Pia miro a su amiga.

– No vayas por ahi.

– Solo estoy diciendo que esta aqui, que es guapo, que es un hombre de exito y rico. Creo que no sale con nadie. Se divorcio hace unos anos.

Pia enarco las cejas.

– ?Es que has estado investigandolo?

– Oh, por favor. Estoy con Josh.

Como si eso explicara algo… aunque tal vez lo hacia. No solo era que Josh estuviera enamorado de su esposa, era mas el modo en que el miraba a Charity lo que hacia que Pia se sintiera un poco perdida y triste. Ademas de adorar a su mujer, Josh la veneraba. Era como si hubiera estado esperando toda su vida a encontrarla y ahora que lo habia hecho, no fuera a dejarla marchar.

Pia no se fiaba de esa clase de adoracion, pero si que era agradable pensar que existia.

– No me interesa -dijo con firmeza.

– ?Como lo sabes? ?Has pasado algo de tiempo con el?

Pia no estaba preparada para hablar de los embriones, pero lo cierto era que quedarse embarazada lo cambiaria todo. Muy pocos hombres estarian interesados en criar a los hijos de otro y, sobre todo, tratandose de trillizos. Y aunque hubiera algun hombre dispuesto a hacerlo, seguro que ese no era Raul.

– Hemos hablado y, como te he dicho, es muy simpatico, pero no es para mi.

Miro a su amiga; aun no se le notaba mucho la barriga, pero sabia mucho mas sobre el embarazo que ella. Sin embargo, Pia aun no estaba preparada para hacer preguntas.

El reloj de la Iglesia de la Puerta Abierta marco la hora y Pia miro su reloj.

– Tengo que irme corriendo. Tengo que ir a cincuenta sitios distintos.

– Vete, ya me ocupo yo de la subasta. No te preocupes.

– No lo hare. Fool’s Gold te debe una.

A las once quedo claro que todo el pueblo habia acudido a apoyar a la escuela. Los articulos que se habian reunido para el mercadillo se habian vendido al completo y la mayoria de la gente habia insistido en pagar dos o tres veces mas del precio fijado. Los cubos de donativos estaban a rebosar, al igual que las mesas, y la gente no dejaba de llegar.

Pia paso de zona en zona, comprobando como iban los voluntarios y descubrio que no la necesitaban. Todo transcurria con normalidad y sin problemas… tanto, que ella comenzo a ponerse nerviosa.

Se compro un perrito caliente y un refresco y le dijo al chico que se ocupaba de atender el puesto que quedara con el cambio.

– Todo el mundo esta haciendo lo mismo -dijo el con una amplia sonrisa y metiendo los billetes de sobra en una gran lata de cafe a rebosar-. Ya hemos tenido que vaciarla dos veces.

– Buenas noticias -dijo ella antes de sentarse en uno de los bancos.

Estaba agotada, pero en el buen sentido. Ahora mismo, en mitad de ese soleado dia y rodeada por sus vecinos, se sentia bien. Como si todo fuera a funcionar. Si, la escuela se habia incendiado, pero el pueblo se habia unido y se habia restaurado el orden.

Y a ella siempre le habia encantado el orden.

Tres chicos vinieron corriendo y uno de ellos se sento a su lado.

– Ahi hay limonada gratis -dijo senalando al otro lado del parque.

– Deja que adivine… tu ya te has tomado dos vasos.

– ?Como lo sabes?

– Puedo ver el brillo del azucar en tus ojos. Hola, soy Pia.

– Yo soy Peter -arrugo la nariz-. Iba al colegio que se ha quemado. Todo el mundo esta haciendo esto para que podamos volver a la escuela.

– Y para ti eso no es muy divertido, ?verdad?

– Supongo que me gusta el colegio…

Peter parecia tener unos nueve o diez anos, tenia pecas y unos grandes ojos marrones. Era muy delgado, pero tenia una amplia sonrisa que hacia que quisieras sonreirle a el tambien.

– ?Que preferirias hacer en lugar de ir al colegio?

– Jugar al beisbol. Jugaba cuando era pequeno.

– ?Estas en la Pequena Liga?

El nego con la cabeza.

– Mi padrastro dice que es demasiado caro y que hace perder mucho tiempo.

– ?Te gustan otros deportes?

– Me gusta ver el futbol americano. Hacen esas cosas divertidas con las manos. Intento fijarme en lo que hacen, pero es dificil.

– Todo eso se lo inventan. No hay una sola forma de hacerlo bien.

El nino abrio los ojos de par en par.

– ?En serio?

– Aja. Vamos -dejo el refresco en el suelo y tiro si papel del perrito y la servilleta a la basura antes de girarse hacia Peter-. Vamos a inventarnos uno. Yo doy un paso y tu otro.

Levanto el puno de la mano derecha y el nino repitio el gesto. Saltaron, chocaron los punos, y volvieron a chocar con las palmas abiertas. El sacudio dos dedos y ella termino dando una doble palmada.

– ?Esta bien! Vamos a hacerlo muy deprisa.

Repitieron la secuencia dos veces, sin cometer ningun error.

– Eres bueno -le dijo Pia.

– Tu tambien -el chico miro hacia otro lado y vio a sus amigos-. Tengo que irme.

– Diviertete. ?Y no bebas demasiada limonada!

El se rio y echo a correr.

Pia recogio su bebida y se levanto. Era momento de volver al trabajo. Mientras recogia sus papeles, vio a Jo cruzando el cesped en direccion al puesto de subasta.

Su primer pensamiento fue ir tras ella y preguntarle por Jake, pero entonces recordo el carino que el gato le habia mostrado a su amiga y supuso que estaria muy bien en su casa.

Se giro y se choco contra alguien alto y fuerte. Unas gotas de su refresco saltaron de su vaso de papel y cayeron sobre la camisa del hombre.

Pia gruno y al alzar la mirada se encontro con la divertida mirada de Raul.

– ?Es una especie de rito de iniciacion a la vida en un pueblo pequeno? -pregunto el.

– Lo siento -ella se aparto y le froto el pecho en un intento de limpiarlo… algo que resulto mas agradable de lo que se habia imaginado-. Es light. No te dejara mancha.

– No pasa nada -le agarro la mano y no le solto los dedos-. ?Estas bien?

– Estoy muy bien. No soy yo a la que han empapado.

El roce de Raul era suave, ligero, apenas perceptible, y, aun asi, ella no podia centrarse en otra cosa. Su piel era calida y en ella, Pia pudo captar el poder que contenia.

?El poder que contenia? ?Pero que era eso? ?Frases del guion de una peli mala? ?Quien pensaba asi?

Ella, al parecer. Estaba mirandolo a los ojos y descubrio que no queria apartar la mirada. Inmediatamente, se solto de el.

– Bueno, gracias por tu donativo. Es impresionante. Ya has hecho bastante cediendo el campamento.

– No es para tanto. Me alegra haber ayudado.

– Bien. Todos deberiamos ayudar, sobre todo ahora.

– ?Seguro que estas bien?

– Si, claro. ?Por que no iba a estarlo?

De ningun modo mencionaria que se sentia aturdida por el roce de su piel y por eso busco otra explicacion.

– He visto a Jo -dijo apresuradamente-. La amiga que se ha quedado con el gato.

El asintio.

– Queria ir a preguntarle si Jake me echa de menos, pero es una tonteria, ?verdad? Esta claro que la adora.

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