No dejo de pensar que si no soy capaz de hacer feliz a un gato, ?que oportunidades tengo de que me quieran unos ninos?

– ?Vas a tenerlos?

– Si. No. No estoy segura -suspiro-. Tal vez. Se que eso es lo que queria Crystal. Y por muchas veces que me diga que no son responsabilidad mia, siento que lo son.

– ?Vas a tener los hijos de otros y criarlos?

– No voy a tenerlos para luego darlos.

– ?Por que no?

Ella se quedo mirandolo.

– ?Como dices?

– ?Por que no ibas a darlos? Hay cientos de parejas que estan deseando tener hijos. Podrias elegir a la pareja tu misma, asegurarte de que los bebes estaran bien cuidados.

Nunca habia pensado en eso. ?Entregar a los bebes de Crystal y Keith? A pesar de lo calida que era la tarde, la recorrio un escalofrio.

– No -dijo con rotundidad-. Si eso era lo que queria, lo habria mencionado en el testamento. Crystal se tomo la molestia de pagar tres anos de conservacion. Queria darme tiempo.

– No te advirtio sobre lo que iba a hacer.

– Lo se y eso me confunde, pero no cambia la realidad. Si tengo a los bebes, me los quedare. Y los criare - por mucho que pensarlo hiciera que el estomago e diera un vuelco.

El la miraba a los ojos como si estuviera buscando algo en ellos.

– No conozco a muchas mujeres que pudieran estar dispuestas a hacer algo asi.

– ?En serio? Porque yo no conozco a muchas que fueran a negarse.

– No puedes creerlo.

Penso en sus amigas y en lo mucho que se cuidaban las unas a las otras.

– Estoy segurisima.

– ?Tan segura como Crystal lo estaba de ti? Tu eres la que ella eligio.

– Y eso me hace preguntarme por que -dijo con una carcajada-. Bueno, ya basta de asuntos personales por hoy. Tengo que comprobar cosas y tu tienes que ponerte al sol para que se te seque la camisa.

Se marcho antes de que el pudiera hacer algo peligroso, como rodearla con su brazo.

Era extranisimo. Normalmente se ponia nerviosa cuando conocia a alguien, pero luego esa sensacion iba desapareciendo. Con Raul, le habia pasado todo lo contrario. Cuanto mas lo veia, mas tensa se mostraba. Si seguia asi, dentro de un mes verlo podria dejarla en estado catatonico. ?Eso si que le daria a Fool’s Gold algo de que hablar!

Raul estaba junto al edificio principal viendo como llegaban los ninos para dar comienzo a su primer dia de colegio en su campamento. El aparcamiento era una especie de caos organizado mientras los profesores distribuian a los ninos por las clases.

En menos tiempo del que habria imaginado posible, el campamento habia quedado transformado. Habia pupitres, sillas, equipamiento para el patio de juegos, libros, papel y personas preparando el almuerzo.

Dakota se unio a ellos con una carpeta en la mano.

– Esto es genial -dijo-. Como el primer dia de cole, pero mejor aun.

– Seguro que a los ninos les habria gustado tener mas tiempo libre.

Ella se rio.

– Tienes razon, pero la educacion es lo importante -lo miro por el rabillo del ojo-. Todo el mundo cree que eres genial por haberle cedido al pueblo este lugar. Que eres un tipo muy majo y simpatico.

– Se pueden ser peores cosas.

Ella parecia sorprendida.

– La mayoria de los chicos no quieren ser simpaticos. Eso evita que consigan a la chica.

El nunca habia tenido problemas para conseguir a La chica.

– Un tipo simpatico cambio mi vida. Ser como el me haria un hombre muy feliz.

Hawk no era una persona facil de tratar, sino un tipo duro que hacia lo correcto. Raul dudaba que a su viejo amigo hubiera podido enganarlo Caro. La ironia era que el habia hecho todo lo posible por asegurarse de que elegia a la persona correcta, pero aun asi, habia logrado estropearlo todo.

– Tengo que ir a hablar con unos profesores -dijo Dakota excusandose.

Llegaron tres coches mas y aparcaron. Pia salio de uno de ellos y lo saludo.

Llevaba una falda oscura y unas botas y su jersey era del color de sus ojos. Raul no solo se fijo en eso, sino que deseo echar a caminar hacia ella. Se juntaron a medio camino y al instante el los imagino a los dos besandose y con mucha menos ropa encima.

No era muy buena idea, se recordo. Pia se movia en una direccion totalmente opuesta, y, ademas, el tenia unas reglas sobre los pueblos pequenos y sus mujeres residentes. Convertirla en una excepcion supondria un desastre para los dos.

– ?No es genial? -pregunto ella mientras se acercaba-. Habia trafico al subir la montana. Me encanta ver que un plan funciona.

Llego un autobus y cuando la puerta se abrio, los ninos comenzaron a salir en bandada. Un chico muy delgado y pelirrojo corrio hacia Pia.

Raul lo reconocio; era el chico que se habia encogido de miedo cuando habia intentado ayudarlo a salir de la clase llena de humo. Vio como Pia y el chaval se saludaron con un complicado juego de manos.

– ?Te has acordado! -grito el nino-. Lo sabia.

– Es nuestro saludo -dijo Pia con una carcajada-. Vamos, sera mejor que vayas a clase. Diviertete.

– Lo hare.

El se giro y salio corriendo.

– ?Lo conoces? -pregunto Raul.

– ?A Peter? Nos conocimos el sabado en el parque. Estaba alli con sus amigos. ?Por que?

Penso en la clase llena de humo y supuso que tal vez eso era lo que tenia al nino tan asustado. Tal vez lo habia malinterpretado. A pesar de tener el presentimiento de que no era asi, prefirio no decir nada hasta no tener mas pruebas.

– Creo que estaba en la clase en la que yo estuve hablando cuando empezo el incendio.

– Oh, puede que si. Es de esa edad -se paso el bolso al otro hombro-. ?Como tienes la agenda los proximos dias? Tecnicamente aun te debo una reunion.

– ?Que tal hoy?

– ?A que hora?

– Al mediodia. Almorzaremos juntos.

Ella vacilo.

– No tienes que invitarme a almorzar.

El enarco una ceja.

– Iba a dejarte pagar.

Ella se rio.

– Oh, bueno, en ese caso, claro. Iremos al Fox and Hound. Hacen una ensalada increible y pareces un tipo al que le gusta la lechuga.

– Puede que te sorprenda.

Algo brillo en los ojos de Pia, pero tan pronto como aparecio, se desvanecio. Ella asintio.

– Puede que si.

Capitulo 5

Pia miraba al guapo hombre sentado frente a ella en el restaurante y se decia que debia centrarse en el trabajo. Estaba alli por un asunto puramente profesional… no para disfrutar de las vistas, aunque Raul era lo

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