces, seguramente no hayas visto esto.

Cassie le dio unas fotos. Lori las miro sin pensar y deseo no haberlo hecho. Era media docena de imagenes de Reid manteniendo relaciones sexuales. En cada foto se veia a Reid con la misma mujer. Eran descarnadas, explicitas y con bastante grano, pero transmitian el mensaje: le encantaban las mujeres.

Se las devolvio haciendo un esfuerzo para no inmutarse. Se sentia como si tuviera que lavarse las manos.

– Gracias, pero nunca veo estas cosas antes del desayuno.

– Estan en Internet. Hasta un nino de diez anos podria bajarlas. ?Estas segura de que quieres protegerlo? Deberiamos juntarnos para hacer frente a hombres como Reid Buchanan.

Ella nego con la cabeza a pesar de las nauseas.

– No me interesa juntarme contigo contra nadie.

Lori espero a que Cassandra se marchara para entrar en la casa. Seguia sintiendo nauseas. Eran unas fotos espantosas. ?Sabria algo Reid? ?Habia posado? Preferia creer que las habian sacado sin su conocimiento, pero no podia estar segura. Casi no lo conocia. Que quisiera que fuese una buena persona no significaba nada. A juzgar por la vida que llevaba, era mas probable que fuese culpable. Eso deberia acabar con su embeleso. No lo haria, pero deberia.

– Tienes que andar -dijo Lori mientras agarraba a su paciente con las dos manos-. Hasta el otro lado de la habitacion.

– No pienso -replico Gloria-. Bastante tengo con ese fisioterapeuta. Al menos, el sabe lo que hace.

– O haces la fisioterapia y te mejoras o te metes en la cama y te mueres.

– No dejas de amenazarme con la muerte, pero sigo de pie.

– A duras penas -Lori la miro agarrada al andador-. ?No quieres tener fuerzas para pegarme una patada en el trasero?

– Lo que quiero es librarme de ti. ?Largate!

Lori no le hizo caso y dio una palmada en la cama.

– Ocho pasos -la animo jovialmente-. Siete si no te tambaleas.

– No me tambaleo -el tono de Gloria fue gelido.

– A mi me lo parece.

– Te detesto con toda mi alma -dijo la anciana.

– Estoy segura, pero camina.

Gloria cruzo el despacho lenta y penosamente. Cuando llego a la cama, Lori la sujeto mientras la tumbaba.

– Lo has hecho muy bien.

Lori lo dijo con un tono casi inexpresivo. No estaba halagandola ni queria que Gloria lo creyera. Al menos, esas tareas la distraian y la mantenian ocupada para no pensar en las fotos que habia visto. Hablando de ocupaciones… Abrio la bolsa que habia llevado y saco varios catalogos.

– Tienes donde elegir -Lori paso las paginas-. DVDs, libros en CD, la compra basica… Aunque todos mis catalogos son de ofertas, algo que me imagino que no practicas.

Gloria miro las paginas y luego la miro a ella.

– ?De que estas hablandome?

– Algo para que te distraigas. Te pasas el dia mirando estas cuatro paredes, irascible y, francamente, sacandome de quicio. Tienes que hacer algo mas. Leer, ver una pelicula… Normalmente, anadiria «ver a la familia», pero la eludes.

– No tengo ni idea de lo que quieres decir -replico Gloria mirando hacia la ventana.

– Que curioso. Kristie me dijo que uno de tus nietos, Walker, se paso por aqui ayer por la tarde; que llamo antes y le dijiste que no viniera, pero vino a pesar de todo.

Se quedo asombrada cuando lo supo. Ella creia que Gloria era la abandonada de la familia. Sin embargo, primero se habia negado a ver a Cal y luego despacho a Walker. Por mucho que le costara reconocerlo, quiza Reid tuviera algo de razon cuando decia que era un poco complicada.

– No es de tu incumbencia -Gloria entrecerro los ojos-. Si vuelves a decir algo de mi familia, te despido.

– Disculpa… -Lori fingio bostezar-. ?Que has dicho? No te he entendido.

– ?Crees que no puedo? -pregunto Gloria-. Me basta con una llamada a la agencia que te emplea y estas en la calle.

– No quieres que me vaya -Lori sacudio la cabeza-. Te trato con firmeza y lo respetas. Me ocupo de ti y lo necesitas. No puedes ser tan hiriente como para ahuyentarme y eso es una novedad para ti. Sin embargo, ?porque te empenas tanto en vivir sola?

– Largate -Gloria senalo hacia la puerta-. Largate inmediatamente.

Lori estaba a punto de discutir, cuando sintio el estomago revuelto. Hizo un gesto con la cabeza y se marcho. Se dirigio hacia la cocina y cuando llego al vestibulo se puso a temblar y creyo que iba a desmayarse. Miro el reloj y se dio cuenta de que llevaba mucho tiempo sin comer. Tendria que haberlo previsto, pero entre la periodista emboscada y el trabajo con Gloria, se le habia pasado la hora. Entro en la cocina y se encontro con la unica persona que no queria ver: Reid. El levanto la vista del monton de papeles que estaba leyendo, la miro y sonrio.

– He oido gritos. ?Deberia preocuparme?

Estaba debil por la bajada de azucar en sangre y lo que menos le apetecia era una reaccion visceral ante ese hombre. Sin embargo, el corazon le dio un vuelco y le flaquearon las piernas; no por la necesidad de comer sino por la necesidad de un hombre. Sin embargo, ?por que tenia que ser ese hombre?

– No pasa nada.

Lori fue hacia la nevera, donde habia guardado una botella de zumo, pero antes de llegar, el se habia levantado y estaba al lado de ella.

– Lori… ?que te pasa? Tienes un aspecto horrible.

– Vaya, gracias.

– Lo digo en serio -le toco la mejilla-. Estas sudando y temblando.

El contacto de sus dedos fue levisimo, casi imperceptible, pero ella se recosto contra ellos y se imagino que la acariciaba por todo el cuerpo. Fue humillante. Tenia que tener en cuenta que solo era una hermosa fachada sin nada dentro. Una fachada que disfrutaba sacandose fotos.

Вы читаете Inmune A Sus Encantos
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату