– Me trataste como si fuera idiota.
– Me sentia fuera lugar, y era un modo de compensar mi incomodidad -se encogio de hombros-. No te lo tomes como algo personal. Actuaba asi en todas partes.
– ?Una de las desventajas de ser siempre el mas listo de la clase?
– Tu tampoco te quedaste corta.
Ella se rio.
– Me vi reducida a amenazarte con la violencia fisica. No creo que pueda decirse que me quede corta.
– Pues te ha ido bastante bien. Tengo entendido que ahora eres una famosa periodista deportiva.
Si hubiera estado bebiendo, Katie se habria atragantado.
– No exactamente. ?Eso es lo que te ha dicho tu madre?
El asintio.
– Trabajo en el periodico del pueblo. El Fool's Gold Daily Republic. Me ocupo de las paginas deportivas, de vez en cuando hago un editorial y, cuando estan muy desesperados, algun que otro articulo de urgencia. Nadie diria que eso es ser famosa.
– Te gusta tu trabajo, te lo noto en la voz.
– Si, me gusta -se descubrio mirando sus ojos verdes y deseando haberle hecho caso a su madre antes. Howie… eh, Jackson… era todo lo que le habia dicho y mas-. Me han dicho que eres una especie de genio de los ordenadores -hizo una mueca, y penso que quiza deberia haberse informado un poco-. Creaste un programa sobre… eh… no se que asunto empresarial.
Aquella lenta y provocativa sonrisa volvio a aparecer.
– Control de inventarios. Creeme: es mejor que no sepas los detalles.
– Seguramente, pero esta bien que alguien se ocupe de los inventarios. Es muy… ingenioso.
El levanto las cejas.
– ?Ingenioso?
– Estudie periodismo deportivo, no empresariales. «Ingenioso» es lo unico que se me ha venido a la cabeza, dadas las circunstancias. Ponme un plazo de entrega y seguro que me ocurre algo mas impresionante.
– Puede que ya este impresionado.
Katie no sabia si era por lo que habia dicho o por como lo habia dicho, pero por primera vez desde hacia mucho tiempo, se sintio francamente femenina. Si hubiera tenido el pelo un par de centimetros mas largo, habria sentido la tentacion de sacudir la melena. Lo cierto era que se alegraba de que su madre la hubiera hecho ponerse un vestido de verano en vez de unos vaqueros y una camiseta, y de haberse puesto rimel y brillo en los labios.
– No eres como esperaba -continuo el.
– Lo se -reconocio ella, intentando no batir las pestanas, aunque se moria de ganas-. Cuando mi madre sugirio que viniera contigo, no me hizo ninguna gracia. Pero te agradezco mucho que hayas venido y que vayas a echarme una mano con esto.
– No hay problema.
– Eso dices ahora, pero no tienes ni idea de donde te estas metiendo -Katie sonrio-. Quiza deberia confiscarte las llaves del coche antes de decir nada mas. Para que no puedas salir huyendo en plena noche.
– ?Tan terrible es?
– Digamos que mi hermana solo es feliz rodeada de melodrama y que tengo una tia que tiene por costumbre seducir a maridos y novios ajenos. Como sin duda te habra dicho tu madre, el novio es mi ex. Y eso es solo el principio.
– Parece divertido.
– No sabes cuanto. ?Te apetece probar?
– Creo que podre arreglarmelas. ?Tu lo dudas?
No, teniendo en cuenta que la miraba como si fuera una deliciosa golosina. Lo cual era imposible: tenia que ser un efecto visual producido por la luz. O algun problema con sus gafas.
– Deberiamos… eh… registrarte en el hotel -dijo Katie-. ?Has venido mucho a Fool's Gold estos ultimos anos?
– No habia estado aqui desde nuestro ultimo encuentro.
– Pero te criaste en Sacramento -dijo ella-. Y esta muy cerca.
– Pero despues de la facultad me fui en direccion contraria. Hacia la costa -paseo la mirada por el vestibulo-. Segun parece, aqui se esquia muy bien en invierno.
– ?Tu esquias?
– Un poco. Me gusta mucho, pero no se me da muy bien.
– A mi tambien -dijo Katie-. Es mas facil que el snowboard, por lo menos para mi. Me encanta probar distintos deportes, pero de momento no he encontrado ninguno que se me de del todo bien -lo condujo hacia el mostrador de recepcion-. Aqui hay algunas pistas excelentes en invierno. Pero en esta epoca del ano lo mejor es acampar y hacer senderismo. El hotel se dedica a celebrar bodas y cursos de fin de semana. Trae a chefs de cinco estrellas o a expertos en arte. Esas cosas. Y viene gente de todas partes para asistir a conferencias o ver exhibiciones.
– ?Trabajas en una agencia de viajes en tu tiempo libre?
Katie se rio.
– Vivo en el pueblo. No es dificil mantenerse al corriente de lo que pasa.
– ?Creciste aqui y nunca has querido irte?
Ella ladeo la cabeza, pensativa.
– No, la verdad. Fui a Ashland College y, aunque me encanto, estaba deseando volver. Fool's Gold es mi hogar -hablaba con certeza, como si aquella creencia fuera inamovible.
Jackson se habia sentido a gusto en Sacramento, durante su infancia, y despues en el MIT. Habia vivido en la costa este una temporada, pero al decidir montar su propia compania de software, se inclino por el oeste. California tenia algo especial. Ahora vivia en Los Angeles y, aunque le encantaba la ciudad, no podia afirmar que fuera su hogar con el mismo fervor que Katie.
Se habia llevado una sorpresa con ella. Tenia mucha energia, como si disfrutara de todo lo que hacia. Sus ojos azules brillaban con humor e inteligencia. Era tan curvilinea y tentadora que, con solo entrar en una habitacion, te dejaba sin aliento. Habia algo especial en su modo de moverse: una especie de determinacion y de sutil sensualidad que hacia que algunas partes del cuerpo de Jackson gruneran de ansia.
A los trece anos, lo habia aterrorizado. Catorce anos despues, era una tentacion, aunque Jackson no fuera a hacer nada al respecto. La hija de la mejor amiga de su madre era terreno prohibido. Y no solo porque sus madres quisieran controlar cualquier posible relacion entre ellos, sino porque Jackson imaginaba perfectamente lo que diria su madre si sospechaba que se disponia a romperle el corazon a la hija de su mejor amiga. Una lastima, penso con no poco pesar.
– La familia ocupa un ala del hotel -iba diciendo Katie mientras se acercaban al mostrador de recepcion-. Pero me he asegurado de que no te pusieran cerca. No queremos que la tia Tully se cuele en tu habitacion en plena noche -su sonrisa se volvio malevola-. Todavia eres joven: te causaria un trauma irreparable.
– No se si me muero por conocerla o prefiero esconderme.
– Yo te protegere.
El se registro rapidamente en el hotel, despues de lo cual le dieron una llave antigua.
– Es por aqui -dijo Katie, indicando los ascensores del fondo del pasillo-. Preparate, porque todo empieza esta noche. Hay una fiesta -se detuvo y lo miro.
– Las fiestas estan bien.
– Una fiesta de disfraces con tematica de los anos cincuenta. Ya tienes un disfraz en tu habitacion.
?Una fiesta de disfraces? Jackson noto que su madre se habia callado unos cuantos detalles.
– Suena genial -mintio.
Katie se rio y le toco el brazo.
– No te preocupes. Los chicos solo tienen que llevar camisa blanca de manga corta. Puedes ponerte vaqueros y, si tienes mocasines, mejor que mejor.
– ?Con calcetines blancos?
– Ese seria el toque ideal.