Charity se habia mudado al pueblo a comienzos de primavera y, en cuestion de semanas, se habia enamorado del ciclista profesional Josh Golden, se habia quedado embarazada y habia descubierto que era la nieta de la alcaldesa.

Josh y Charity habian tenido una discreta boda y ahora esperaban la llegada de su primer hijo. Marsha estaba emocionada ante la idea de ser abuela.

«Un dia mas en Fool’s Gold», penso Pia con alegria. Alli siempre pasaba algo.

Miro a las demas mujeres de la reunion. Estaban las sospechosas habituales, ademas de algunas sorpresas, como la jefa de policia Alice Barns. ?Por que tenia que asistir a una reunion del consejo la jefa de policia? Nancy East estaba sentada delante de todos; no habia duda de que la superintendente de los colegios tendria informacion que todos necesitaban.

Antes de que Pia pudiera preguntarle a Charity, Marsha entro corriendo y tomo asiento en la cabecera de la mesa.

La alcaldesa iba muy bien vestida, como siempre. Le sentaban bien los trajes sastre y llevaba su melena blanca recogida en un cuidado mono.

– Lamento llegar tarde -dijo Marsha-. Estaba al telefono. Gracias a todos por venir con tan poco aviso.

Se oyo el murmullo de la gente diciendo que no pasaba nada.

– Tenemos un informe preliminar sobre el incendio -dijo Marsha mirando las paginas que tenia-. Al parecer, comenzo en la caldera. Dados los dias inusualmente frios que hemos tenido a principios de semana, se encendio antes de revisarla. El fuego se extendio rapidamente, al igual que el humo.

– He oido que no hubo ningun herido -dijo Gladys. La mujer, que habia sido la administradora del Ayuntamiento durante muchos anos, estaba ahora ejerciendo de tesorera.

– Es verdad. Tuvimos algunos heridos que no revestian ninguna gravedad, pero a todo el mundo se le atendio alli y no hizo falta llevarlos al hospital -Marsha los miro, con su mirada azul cargada de preocupacion-. Aun estamos valorando los danos, pero estamos hablando de millones de dolares. Tenemos un seguro y eso ayudara, pero no lo cubrira todo.

– ?Te refieres a lo deducible? -pregunto uno de los miembros del consejo.

– Eso es, pero hay otras cosas en las que pensar. Libros, planes de estudio, ordenadores, material… como he dicho, se cubrira algo, pero no todo. El estado nos ofrecera ayuda, pero eso lleva tiempo… lo cual me conduce a otro asunto. ?Donde metemos a todos estos ninos? Me niego a que este fuego interrumpa su educacion. ?Nancy?

Nancy East, una mujer rellenita que rondaba los cuarenta anos, abrio la libreta que tenia delante.

– Estoy de acuerdo con Marsha; que los ninos sigan en el colegio es nuestra prioridad. Hemos pensado en repartirlos entre las otras tres escuelas elementales, pero no hay suficiente sitio. Ni siquiera con aulas portatiles, la infraestructura no puede soportar tantos anadidos. No hay espacio suficiente ni en la cafeteria ni en el patio. No hay suficientes banos. Por suerte, tenemos una solucion. Raul Moreno ha ofrecido su campamento. Ayer estuve visitando las instalaciones y nos vendra de maravilla.

Pia se recosto en su silla. El campamento fue una eleccion obvia, penso. Grande y lleno de salas. Estaba cerrado en invierno, asi que no molestarian a nadie.

– Hay cierta logistica para nuestras clases -siguio diciendo Nancy-. Nuestro equipo de mantenimiento esta alli ahora mismo, pensando en las mejores configuraciones. Hay un edificio principal donde tendremos reuniones y donde estara la cafeteria. Hemos llamado a escuelas de todas partes pidiendo material extra como pupitres, pizarras, autobuses… Tambien estamos haciendo un llamamiento a los abastecedores comerciales. Como ha mencionado Marsha, el estado ofrecera algo de asistencia.

Se giro hacia Pia.

– Necesito tu ayuda, Pia.

– Claro. ?Que puedo hacer?

– Quiero celebrar una colecta de material este sabado en el parque. Necesitamos de todo, desde lapices hasta papel del bano. Nuestro objetivo es que los ninos puedan volver al colegio el lunes.

Pia se mostraba calmada por fuera, pero por dentro su voz sonaba histerica y chillona.

– Es miercoles.

– Lo se. Es todo un reto. ?Puedes tener algo preparado para el sabado?

La respuesta obvia era «no», pero Pia se la trago. Tenia un listin telefonico que rivalizaba con cualquiera creado por el gobierno y tenia acceso a una lista impresionante de voluntarios.

– Puedo empezar a correr la voz esta noche y anunciarlo en el periodico de manana y del viernes. El viernes ademas saldra en los medios y puedo tener algo preparado para el sabado por la manana, digamos a las nueve. Necesito una lista de lo que necesitas.

Nancy habia ido preparada y le paso una carpeta.

– Si la gente quiere donar dinero, no les diremos que no.

– ?Quien iba a hacerlo?

Pia abrio la carpeta y miro detenidamente las hojas escritas a maquina. La lista era detallada y, como Nancy habia prometido, reflejaba todo lo que necesitaban, desde tizas hasta porcelana… bueno, no porcelana exactamente, sino platos para el campamento.

– Creia que el campamento ya tenia una cocina en funcionamiento. ?Por que iban a necesitar platos, vasos y utensilios?

– Zona de Ninos albergaba a menos de cien campistas, incluso contando con los que no se quedaban a dormir. Nosotros vamos a enviar cerca de trescientos.

– Eso son muchas servilletas -murmuro Charity-. Me quedare despues de la reunion y asi me dices que puedo hacer para ayudar.

– Gracias.

No era el tamano del proyecto lo que le preocupaba a Pia, sino la velocidad. Necesitaria un anuncio a toda pagina en el periodico local y a Colleen, su contacto en el Fool’s Gold Daily Republic, no le haria ninguna gracia.

– Tengo que hacer una llamada -dijo y se excuso.

Una vez estaba en el vestibulo, saco el telefono movil y marco.

– Hola, soy Pia.

Colleen era una mujer de cierta edad… aunque nadie sabia que edad era esa. Le gustaba beber y fumar y detestaba hablar sobre trivialidades.

– ?Que quieres? -pregunto bruscamente.

Pia respiro hondo. Hablar rapido era esencial.

– Una pagina completa manana y el viernes. El sabado vamos a celebrar una colecta para la escuela que se ha quemado; lo necesitamos para un colegio nuevo y material.

Maldita sea. Hablar con Colleen siempre la ponia nerviosa, y lo peor era que la otra mujer no tenia que decirle nada para ponerla frenetica.

– Los ninos iran al campamento mientras se repara la escuela. Necesitaran de todo desde libros hasta lapices y papel del bano. Tengo una lista. Tambien nos vendran bien donaciones economicas.

– Claro que si. ?Algo mas? ?Que tal un rinon? Me han dicho que tengo dos. ?Quieres que me lo corte y que os lo envie?

Pia se apoyo contra la pared.

– Es para los ninos.

– No estoy participando en ningun concurso de belleza; no tengo que preocuparme ni por los ninos ni por la paz en el mundo.

Se hizo una larga pausa durante la que Pia oyo a la otra mujer exhalando humo.

– Traeme el material en quince minutos y lo hare. De lo contrario, olvidalo.

– Gracias, Colleen -dijo Pia, corriendo hacia la maquina de fax de la segunda planta.

Redacto el titular y le sobraron dieciocho segundos. Cuando la copia y la lista del material necesitado habia pasado por el fax, Pia volvio a la reunion y descubrio que no habian estado tan ocupados como ella.

– Charity, ?es posible que hayas visto el trasero de Raul Moreno? -estaba preguntando Gladys esperanzada-. ?Podrias hacer una comparativa?

Pia se dejo caer en su silla.

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