David suspiro.
– Averiguar como puedo mantener a salvo a Natasha y a su madre adoptiva sin que ninguna de las dos sienta panico.
Para empezar, pondria mas seguridad en el hotel.
– Quiza estemos equivocados en todo esto -le recordo Ainsley-. Es posible que todo haya sido un malentendido.
– Quiza si, pero hasta que este seguro de ello, quiero tomar todas las precauciones posibles.
– No tienes por que llevarme a todas partes -le dijo Liz a David cuando el detuvo el coche frente al orfanato.
– No vas a ir a ningun sitio sola hasta que todo esto se resuelva -le recordo el-. Sin discusiones. Vendre a las cinco para llevarte al hotel -le dijo y la miro con seriedad-. Lo sigo en serio, Liz. Se te ha requerido que te presentes cada dia en el orfanato con la nina, pero no quiero que vayas a ningun otro sitio sin mi. No vayas de excursion, ni siquiera al mercadillo de la esquina.
Parecia tan severo y tan preocupado que a ella se le alegro el corazon.
– No creo que haya ningun mercadillo en la esquina de la calle del hotel -bromeo Liz.
– Lo digo en serio.
– Yo tambien, de verdad. Solo estoy intentando aligerar las cosas para no ponerme nerviosa.
– ?Y que tal te funciona ese metodo?
– Creo que bien. ?No te parece sensato?
El sonrio.
– Claro que si.
Se miraron el uno al otro. Fue uno de aquellos momentos en los que parecia que el tiempo se habia detenido y el mundo era un lugar mejor, mas brillante. Liz queria apoyarse en el y besarlo. Queria que el la besara y la acariciara y que se quedara con ella aquella noche.
– Tengo que volver a la oficina -le dijo David suavemente-.Te recogere a las cinco.
– Estoy segura de que Maggie puede llevarme a casa.
– Claro que si, pero quiero hacerlo yo. Pararemos en algun sitio a tomar una cena rapida.
Rapida, ?eh? Ella no estaba segura de que le gustara como sonaba aquello.
– ?Tienes planes para esta noche?
– Por desgracia, si. Una reunion en la embajada.
Ella se quedo helada. Se le seco la boca y noto una opresion en la garganta.
– ?Es eso un eufemismo para otra mujer? -le pregunto, intentando que pareciera que estaba interesada y no que estaba a punto de rompersele el corazon.
El se inclino hacia ella y la beso. Liz disfruto de aquel ligero contacto, mientras trataba de que el cuerpo no le ardiera.
– Quiere decir exactamente lo que he dicho. Que tengo una reunion.
Liz podia creerlo o no, pero David no tenia ninguna razon para mentir.Ademas, ellos no eran pareja.
– Muy bien. Estare esperandote a las cinco -dijo Liz y salio del coche.
El la ayudo con la sillita de Natasha y las acompano a la puerta. Despues de despedirse, David se marcho y Liz se encamino hacia la guarderia.
Dejo a Natasha durmiendo la siesta y fue a buscar a Sophia. No habia visto a la muchacha el dia anterior, lo cual le resultaba extrano. Durante su visita anterior a Moscu, Liz habia visto a Sophia con Natasha todos los dias.
En vez de a Sophia, se encontro a Maggie.
– ?Que tal van las cosas? -le pregunto la asistenta social-. ?Estas bien?
– Si, gracias -respondio Liz y se encogio de hombros-. Me quede aterrorizada cuando ese hombre intento llevarse a Natasha, pero estoy empezando a preguntarme si no habre armado un lio por una tonteria.
– Que alguien intente llevarse a la nina no es una tonteria.
Habia algo en la mirada de Maggie que alerto a Liz.
– ?Que ha ocurrido? -le pregunto. Y si habia ocurrido algo, ?por que no se lo habia contado David?
Maggie la acompano de nuevo a la guarderia, se aseguro de que estuvieran solas y le hablo en voz baja.
– ?Te ha contado David algo sobre el expediente de Natasha?
– No -a Liz se le encogio el estomago-. ?Que pasa con el expediente?
– Ha desaparecido. Todo. La carpeta esta vacia.
Liz se apoyo contra la pared e intento controlarse.
– No puede ser. Necesitabamos esos papeles para salir del pais. ?Como voy a adoptarla si no hay documentos?
– Eh, no pasa nada -le dijo Maggie tocandole el brazo-. Lo siento, no queria asustarte. En lo que se refiere a la adopcion, tengo todos los papeles necesarios. Guardo duplicados de toda la documentacion de los ninos en una caja fuerte en mi habitacion. No habra problema en ese sentido. Lo he comprobado esta manana y esta todo. Ya solo nos queda asistir a la vista con el juez y eso sera manana por la tarde. En cuanto hayais terminado con eso, os llevare a la embajada, obtendras el visado de Natasha y os podreis marchar a casa. En menos de cuarenta y ocho horas, habras dejado todo esto atras.
Liz intento relajarse. Maggie tenia razon. Solo quedaban dos dias y podria superar aquello.
– Estoy contentisima por que hayas guardado copias de todo -le dijo con vehemencia-. Si no lo hubieras hecho…
– Es parte de mi trabajo -dijo Maggie modestamente-. Eso lo aprendi pronto, asi que no hay problema.
Liz estaba muy agradecida por su eficiencia.
– Esto me esta volviendo loca -admitio-. Si alguien se ha llevado el expediente de Natasha y alguien intento quitarme a la nina, es muy posible que estos dos hechos esten relacionados. Quiza lo de ayer no fuera un ataque al azar.
Maggie se movio con incomodidad.
– Eso no puedes saberlo.
Liz penso que habia muchas cosas que no sabia, pero realmente no hacia falta ser un genio para unir las piezas. No era extrano que David la hubiera advertido seriamente que no vagara por las calles de Moscu.
– ?Y por que mi bebe? -pregunto.
– No lo se -le dijo Maggie-. ?Te encuentras bien? ?Quieres que te acompane al hotel?
– No, prefiero quedarme aqui -le dijo Liz-. David va a venir a recogerme a las cinco. El me llevara al hotel.
Maggie se relajo.
– Muy bien. Es mucho mejor que te acompane el. Es un hombre muy agradable.
– Si, lo es -respondio Liz. Despues, cambio de tema-. ?Has visto a Sophia?
– No. Hace dos dias que no viene.
– Lo se y eso me tiene preocupada. Estuvo aqui todos los dias durante mi visita anterior. Se preocupa mucho por los bebes. No puedo creer que se aleje durante tanto tiempo.
Maggie no estaba demasiado preocupada.
– Los voluntarios no son muy estrictos en cuanto a sus compromisos. Aparecen durante una temporada y despues se distraen.
– Quiza -respondio Liz, aunque aquello le sono muy extrano.
Liz espero hasta que David la acompano al hotel para preguntarle por Sophia.
– No puedo evitar pensar que le ha ocurrido algo malo -le dijo-. Esta bien, se que no la conozco mucho, pero esto me parece raro.
– ?Sabes como se apellida? -le pregunto el, mientras depositaba la silla de Natasha en la butaca.
– No.
– Seguro que podran decirnoslo en el orfanato. Enviare a alguien a su apartamento.
– ?Lo harias?
– Claro. No sabemos que esta ocurriendo. Si alguien del orfanato desaparece, quiero saber por que.