consiguieron abrir la puerta del de Bram y Georgie subio.

Bram puso en marcha el motor y estuvo a punto de llevarse por delante a dos fotografos que se habian echado sobre el capo.

– No quiero oir ni una palabra mas acerca de motivos ocultos. -Su expresion cenuda y su voz entrecortada no dejaban lugar a discusiones-. De hecho, ahora mismo no quiero hablar de nada.

A ella ya le parecio bien, porque no se le ocurria nada que decir.

Un convoy de todoterrenos los siguio de regreso a la casa. Bram cruzo la valla, condujo hasta la casa y freno a fondo antes de apagar el motor. Su pesada respiracion lleno el repentinamente silencioso interior del coche. Abrio la guantera y saco un DVD.

– Esta es la razon de que no pudiera ir a verte antes. No estaba acabado. Tenia pensado llevartelo esta noche. -Dejo el DVD en el regazo de Georgie-. Miralo antes de tomar mas decisiones importantes sobre nuestro futuro.

– No lo entiendo. ?Que es esto?

– Supongo que podrias decir que se trata de… mi carta de amor por ti. -Y salio del coche.

– ?Tu carta de amor?

Pero el ya habia desaparecido por el lateral de la casa.

Georgie contemplo el DVD y se fijo en el titular escrito a mano.

SKIP Y SCOOTER

«Bajo tierra»

Skip y Scooter habia acabado en el episodio 108, y la etiqueta del DVD indicaba que se trataba del episodio 109. Georgie apreto el DVD contra su pecho, se quito la zapatilla que conservaba y corrio descalza al interior de la casa. No tenia suficiente paciencia para manejar el complicado equipo de la sala de proyecciones, asi que subio la carta de amor videografica al piso de arriba y la introdujo en el reproductor del dormitorio de Bram. Se sento en mitad de la cama, rodeo sus rodillas con un brazo y, con el pulso acelerado, presiono el play.

Fundido de dos pares de pies pequenos caminando por una extension de cesped de vivo verde. Uno de los pares esta formado por zapatos negros de charol y calcetines blancos con volantes. El otro, por lustrosos zapatos de cordones para nino que rozan con los bajos de unos pantalones de vestir negros. Los dos pares de zapatos se detienen y se vuelven hacia alguien que camina detras de ellos. La nina pequena gimotea.

– ?Papi?

Georgie se abrazo.

El nino dice con voz potente:

– Dijiste que no llorarias.

La nina suelta otro gemido.

– No estoy llorando, pero quiero ir con papa.

Un tercer par de zapatos entra en escena. Unos zapatos negros de hombre.

– Estoy aqui, carino. Tenia que ayudar a la abuela.

Georgie se estremecio mientras la camara subia por unos pantalones negros de vestir hasta la mano de largos y cuidados dedos del hombre, que llevaba una alianza de platino.

La mano de la nina se desliza en la mano del hombre.

Aparece un primer plano de la cara de la nina. Tiene siete u ocho anos. Es rubia, de cara angelical, y lleva un vestido de terciopelo negro y un fino collar de perlas.

La camara se aleja. El nino, mas o menos de la misma edad que la nina, coge la otra mano del hombre con expresion solemne.

Una toma mas amplia muestra, de espaldas, al alto y esbelto hombre y a los dos ninos avanzando por el cuidado cesped. Aparece un arbol, una extension de cesped mayor y mas arboles. Una especie de piedras. La toma se amplia mas.

No son piedras.

Georgie se llevo los dedos a los labios.

?Un cementerio?

De repente, la cara del hombre ocupa toda la pantalla. Se trata de Skip Scofield. Mas mayor, mas distinguido y perfectamente arreglado, como solian ir todos los Scofield. Lleva el pelo corto y rizado, un traje negro entallado y una elegante corbata burdeos oscuro anudada sobre una camisa blanca. Unas profundas arrugas de dolor surcan sus bonitas facciones.

Georgie sacudio la cabeza con incredulidad. No podia ser…

– No quiero, papa -dice la nina.

– Lo se, carino.

Skip la coge con un brazo y, al mismo tiempo, rodea los delgados hombros del nino con el otro brazo.

Georgie sintio deseos de gritar. «?Es una comedia! ?Se supone que tiene que ser divertida!»

Ahora los tres estan junto a una tumba abierta, con los asistentes al funeral vestidos de luto al fondo. El nino hunde la cara en el costado del padre y dice con voz apagada:

– Echo mucho en falta a mama.

– Yo tambien, hijo mio. Ella nunca comprendio cuanto la queria.

– Deberias haberselo dicho.

– Lo intente, pero ella no me creyo.

El pastor empieza a hablar fuera de pantalla.

A Georgie, aquella voz resonante le resulto familiar. Georgie entrecerro los ojos.

Corte hasta el final de la ceremonia. Primer plano del ataud en el suelo. Un punado de tierra seguido de tres hortensias azules cae sobre la lustrosa tapa.

Toma de Skip y sus llorosos hijos solos y de pie junto a la tumba. Skip se arrodilla y los abraza. Tiene los ojos cerrados y aprieta los parpados a causa del dolor.

– Gracias a Dios… -murmura-. Gracias a Dios que os tengo a vosotros.

El nino se separa de el con expresion petulante, casi vengativa.

– ?Lastima que no nos tengas!

La nina pone los brazos en jarras.

– Somos imaginarios, ?recuerdas?

El nino dice con desden:

– Somos los hijos que podrias haber tenido si no te hubieras portado como un gilipollas.

De repente, los ninos desaparecen y el hombre se queda solo junto a la tumba. Angustiado. Torturado. Coge una hortensia de uno de los adornos florales y se la lleva a los labios.

– Te quiero. Con todo mi corazon. Eternamente, Georgie.

Fundido en negro.

Georgie permanecio unos instantes sentada, atonita. Despues salto de la cama y salio indignada al pasillo. «?Sera…!» Corrio escaleras abajo, cruzo el porche y se dirigio a la casa de invitados. A traves de las vidrieras, vio que Bram estaba sentado frente a su escritorio, con la mirada perdida. Entro con paso decidido y Bram se levanto de un brinco.

– ?Conque una carta de amor, ?eh?! -grito Georgie.

El asintio con rotundidad y con la tez palida.

Ella puso las manos en jarras.

– ?Me has matado!

Bram trago saliva con dificultad.

– Tu… Bueno… no esperarias que me matara a mi, ?no?

– ?Y mi propio padre! ?Me enterro mi propio padre!

– Es un buen actor. Y un suegro sorprendentemente decente.

Georgie rechino los dientes.

– He vislumbrado un par de caras conocidas entre la multitud. ?Chaz y Laura?

– Las dos parecieron… -Bram volvio a tragar saliva- disfrutar de la ceremonia.

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