– Si, Charity. Deberias pedirle a Raul que te concediera una ducha privada y a mi me gustaria estar presente cuando lo hicieras.
Charity volteo los ojos.
– No le he visto el trasero, y tampoco voy a pedirle que me lo ensene. Por lo que a mi respecta, el de Josh es perfecto y no se puede mejorar.
– Eres su mujer -refunfuno Gladys-. Tienes que decirlo.
Marsha se levanto de su silla.
– Debatir cual de las dos celebridades del lugar es mas atractivo puede ser un modo excitante de pasar el rato, pero aun tenemos cosas que discutir. Pia, ?has conseguido el anuncio?
– Si. Colleen publicara la hora, la lista de lo que hace falta y la informacion de contacto manana y el viernes. Yo empezare a hacer las llamadas esta noche. Colocaremos mesas para los que quieran hacer una venta de pasteles o algo parecido. Lo que solemos hacer siempre.
Marsha le entrego un papel.
– Aqui estan los negocios locales que nos facilitaran refrescos y aperitivos. Les he dicho que nos los sirvan antes del sabado a las ocho de la manana -miro a su alrededor-. Agradeceria que las que tengais una estrecha relacion con Dios hablarais con el para que nos haga buen tiempo. Un sabado calido y soleado seria lo mejor.
Gladys parecio impactada ante la peticion, pero las demas se rieron a carcajadas.
Marsha se recosto en su asiento.
– Hay algo mas que quiero discutir. Esperaba que no fuera importante, pero no he tenido tanta suerte. Soy consciente de que comparado con el incendio, esto parecera una nimiedad, pero causara un impacto en nuestro pueblo y tenemos que estar preparados.
Pia miro a Charity, que se encogio de hombros. Al parecer, Marsha no le habia hablado a su nieta de ese misterioso asunto.
– Puede que algunas recordeis a Tiffany Hatcher. Era una estudiante que vino a Fool’s Gold en primavera y que se dedicaba a la geografia humana, que estudia por que la gente se asienta en un lugar u otro, por que se traslada…
Pia vagamente recordaba a la joven guapa y diminuta que se habia mostrado interesada en Josh. Aunque, ya que el solo habia tenido ojos para Charity, nada habia surgido de su flirteo.
– Intente evitar que escribiera sobre nuestro pueblo, pero no tuve suerte y va a publicar su tesis. Me ha llamado para que sepa que hay un capitulo sobre Fool’s Gold y, mas concretamente, sobre la escasez de hombres. Ha enviado extractos del capitulo a muchos medios de comunicacion y se alegra de decirme que han despertado interes.
– No -dijo la jefa Barns-. No pienso permitir que un punado de tipos de la prensa invadan mi pueblo y aparquen donde no deben. ?Es que no hay suficientes noticias en el mundo sin tener que prestamos atencion a nosotros?
Pia pensaba lo mismo, pero se temia que un pueblo con escasez de hombres era exactamente la clase de historia que atraeria mucha atencion.
– No creo que ayude mucho que le digamos a los medios que no los queremos aqui -dijo Charity.
– Me temo que en las proximas semanas vamos a tener que enfrentamos a este problema. Y no solo a los medios… -dijo Marsha.
Pia miraba a su jefa.
– Cuando se corra la voz, nos invadiran hombres buscando un pueblo lleno de mujeres solitarias.
– Eso podria ser divertido -dijo Gladys, intrigada-. Unas cuantas de vosotras necesitais casaros.
Pia sospecho que Gladys se referia a ella, asi que tuvo la precaucion de mantenerse callada. Con menos de tres dias para organizar un evento a lo grande, casarse o conocer a un hombre era lo ultimo que le importaba. Y aunque no estuviera tan ocupada, teniendo en cuenta el tema de los embriones, lo de salir con algun hombre no es que fuera improbable, es que era imposible.
El sabado por la manana amanecio perfectamente claro y la temperatura seria suave. Al parecer, Dios habia respondido, penso Pia mientras llegaba al parque poco despues de las siete para ver que los trabajos ya habian empezado.
La cuadrilla de mantenimiento ya estaba montando largas mesas y cubos. Una imprenta habia donado varios carteles y otros que se habian hecho a mano estaban dispuestos en su sitio. Pia habia organizado donde se recolectaria cada cosa.
Su milagroso listin telefonico habia funcionado a la perfeccion, y unas cincuenta personas la habian llamado prometiendole libros, material e incluso dinero en metalico. Liz Sutton, nativa de Fool’s Gold y una autora de exito que acababa de regresar al pueblo para quedarse, habia prometido cinco mil libros de ninos para crear la biblioteca. Cuando Pia se habia ofrecido a ir gritando a los cuatro vientos la impresionante donacion que habia hecho, ella habia insistido en que todo se hiciera de manera anonima.
Y no fue la unica que colaboro a lo grande. El heroe local, Josh Golden, ya habia entregado un cheque por valor de treinta mil dolares, tambien con instrucciones de que no se diera su nombre. Ademas, la manana anterior habia llegado a su despacho un cheque por valor de diez mil dentro de un sobre que le habian colado por debajo de la puerta sin remitente.
Pia le habia entregado el dinero a Nancy, junto con una lista del resto de donaciones.
Ahora, mientras bebia un poco de cafe, repaso todo lo que sucederia durante el dia. El evento comenzaria a las ocho. Las donaciones se habian entregado el dia anterior, y sus voluntarios estaban seleccionandolo todo. Para facilitar las cosas, se agruparon los articulos en funcion de precio en mesas de uno, tres, cinco y diez dolares.
La venta de pasteles y comida comenzaria al mediodia. La subasta seria a las tres y Pia aun esperaba la lista de lo que se ofreceria.
Durante todo el dia tocarian bandas locales, el hospital estaria tomando la tension y las clases de ultimo curso del instituto harian lavados de coches. Pia no estaba muy segura de eso del «Desnudos por la causa», por mucho que el presidente de la clase le hubiera jurado que no irian desnudos, sino en banador; sin embargo, en el punto en el que se encontraban, estaba dispuesta a aceptar todos los dolares que reunieran.
A las siete y media aparecio una horda de voluntarios que se coloco en las zonas que se les habian asignado. Charity llego quince minutos despues, muy palida.
– Siento llegar tarde -dijo colocandose el pelo detras de las orejas-. No suelo vomitar por las mananas, pero hoy ha sido uno de esos dias. La buena noticia es que los chicos han hecho un gran trabajo instalando las baldosas del suelo.
– ?Lo has visto muy de cerca?
– Durante casi una hora. Me duelen las rodillas, por no hablar del estomago -le dio una carpeta a Pia-. La informacion sobre la subasta.
– Gracias por hacer esto.
– Me alegra ayudar. Hay unos premios geniales -Charity se detuvo-. ?Es un premio si tienes que pagarlo?
– No estoy segura.
Pia reviso la lista. Estaban las habituales tarjetas regalo de los restaurantes y de las tiendas locales. Ethan Hendrix habia ofrecido un cheque por valor de cinco mil dolares para una reforma del hogar. Habia tambien fines de semana en Tahoe y en la estacion de esqui, clases de esqui, y un fin de semana en Dallas por cortesia de Raul Moreno. Su paquete incluia los vuelos, dos noches en la Mansion Rosewood de Turtle Creek, una cena en el hotel y dos entradas para un partido de los Cowboys.
– Ese premio tiene mucho valor -dijo Pia, impresionada por la generosidad de Raul.
– Lo se. Casi se me han salido los ojos de las orbitas -apunto Charity-. Ese hombre ya ha cedido su campamento, es mas que suficiente.
– Es muy simpatico -dijo Pia-. No puede evitarlo.
Charity se rio.
– Lo dices como si fuera algo malo.
– Puede serlo -aunque Raul habia dicho tener un pasado oscuro, eso, en lugar de molestarla, le habia hecho verlo como mas humano.
– Es muy guapo -dijo Charity.