Jackson notaba la calidez de sus dedos en la piel. Le gustaba que tuviera por costumbre tocar a los demas. Le daba ganas de tocarla a el tambien. De tomar el control de la situacion.

Bajo la mirada hacia su boca y alli la dejo. Sus labios eran tan curvilineos y carnosos como el resto de su cuerpo. Katie era la exuberancia personificada.

– A mi me toca llevar falda de campana -prosiguio ella-. Con rebequita, ?te lo puedes creer?

Una imagen interesante, penso Jackson sin dejar de mirar su boca. Nunca antes le habia atraido la moda retro, pero tenia la impresion de que, gracias a Katie, iba a aficionarse a ella.

– Creo que deberiamos coordinar lo que vamos a decir -dijo ella con voz levemente crispada.

El la miro con esfuerzo a los ojos. Tenia las pupilas un poco dilatadas y parecia algo jadeante.

– Sobre como nos conocimos -anadio.

– Podriamos decir la verdad: que nos emparejaron nuestras madres.

– Eh, si. Eso esta bien -se aclaro la garganta-. ?Hace seis meses, digamos?

– Por mi, bien. Estamos juntos desde entonces -sonrio-. Me sorprendio un poco que me invitaras a dormir contigo en la primera cita, pero, como soy un caballero, no tuve valor para negarme.

Los ojos de Katie se agrandaron y luego, al juntarse sus cejas, volvieron a achicarse.

– ?Como dices? Eres tu el que a los quince minutos de conocernos estaba completamente loco por mi. Practicamente me acosaste. Yo solo sali contigo porque me sentia culpable por haber puesto tu vida patas arriba.

Jackson se rio.

– O podriamos quedar en un termino medio. Atraccion mutua y un interes creciente.

– De acuerdo. Aunque me gusta mucho la idea de que estuvieras desesperado.

Katie no tenia ni idea de lo poco que haria falta para ponerlo en ese estado, penso el, y de nuevo tuvo ganas de tocar su piel para ver si todo su cuerpo era tan suave como sus manos.

Echaron a andar hacia los ascensores. Pero, antes de que llegaran, una mujer atractiva, de mas de cincuenta anos, se acerco a ellos a toda prisa. Jackson reconocio a la mejor amiga de su madre.

– Hola, Janis -dijo-. Me alegro mucho de verte.

– Howie -dijo ella, distraida.

Jackson intento no hacer una mueca al oir aquel nombre. Su madre se negaba a llamarlo de cualquier otro modo, asi que era logico que Janis ignorara que ya no respondia a aquel patetico nombre.

– Tenemos una crisis -le dijo Janis a su hija.

– ?Solo una? Estaba segura de que habria mas.

– No tientes al destino. Todavia es pronto -Janis exhalo un suspiro-. Se trata del pastel. O, mas bien, de la pastelera. Por lo visto los adornos se hacen antes, luego se hace la tarta y despues se junta todo y queda precioso. No estoy muy segura de los detalles.

– Esta bien, ?cual es el problema?

– Que la pastelera ha tenido un accidente de coche. Se ha roto un brazo y no estara recuperada hasta dentro de dos meses. No quisiera parecer cruel, pero ?tenia que pasar precisamente hoy? La tarta iba en el coche. Asi que tenemos los adornos, que llegaron ayer, pero no tenemos tarta -Janis agarro el brazo de su hija-. Yo no puedo ocuparme de esto. Tu hermana esta histerica, tu padre se esta escondiendo porque me ve cara de panico. Estan llegando tus parientes y la tia Tully ya ha intentado ligar con el botones. Tienes que ayudarme.

– ?Por que dices «mis parientes»? -pregunto Katie-. ?«Mi hermana»? ?«Mi padre»? Tambien son tu familia.

– No me estas ayudando -contesto Janis, con voz cada vez mas chillona.

– Perdona. Encontraremos otro pastelero.

– ?Como? Estamos en plena epoca de bodas. Estaran todos ocupados. Esto es una senal. Esta boda va a ser un desastre, lo intuyo.

– Calmate, mama.

– No puedo.

Jackson saco su telefono movil.

– Quiza yo pueda ayudar. Tengo una amiga que tiene un negocio de catering. Antes decoraba tartas. Seguro que puedo convencerla para que nos ayude.

Janis se volvio hacia el.

– No juegues con mis sentimientos, Howie. Estoy al borde de un ataque de nervios.

– Voy a llamarla ahora mismo -paso su lista de contactos hasta que encontro el numero de Ariel. Ella contesto unos segundos despues. Jackson la saludo y le explico el problema.

– No sera tu boda, ?verdad? -pregunto ella, recelosa.

– No. Es la de una amiga. Estoy pasando el fin de semana aqui, y luego volvere a casa.

Ella titubeo.

– Normalmente no tendria tiempo, pero me han cancelado un encargo a ultima hora. Estare alli por la manana. Necesitare acceso a la cocina para preparar la tarta -menciono un precio que hizo dar un respingo a Jackson, pero Janis se limito a asentir con la cabeza.

– Genial -dijo-. Estoy deseando verte.

– Gracias. Nos vemos pronto -cuando colgo, Janis le dio un abrazo.

– Nos has salvado a todos.

– Es una tarta, no un rescate de un edificio en llamas.

– Es casi lo mismo -ella se llevo la mano al pecho-. Ya puedo respirar otra vez, por lo menos hasta que estalle la siguiente crisis. Ahora, id a vuestras habitaciones a prepararos para la fiesta. Yo voy a emborracharme -se dirigio hacia el bar.

Jackson pulso el boton del ascensor y miro a Katie.

Ella levanto las cejas.

– Entonces… Ariel es una ex novia.

– ?Como lo sabes?

– Los hombres no suelen tener el numero de una pastelera grabado en la lista de marcacion rapida.

– Esta en mi lista de contactos. Es distinto.

– Pero se le parece.

Se abrieron las puertas y entraron en el ascensor. Katie apreto el boton del cuarto piso.

– ?Acabasteis mal? -pregunto.

– No, la verdad es que fue muy facil. Ella me dejo. Yo pense que estaba destrozado, pero no fue asi -se habia recuperado tan rapidamente de la ruptura que habia llegado a la conclusion de que estaban mejor siendo amigos.

– Supongo que eso es preferible a pasarse meses llorando por alguien.

El la miro.

– ?Eres de las que se pasan meses llorando?

– Bueno, he estado un poco deprimida un par de veces en mi vida, pero pasarme meses llorando, eso nunca.

El ascensor se detuvo y salieron. Katie lo condujo hacia su habitacion.

– La mia esta enfrente -dijo.

El miro la puerta y luego la miro a ella.

– ?Puedo fiarme de ti? -pregunto.

Katie sonrio.

– Si hubieras sido tan divertido hace catorce anos, no habria amenazado con darte una paliza.

– Si hubiera sido asi hace catorce anos, habria querido que lo intentaras.

Se miraron el uno al otro. Katie parpadeo primero; despues, miro su reloj.

– Este disparate empieza dentro de una hora -dijo-. Preparate.

– No me asusto facilmente. Ademas, te tendre a ti para protegerme.

– Reza por que la tia Tully no se fije en ti.

– Puedo arreglarmelas con la tia Tully.

– Eso dices ahora -dijo Katie por encima del hombro mientras se alejaba.

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