suficientemente guapo como para deslumbrar a cualquiera.
Ya habian pedido la comida y les habian servido la bebida. Pia habia elegido un refresco light y eso le habia hecho pensar que si se sometia a la fecundacion in vitro, podria darle un buen beso de despedida a su habito de edulcorante artificial durante al menos nueve meses.
– ?Creciste en Seattle, verdad? -le pregunto ella pensando que tocaba un poco de charla trivial. Podia ser simpatica.
– Hasta la universidad.
– Nunca he estado alli, pero supongo que no tiene nada que ver con Fool’s Gold.
– Es mucho mas grande y llueve mucho. Seattle tiene montanas, pero no estan tan cerca.
– ?Por que no has vuelto alli?
El le lanzo una sonrisa que hizo que se le acelerara el pulso.
– Demasiada lluvia para mi gusto. Demasiado gris. Me gusta ver el sol -levanto su vaso de te helado.
– ?Por eso te marchaste? Podrias haber ido a la universidad de Washington.
– Las otras ofertas eran mejores y mi entrenador penso que debia salir del estado y ver el resto del pais. Exceptuandolo a el, a su esposa y a mi novia, no dejaba atras mucho mas.
– ?Y tu familia?
– Nunca conoci a mi padre. Uno de mis hermanos murio cuando era un nino. Le dispararon. Mi madre… -se encogio de hombros-. He pasado muchos anos en una casa de adopcion.
Le habian sucedido cosas no muy buenas y Pia no estaba segura de querer saber que eran.
– Yo pase un ano en el sistema, tambien.
– ?Tu?
– En mi ultimo ano de instituto, mi padre murio y mi madre se marcho a vivir con su hermana a Florida. Dijo que seria mejor que yo me quedara aqui para poder graduarme con mis amigos, pero lo cierto era que no queria que yo la molestara. No la he visto desde entonces. No volvio para mi graduacion y dejo claro que no era bienvenida alli. Hice cuatro anos de universidad, consegui un trabajo en el Ayuntamiento y volvi.
Forzo una sonrisa.
– Intentaron ofrecerme una beca de deportes como jugadora de futbol americano, pero esos uniformes no me sientan bien.
– Esta es tu casa -dijo el con una mirada seria-. Es el lugar al que perteneces.
– Tienes razon. Hay veces en las que pienso que podria irme a Los Angeles, o a San Francisco, a Phoenix, incluso. Pero no pienso marcharme. Seguro que te resulta muy aburrido.
– No. Yo tambien quiero eso. Pense que me asentaria en Dallas, los fans son fantasticos y me gusta mucho esa ciudad, pero entonces vine aqui por lo que me dijo Keith. Hizo que pareciera un lugar sacado de una pelicula y cuando vine a participar en el torneo de golf, descubri que era verdad. Me gusto todo de Fool’s Gold y por eso volvi y decidi instalarme.
Pia se pregunto si estaria huyendo de algo o persiguiendo algo.
– Entonces este es el primer pueblo en el que vives. Tendras que conocer las reglas.
– ?Es que no me venian incluidas en el paquete de bienvenida? -esbozo una media sonrisa y ella hizo lo posible por no reirse.
– No, pero son muy importantes. Da el mas minimo problema y tu vida aqui sera un infierno.
Se inclino hacia ella.
– ?Cuales son las reglas?
– Las tipicas: ten recogidos el salon y la cocina porque nunca se sabe quien puede presentarse en tu casa. No te lies con una mujer casada… -se detuvo- o con un hombre, dependiendo de tus gustos. No te vuelques en un solo negocio. Reparte la riqueza. Por ejemplo, las mejores peluquerias las regentan dos hermanas, Bella y Julia Gionni, pero no puedes ir solo a una peluqueria. Confia en mi. Ve alternando. Cuando estes en Bella, te pondra verde a Julia y viceversa.
El parecia estar divirtiendose.
– Tal vez sea mejor que me corte el pelo fuera de aqui.
– Cobarde.
– Conozco mis limitaciones.
– Has sido tu el que se ha comprado el campamento aqui. Ahora estas atrapado.
Su rostro era hermoso; a Pia le gustaba el angulo de su mandibula y el modo en que su oscuro cabello caia sobre su frente.
– ?Puedes darme esas reglas por escrito?
– Vere que puedo hacer.
Su camarero llego con la comida. Pia habia elegido ensalada de pollo a la barbacoa y Raul una hamburguesa.
– ?Como encontraste el campamento? -pregunto ella mientras agarraba su tenedor-. Llevo aqui toda mi vida y apenas recuerdo saber algo de ese sitio.
– Fui a dar una vuelta con el coche, segui unos carteles y lo encontre. Llevaba tiempo con la idea de hacer algo para los ninos y no sabia que. Cuando vi el campamento, supe que era lo que habia estado buscando.
Tenia la hamburguesa en la mano, pero aun no la habia probado.
– El programa de verano es por donde empezaremos, pero espero que podamos hacer mas. Que podamos estar abiertos todo el ano. Traer a ninos para que participen en cursos intensivos de dos o tres semanas en los que nos centraremos en uno o dos temas. Sobre todo en Ciencias y Matematicas. No hay muchos ninos a los que les gusten esas asignaturas.
– Tendrias que coordinarte con los distritos escolares para complementar su plan de trabajo.
– Eso es en lo que esta trabajando Dakota. Estamos pensando en ninos de mediana edad. Queremos que se vuelquen en los estudios antes de entrar en el instituto.
Mostraba mucha pasion por ese asunto, penso Pia mientras pinchaba la ensalada. ?Como seria cuando estuviera con una mujer? ?Volcaria en ella la misma pasion?
Era un tema interesante, pero no ahondaria en el. Incluso sin ese embarazo potencial en su futuro, sabia que no debia tener ninguna relacion con un hombre asi. Ni con cualquier hombre. Por alguna razon, los hombres tenian la costumbre de abandonarla, y si antes no habia tenido la suerte de que se quedaran a su lado, ?que suerte tendria de que lo hicieran cuando tuviera tres hijos?
?Tres hijos? La cabeza empezo a darle vueltas y se obligo a pensar en algo que le diera menos miedo.
– Que la escuela pueda utilizar estas instalaciones es genial. Y eso que la gente pensaba que solo intentabas hacerte el simpatico.
El se rio.
– Todos salimos ganando.
– Aunque no fuera asi, el campamento es una idea genial. Se que muchos ninos del pueblo han estado encantados de subir aqui todos los dias durante el verano. O mas bien las que han estado encantadas han sido sus madres. Los tres meses de verano se pueden hacer muy largos.
Los ojos color avellana de Pia danzaban con diversion y Raul se vio observandola mientras comia. Le gustaba, y ese era un buen comienzo. Queria conocerla mejor, pero estaba el asunto de los embriones.
– ?Por que querias trabajar con ninos? -pregunto ella-. ?Por lo de ese entrenador que te ayudo?
– ?Como lo has sabido?
– Por el modo en que hablas de el.
– Si, fue por el. Vio algo en mi que yo no podia ver. Y su mujer tambien, aunque en aquel momento no estaban casados -sonrio ante los recuerdos-. En mi ultimo ano de instituto fui uno de los capitanes del equipo.
– ?Como no! -murmuro ella.
– ?Que?
– Nada, nada, sigue…
– Se suponia que cada capitan tenia que llevar donuts al entrenamiento. Tuve que dejar mi trabajo de verano para poder ir a los entrenamientos; vivia en un edificio abandonado y no tenia dinero.
– Espera un minuto… ?eras un sin techo?