Katie sintio un aleteo dentro del pecho. Ojala, penso, les gustara Fool's Gold.

– ?Ya sabeis donde? -pregunto.

– Aun no. Estamos iniciando el proceso. ?Y tu? Dijiste que te gustaba vivir en tu pueblo. Pero ?para siempre?

– Si. Estudie fuera, pero volvi. Pense una temporada en mudarme a un sitio mas grande y buscar trabajo en un periodico de verdad. Pero este es mi hogar.

Jackson miro las montanas que se erguian por encima del hotel.

– Es precioso -vacilo-. ?Nunca has tenido ganas de mudarte por nadie?

– ?Por un chico, quieres decir? -ella lo miro-. Vamos, por favor. Ya has conocido a Alex. No fue precisamente un acierto. Yo creia que era uno de los buenos -ceno los ojos al acordarse-. Creia que se habia enamorado de Courtney al primer vistazo. Pero ahora no estoy tan segura. Creo que no estabamos bien juntos. Courtney fue la causa de que rompieramos; fue un catalizador.

– ?Y antes de el?

– Los sospechosos habituales. Un novio del instituto que me rompio el corazon. Un tipo de la facultad, muy intenso y romantico, que al final resulto demasiado intenso y aburrido…

Jackson se puso a juguetear con las puntas de su pelo.

– Entonces eres una rompecorazones -su voz sonaba baja y sexy, y Katie se estremecio.

– No exactamente.

– No era una pregunta. Lo eres.

«Ojala», penso ella, y se aclaro la garganta.

– ?Y tu? ?Has tenido mas novias, aparte de Ariel?

– Un par. No tuve novia en el instituto. Mi primera experiencia romantica fue en la facultad.

– Dejame adivinar. Ella era mas mayor y te enseno todo lo que sabes.

Jackson se movio para mirarla de frente.

– ?Como lo sabes?

– ?A que edad fuiste a la universidad? ?A los cinco?

– A los dieciseis.

– Casi, casi. Habria sido dificil que encontraras a una chica de tu edad. A no ser que esperaras hasta el ultimo curso -miro sus bellos ojos verdes-. Y puede que tu estuvieras dispuesto a esperar, pero dudo que lo estuvieran ellas.

El esbozo una sonrisa.

– Yo tenia diecisiete y ella diecinueve. Fue en Mexico, durante el viaje de fin de curso. Yo no queria ir.

– ?Y ella te alegro el viaje?

– Ya lo creo que si.

– Menos mal que estabais en el extranjero. En la mayoria de los estados, esa relacion habria sido ilegal.

La sonrisa de Jackson se hizo mas amplia.

– Merecio la pena.

Katie se rio.

– No eras tu quien estaba cometiendo un delito, Jackson. Era ella. Tu eras menor.

– Ah. Tienes razon. Mejor, entonces.

– ?Y entre esa aprovechada y Ariel?

El se rio y la atrajo hacia si.

– Te estaba esperando a ti.

«Ojala fuera cierto», penso Katie con un suspiro, rindiendose a el. Jackson era una tentacion que no parecia poder ignorar. Todo en su interior le decia que era el hombre perfecto. Lo cual era imposible, teniendo en cuenta el poco tiempo que hacia que se conocian.

Pero se sentia tan a gusto con el…

Se habia pasado la vida persiguiendo lo que queria. Aunque era una calamidad en los deportes, habia encontrado un modo de convertir su aficion por ellos en una profesion. Cuando Colleen, la directora del periodico local, se nego a entrevistarla para el puesto de redactor de deportes, estuvo tres semanas enviandole un articulo diario. Colleen dio marcha atras y la contrato.

Habia afrontado entrevistas durisimas, desarrollado una red de amistades y sido feliz. Menos en el amor. En eso siempre habia sido cauta, sobre todo porque tenia miedo de que le hicieran dano. Pero, pese a todo, se estaba enamorando de Jackson. Tal vez fuera hora de hacer algo al respecto.

Cambio de postura para mirarlo.

– Te vas a casa manana por la manana.

– Ese es el plan. A menos que quieras que me quede.

Ella lo miro fijamente.

– ?A que…?

– Podrias ensenarme el pueblo. Invitarme a dormir en tu casa -tomo su cara entre las manos-. Esto ha sido fantastico, Katie. Estoy en deuda con mi madre, y a lo bestia. Eres asombrosa. No quiero perderte.

– Ni yo quiero que me pierdas -reconocio ella-. Me encantaria ensenarte esto. He disfrutado mucho del tiempo que hemos pasado juntos. No creia que pudiera encarinarme con alguien tan rapidamente.

– Yo tampoco.

Katie tomo una de sus manos.

– He disfrutado muchisimo contigo, de veras. Eres justo lo que…

– ?Ahi estais! -su madre cruzo corriendo el cesped en direccion al emparrado-. Os he buscado por todas partes. Esto es un manicomio. Lo digo por no ponerme negativa y decir que es un desastre, pero las cosas no van bien. Buenos dias, Jackson.

– Janis.

Katie se levanto de mala gana.

– ?Que pasa? -miro su reloj-. No es hora de prepararse aun.

– No, aun quedan un par de horas para que la estilista que Courtney ha hecho venir desde San Francisco nos ponga guapos a todos. El bombazo es lo de Rachel y Bruce.

Katie hizo una mueca, intentando no recordar al padre de Alex en brazos de Tully.

– Van a divorciarse -anuncio Janis.

– ?Que?

– Por lo visto llevaban meses separados, pero Rachel no queria que nadie lo supiera -su madre bajo la voz-. Fue idea de Rachel. Dejo a Bruce por otra mujer.

Katie no sabia que decir.

Jackson se acerco a ella y le susurro al oido:

– ?Todas vuestras reuniones familiares son asi? Porque esto es mejor que ir al cine.

Katie se volvio hacia su madre.

– ?En serio? Entonces, ?da igual que Bruce se haya liado con Tully?

– No se si da igual. Bruce no es un hombre joven. Es probable que Tully acabe matandolo, pero el morira feliz. Les he visto morreandose en el porche cuando venia hacia aqui.

Katie hizo una mueca.

– Mama, hazme un favor: no digas «morreandose».

– ?No se dice asi? Vosotros, los jovenes, siempre cambiando el lenguaje. Cuesta mantenerse al dia.

Katie le dio el brazo.

– Lo se. Lo hacemos a proposito. Bueno, ?hay algo mas que deba saber? ?Alex y Courtney han hablado?

– Eso sera una incognita por los siglos de los siglos.

Jackson tuvo que dejar a Katie en manos de la estilista a eso de la una y media. Paso las horas siguientes visitando la pagina web de Fool's Gold y mirando el precio de las casas. Por lo que pudo ver, el pueblo era fantastico. Era logico que Katie se resistiera a mudarse.

Poco despues de las cuatro, se puso el traje oscuro que habia llevado y bajo al vestibulo para esperar a su madre. Su padre se habia librado de tener que asistir gracias a un viaje de negocios a Hong Kong muy oportuno.

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