– ?Obrabas milagros?
– Pense que podia.
– Me alegra saber que pasaste por una epoca de chico malo.
– La mia me duro varios anos.
Desde que firmo con los Cowboys y mas. Llevaba en el equipo como un ano cuando Eric Hawkins, tambien conocido como Hawk, habia irrumpido en su habitacion de hotel y lo habia despertado a el y a las gemelas con las que se habia acostado.
Hawk habia sido su entrenador del instituto y mentor. Habia sacado a las chicas de la habitacion, practicamente habia ahogado a Raul en cafe y despues lo habia llevado al gimnasio para una sesion de ejercicio sin compadecerse de la impresionante resaca que tenia.
Pero eso no habia sido lo peor. La peor parte habia sido la decepcion en la mirada de Hawk. El silencio que decia que se habia esperado algo mejor.
– ?Que te cambio?
– Alguien que me importaba tenia expectativas puestas en mi y lo decepcione.
– ?Tu padre?
– Mejor que mi padre. Es imposible no tener nada que perder cuando alguien te quiere.
– Eso ha sido muy profundo.
– No se lo digas a nadie.
– ?Viste la luz y te alejaste del camino del chico malo?
– Bastante.
Despues de la sesion de ejercicio, Hawk se habia llevado a Raul a la parte pobre de Dallas para que viera a la gente cuyas pertenencias cabian en carros de la compra.
– Recuperate -fue lo unico que le dijo su entrenador.
Raul se habia ido a casa sintiendose como el mayor cretino del mundo. Al dia siguiente se habia ido del hotel, se habia comprado una casa en un vecindario modesto y habia empezado a trabajar con el voluntariado.
Dos anos despues, habia conocido a Caro en un baile benefico que demostro que la vida no era perfecta.
– Entonces crees que la gente puede cambiar -dijo ella.
– ?Tu no?
– No estoy segura. ?La maldad desaparece o simplemente queda cubierta?
– ?Quien fue malo contigo?
Ella suspiro.
– Y eso que se suponia que recogeria mi harapienta dignidad y me iria sin mas. Has sido genial. Estare en contacto, Raul. Gracias por todo.
Salio del despacho y el vacilo, dudando si debia o no salir tras ella. Pero entonces Dakota aparecio y se quedo mirandolo.
– ?He oido bien?
– Depende de lo que hayas oido.
– ?Conociste a Keith Westland?
El asintio.
Dakota fue hacia el y se dejo caer en la silla que habia ocupado Pia.
– No dire nada; ni sobre el ni sobre los embriones. Todo esto es mucha responsabilidad. Supongo que sabia que Crystal tendria que dejarle los embriones a alguien, pero nunca habia pensado en ello. ?Lo sabia Pia de antemano?
El recordo su primer encuentro con ella y respondio:
– No lo creo. Penso que iba a quedarse con el gato.
– Si. Estaba ocupandose del gato -Dakota parecia impactada-. ?Como es que Crystal no la aviso? No puedes dejarle a alguien a unos potenciales ninos y no decirle nada. O tal vez sabia que a Pia le entraria el panico y no queria que le hiciera cambiar de opinion -Dakota lo miro-. ?Esta bien?
– Intenta asumirlo. Le sorprende que Crystal la eligiera a ella.
– ?En serio? A mi no me sorprende. Puede que Pia no sea la eleccion mas obvia, pero tiene sentido. Ella haria lo correcto… -Dakota se rio- despues de varias patadas y llantos. ?Vaya! Pia va a tener los bebes de Crystal.
– Aun no lo ha decidido.
Dakota lo miro.
– ?De verdad crees que no los tendra?
El sacudio la cabeza. No podia imaginarlo, pero bueno, ya se habia equivocado antes.
Ocupo la silla de detras del escritorio.
– ?Crystal, Pia y tu crecisteis juntas?
– Si, claro. Crystal era unos anos mayor, pero era una de esas personas verdaderamente buenas que queria cuidar del mundo. Trabajaba en la biblioteca despues del trabajo y siempre estaba dispuesta a ayudar con proyectos del colegio -arrugo la nariz-. No puedo creer que sea tan vieja como para recordar que no existia Internet.
– Tienes veintisiete.
– Una anciana, practicamente -se rio-. Pia iba un curso por delante de mi y mis hermanas, pero la conociamos -los ojos se le iluminaron de diversion-. Pia era una de las populares. Llevaba una ropa genial y tenia todos los novios que queria.
La expresion de humor se desvanecio.
– Entonces su padre murio y su madre se fue. Todo cambio para ella. Habria jurado que Pia partiria hacia Nueva York o Los Angeles al terminar la universidad, pero se quedo aqui.
Lo cual significaba que algo le habia sucedido.
– Supongo que este es su sitio -murmuro Dakota.
– Tu tambien volviste. Este lugar debe de tener algo.
– Tienes razon -se rio-. Ten cuidado, Raul. Si te quedas demasiado tiempo, jamas escaparas.
– Lo tendre en mente.
Pero lo cierto era que queria poder tener un lugar al que llamar «hogar». Un lugar en el que se sintiera bien.
Hubo un momento en el que lo quiso todo, una esposa y una familia. Ahora estaba menos seguro. Cuando se caso pensaba que lo sabia todo sobre Caro, que nada de lo que ella hiciera lo sorprenderia.
Se habia equivocado y al descubrir la verdad de lo que habia hecho, una parte de el habia quedado destrozada. Pia habia preguntado si el pensaba que la gente podia cambiar. Y asi era, porque lo habia visto una y otra vez. Pero la verdad rota era otra cosa. Aunque fuera reparada, nunca volvia a ser lo mismo. Siempre quedaban grietas.
Capitulo 4
Uno de los beneficios de su trabajo era que aunque Pia formaba parte del gobierno municipal, no tenia que participar en nada de los asuntos aburridos. Si, una vez al ano tenia que presentar un presupuesto, y justificar cada centavo, pero eso se hacia con un buen programa de ordenador. Cuando se trataba de las reuniones del consejo, era estrictamente una visitante, no una habitual. Asi que cuando la alcaldesa la llamo y le pidio que asistiera a una sesion de emergencia, se sintio algo nerviosa al tomar asiento en la larga mesa de reuniones.
– ?Que pasa? -le pregunto a Charity, la planificadora de urbanismo-. Marsha parece nerviosa, y eso no es muy propio de ella.
– No estoy segura -respondio Charity-. Se que queria hablar sobre el incendio.
Y tenia sentido, pero ?por que tenia que estar presente ella?
– ?Como te sientes? -le pregunto a su amiga.
Charity estaba embarazada de cuatro meses.
– Genial. Un poco hinchada, aunque parece que solo yo me doy cuenta -sonrio-. O estan mintiendo. Cualquiera de las dos cosas me sirve.