– ?Y por que no iba a tenerlo?

– No se nada de bebes y mucho menos de como criar a tres. No me hablo de esto, no me advirtio. Se suponia que yo me quedaba con el gato. Le caigo fatal, asi que es casi mejor que no lo tenga yo, pero aun asi… -se mordio el labio-. ?Por que me eligio Crystal?

– Porque te queria y confiaba en ti. Porque sabia que tomarias las decisiones correctas.

– Eso no podia saberlo. Ni siquiera lo se yo. ?Y si sucede algo malo? ?Y si los embriones me odian tanto como Jake?

– No estan en posicion de juzgarte.

– De acuerdo, no ahora, pero lo estaran. Una vez que hayan nacido.

– Los bebes se uniran a ti porque eres maravillosa. Pero incluso aunque no lo fueras, lo harian.

– Me sentiria mejor si les gustara por mi misma y no por algo biologico.

– Eso tambien pasara -le aseguro Montana-. Seras una mama genial.

– ?Como lo sabes? -pregunto Pia, preocupada y desesperada-. Mis novios siempre me dejan, ni siquiera el gato queria vivir conmigo. ?Que tengo que ofrecerle a un bebe?

– Tu corazon -dijo sencillamente Montana-. Pia, haras todo lo que este en tu poder por ocuparte de esos ninos. Te sacrificaras y te preocuparas y estaras a su lado cuando te necesiten. Asi eres.

– Me asusta mucho lo de ser madre soltera -admitio.

– Puede que estes soltera, pero no estaras sola -le recordo Montana-. Esto es Fool’s Gold. El pueblo se ocupara de ti. Tendras toda la ayuda y consejo que necesites. Por cierto, si puedo hacer algo, por favor, dimelo.

– Lo hare.

Pia sabia que Montana tenia razon: si necesitaba ayuda, no tenia mas que pedirla. Despues estaba el extrano ofrecimiento de Raul de ser su «companero de embarazo». No estaba del todo segura de lo que Raul pretendia, pero era agradable saber que estaba dispuesto a estar a su lado.

– Ojala Crystal me hubiera contado esto antes de morir. Que me hubiera explicado lo que queria.

– ?Le habrias dicho que no? -pregunto Montana.

Pia penso en la pregunta.

– Probablemente habria intentado hacerle cambiar de opinion, pero al final, si esto es lo que queria, habria accedido. Pero por lo menos habria tenido la oportunidad de descubrir por que.

– ?De verdad no puedes imaginarlo? ?Te confunde pensar por que te dejo los embriones?

– Si. ?A ti no?

Montana le sonrio.

– No. Ni lo mas minimo. Supongo que tendras que averiguarlo y cuando lo hagas, sabras por que te eligio a ti y te vio como la persona adecuada.

Capitulo 7

La doctora Cecilia Galloway era una mujer alta, de estructura osea grande, que habia ido a la Facultad de Medicina cuando se esperaba que las mujeres fueran o amas de casa o secretarias. Creia que una paciente informada era una paciente feliz, y que hasta que un hombre sufriera cambios de humor y calambres menstruales, no estaba en posicion de decir si esas molestias estaban o no dentro de la cabeza del paciente.

La madre de una de sus amigas le habia sugerido con mucha delicadeza a Pia que visitara una ginecologa antes de empezar la universidad. Pia no habia pensado en tener relaciones sexuales, pero habia seguido el consejo y habia acudido a consulta para su primer examen pelvico.

La doctora Galloway habia hecho que la experiencia fuera mas interesante que temible, ya que le habia explicado todos los detalles del sistema reproductor en un lenguaje que la adolescente pudo comprender. Tambien le habia ofrecido consejo sobre los chicos y su falta de experiencia. Le habia ensenado a localizar su clitoris y el punto G y le habia sugerido que le dijera al chico en cuestion que invirtiera algo de tiempo con ambos antes de hacerle el amor.

Ahora, una decada despues, Pia estaba de nuevo sentada en la consulta de la doctora Galloway con una lista de preguntas que le habian hecho darse cuenta de que no sabia lo suficiente como para saber que preguntar. En lugar de entrar en Internet y sacar verdades a medias, habia acudido a una fuente de conocimiento.

Cuando pasaban unos minutos de las diez, la doctora Galloway entro en su consulta. Llevaba una bata blanca y tenia el pelo corto y canoso. No se molestaba en maquillarse, pero sus ojos azules se veian calidos detras de sus gafas.

– Pia -dijo la doctora con una sonrisa y se sento a su lado-. Me ha sorprendido un poco verte entrar aqui hoy.

Cuando Pia habia pedido la cita, habia dicho que tenia que hablar con la doctora antes de que la examinara y habia explicado por que.

Ahora, la doctora Galloway solto su carpeta y la miro.

– Eres joven y sana. ?Estas segura de esto? Es una medida muy extrema en este momento de tu vida. ?No preferirias esperar a tener una relacion? O aunque no quieras saber nada de un padre, podriamos consultar algun proceso de inseminacion artificial en lugar de la fecundacion in vitro.

Pia tardo un segundo en darse cuenta del problema.

– No intento quedarme embarazada -dijo sacudiendo la cabeza-. Bueno, si que lo intento, pero no es lo que piensa.

La doctora Galloway se recosto en su silla.

– ?Por que no iba a pensarlo?

– Crystal Westland me ha dejado sus embriones.

La expresion de la mujer se suavizo.

– ?Ah, si? Me preguntaba que haria Crystal. Pobre nina, cuanto ha sufrido. Es una gran perdida para todos - respiro hondo-. Entonces, ?quieres tener los bebes de Crystal?

«Querer» era una palabra muy fuerte. Habia aceptado el cambio que se produciria en su vida y estaba intentando asumirlo. Lo de «querer» ya vendria despues.

– Voy a tenerlos -dijo Pia con firmeza-. ?Cual es el siguiente paso?

La doctora Galloway la miro un momento.

– Hacemos un examen para asegurarnos de que estas sana. Te extraemos un poco de sangre, esas cosas.

Ella se levanto y fue al otro lado de la mesa. Despues de sentarse, saco una libreta y comenzo a tomar notas.

– ?Cuantos embriones hay?

– Tres.

– ?Los implantaras todos a la vez?

– No lo se. ?Deberia hacerlo?

– Puede que sea lo mejor -la doctora alzo la cabeza-. El proceso es muy sencillo. Yo misma puedo hacerlo. Es un procedimiento simple y relativamente indoloro.

Saco varios folletos de un cajon.

– Despues te tiendes sobre la mesa de examen durante unos minutos para dar tiempo a que los embriones se asienten. Dos semanas despues, hacemos prueba para ver si estas embarazada.

Eso no sonaba muy mal, penso Pia.

– ?Tendre que tomar medicamentos? El chico del laboratorio me hablo de preparar mi cuerpo.

– Depende. Monitorizaremos tu ciclo con una serie de ultrasonidos. Cuando estes lista, los implantaremos -se acerco a ella-. Pero es posible que no iodos los embriones hayan sobrevivido al proceso de descongelacion.

Pia no habia pensado en ello.

– ?Sabremos cuando estaran derretidos?

– Si, se comprueba antes de implantarlos.

La doctora le entrego varios folletos.

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