– Intentando recuperarme del ultimo bombazo -hizo una mueca de estremecimiento-. Lo siento. He elegido mal la palabra. Oir que conocias a Keith y que estuviste alli cuando murio parece algo cosmico… como si el universo quisiera asegurarse de que tenga esos bebes.
– Estas viendo demasiado…
– ?Si? ?No crees que es un poco extrano que estemos teniendo esta conversacion?
– No. Me mude a este pueblo porque conoci a Keith. Si no me lo hubieran asignado, jamas habria accedido a participar en el torneo de golf y no estaria aqui, teniendo esta conversacion contigo.
Lo que dijo tenia sentido, pero Pia aun se sentia como si estuvieran forzandola a tomar una decision que no estaba preparada a tomar.
Los tres embriones suponian que podia llegar a tener trillizos, y tenia un apartamento diminuto… ?como iban a entrar todos?
Se aferro a la botella de agua, pero despues de oir la historia de Raul y Keith, incluso cuestionar el acto de tener hijos le parecia egoista.
– No tienes que decidirlo hoy -le recordo-. Ni siquiera este ano.
– Supongo. Cuando empieza a entrarme el panico, me digo que estoy centrandome en algo equivocado. No se trata de mi. Se trata de Crystal y de Keith y de sus hijos. ?Quien soy yo para cuestionar si deberia o no tener a sus hijos? ?No me convierte eso en una mala persona? ?No deberia estar ya hormonandome, comprando cunas y leyendo ese libro de Que esperar… que todo el mundo dice que es tan bueno? Si fuera una buena persona, no lo dudaria.
Raul miraba los ojos avellana de Pia, sorprendido por el caleidoscopio de emociones. Posiblemente ella fuera la persona mas honesta que habia conocido nunca. Loca, pero sincera, ademas de atractiva… aunque pensar que era atractiva no era exactamente apropiado.
Lentamente, le quito el agua de las manos y la dejo en la mesa. Despues la levanto y la rodeo con sus brazos.
– No pasa nada.
Ella se mantuvo rigida mientras la abrazaba.
– No, no pasa nada.
El seguia abrazandola, deslizando una mano por su espalda, disfrutando de la sensacion de tener su cuerpo a su lado.
– Respira hondo, hacia dentro y hacia fuera. Vamos. Respira.
Ella hizo lo que le pidio y un poco de su tension se desvanecio.
No podia empezar a imaginar por lo que estaba pasando.
Despues de llevar las manos hasta sus hombros, dio un paso atras para verle bien la cara.
– No eres una mala persona -dijo el con firmeza-. Una mala persona se olvidaria de los embriones sin pensarselo dos veces. Y en cuanto a lo de tomarte tu tiempo para tomar la decision, ?por que no ibas a hacerlo? Tener los bebes de Crystal lo cambiara todo en tu vida. Puedes planificarte.
– Pero es mi amiga. Deberia…
El sacudio la cabeza.
– No. Crystal no lo consulto contigo, todo te ha caido encima de pronto. Date un respiro.
– Bueno, de acuerdo…
Los ojos de ella se veian grandes y cargados de preocupacion. Le temblaba la boca. Habia algo que la hacia parecer vulnerable. Una parte de el se preguntaba por que Crystal no habia advertido a Pia. ?Habria sido por la avanzada enfermedad de la mujer o por otra cosa? ?Es que no habia querido darle eleccion a su amiga?
En lugar de encontrar una respuesta, fue consciente de que ambos estaban muy cerca. Podia sentir la calidez de su cuerpo, sus delicados huesos bajo sus dedos. Era alta, pero aun asi tenia que alzar la mirada para verlo. Sus rizos rozaban el dorso de sus manos. Los labios de ella se separaron ligeramente y el quiso acercarse mas, pero…
Se aparto con la velocidad con la que habia logrado que lo ficharan para los Cowboys, y despues se metio las manos en los bolsillos de los vaqueros.
?De donde habia salido eso? Pia no estaba alli para besar a nadie. El tenia pensado vivir en Fool’s Gold mucho tiempo, asi que si queria diversion, tendria que encontrarla en otra parte. No ahi. Ademas, desde Caro, no habia tenido ningun interes y no era el momento de cambiar eso.
Al parecer, Pia no se habia percatado de sus intenciones y en lugar de sentirse dolida o enfadada, le lanzo una sonrisa.
– Gracias. Has sido genial. Siento seguir pagando mis crisis emocionales contigo.
– Estas pasando por mucho -dijo el con delicadeza.
– Lo se, pero asi es el negocio. Si te sirve de algo, soy una persona calmada y racional, incluso profesional. Puede que no quieras tomarme la palabra, pero puedes preguntar por ahi.
Pia forzo una risa.
– No te preocupes.
– Lo hare, porque creo en que hay que preocuparse de vez en cuando. Te prometeria que te dejaria hablar con mi asistente la proxima vez, pero no tengo. Y con lo del incendio, el pueblo no puede permitirse pagar una.
– Puedo hablar contigo, Pia.
– Por lo menos esta vez no me he desmayado.
– Es un avance.
Ella suspiro.
– Eres simpatico y yo no me fio de los simpaticos -se estremecio por lo que habia dicho y alzo una mano-. No me malinterpretes.
– ?Es que hay algun modo de que no se pueda malinterpretar lo que has dicho?
– Lo unico que digo es… -sacudio la cabeza y agarro su bolso-. Te dejare revisando los papeles. Podemos hablar de los festivales y de tu campamento mas tarde, si te parece bien. De verdad necesito recoger lo que me queda de dignidad y seguir adelante. La proxima vez que nos veamos, juro que me mostrare absolutamente calmada y racional. Apenas me reconoceras.
El no queria que se fuera. Por razones que no podia explicar, queria acercarla a el y decirle…
?Que? ?Que iba a decir? Apenas la conocia. Tenia otras cosas de las que ocuparse. La reunion no importaba.
Pero el problema no era la reunion y el lo sabia.
Pia tenia algo; era una intrigante combinacion de determinacion, impulsividad y vulnerabilidad. Si no tenia cuidado, la vida le daria una buena paliza. Solo los fuertes sobrevivian e incluso ellos se llevaban algun golpe de vez en cuando.
No era su problema, se recordo el. Y tampoco queria que lo fuera.
– Te reconocere. Te lo estas tomando demasiado en serio.
– Eso lo dice un hombre que probablemente no se ha puesto histerico en toda su vida -lo miro a los ojos-. Gracias por ser tan… simpatico.
– ?Incluso aunque eso haga que no confies en mi?
– Voy a lamentar toda la vida haber dicho eso.
– No. Estoy seguro de que tendras otras cosas de las que te lamentaras mucho mas.
– ?Ay! Eso no es muy reconfortante.
– Todos nos lamentamos por algo. Cosas que queremos cambiar o deshacer. Nada de lo que ha pasado hoy merece que te preocupes ni un segundo.
Ella vacilo.
– Pense que serias diferente. Cinico. Ensimismado… ya sabes… una estrella del deporte.
– Deberias haberme conocido hace diez anos.
La boca de ella se curvo formando una sonrisa.
– ?Salvaje e impetuoso?
– Un tipico atleta de universidad. Mi novia del instituto me abandono el primer ano de universidad. Pase unos meses compadeciendome de mi mismo, me recupere y cuando comence el segundo ano descubri que era un dios.