Un silencio denso se extendio por la habitacion seguido del penetrante pitido que emiten los telefonos cuando se dejan descolgados.
A Georgie le sudaban las palmas y las mejillas le ardian. Bram volvio a dejar el auricular en su sitio.
– ?Que has dicho?
Ella volvio a tragar saliva e intento recobrar la compostura.
– Solo durante… durante un ano. Seguiremos casados por un ano. -Sus palabras sonaban silbantes, como si las estuviera pronunciando a traves de un kazoo-. Dentro de un ano, a contar desde hoy, anunciamos que… que hemos decidido que somos mejores amigos que amantes y que nos divorciamos. Pero que nos querremos siempre. Y… esta es la parte importante… -Los pensamientos se agolpaban en su mente, pero al final se centro-. Nos aseguramos de que despues del divorcio nos vean juntos. Siempre riendo y pasandonoslo bien juntos para que ninguno de los dos quede como una… -se detuvo justo a tiempo evitando pronunciar la palabra «victima»-, para que ninguno de los dos quede como un granuja.
Los detalles de su plan fueron encajando en su mente como si estuviera elaborando el guion de una comedia de enredo.
– Poco a poco, dejamos filtrar la noticia de que te he ido presentando a algunas amigas y de que tu me vas presentando a algunos de tus amigos cretinos. Todo sumamente amistoso. Tipo Bruce y Demi. Nada de dramas ni escandalos.
Y nada de lastima. Esto era lo realmente importante, la unica forma en que ella podria salir bien parada. Nada de compasion por la patetica y desconsolada Georgie York, quien no era capaz de conservar a ninguna pareja.
Bram todavia estaba atascado en la primera parte.
– ?Seguir casados? ?Tu y yo?
– Solo durante un ano. Es… Se que no es un plan perfecto… -eso constituia una autentica ironia-, pero dadas las circunstancias, creo que es la mejor jugada.
– ?Pero si nos odiamos!
Ahora no podia desdecirse. Todo estaba en juego, su reputacion, su carrera y, por encima de todo, su maltratado orgullo.
Aunque aquello era mas que orgullo. El orgullo era una emocion superficial y lo que ella sentia era mas profundo, abarcaba la totalidad de su sentido de identidad. Georgie se enfrento a la dolorosa verdad de que habia vivido toda su vida sin tomar, por si misma, una sola decision importante. Su padre habia guiado todos los pasos de su carrera y de su vida personal, desde los trabajos que aceptaba hasta lo relacionado con su imagen. Incluso le habia presentado a Lance, quien, por su parte, habia decidido cuando se casarian, donde vivirian y cientos de otros aspectos. Fue Lance quien decidio que no tendrian hijos y tambien quien determino el final de su matrimonio. Durante treinta y un anos habia permitido que otras personas decidieran su destino y ya estaba harta. Tenia dos alternativas: o seguir viviendo conforme a los dictados de los demas o tomar las riendas de su vida, por muy mal que lo hiciera.
La invadio un sentimiento de determinacion tan aterrador como excitante.
– Te pagare.
Bram enarco una ceja.
– ?Me pagaras?
– Cincuenta mil dolares por cada mes que vivamos juntos. Por si no sabes contar, eso suma seiscientos mil dolares.
– Si que se contar.
– Un regalo prematrimonial entregado con posterioridad.
Una vez mas, Bram sacudio un dedo en su direccion.
– Lo hiciste a proposito. Me atrapaste de la misma forma que intentaste atrapar a Trevor. Lo tenias en mente desde el principio.
Ella se levanto del sillon de golpe.
– ?Eso no te lo crees ni tu! Cada segundo que paso contigo es espantoso, pero me preocupa mas mi carrera que el odio que siento por ti.
– ?Tu carrera o tu imagen?
Georgie no pensaba discutir sus problemas de autoestima con el enemigo.
– En esta ciudad, la imagen es la carrera -declaro dandole la respuesta mas obvia-. Tu lo sabes mejor que nadie. Por eso no puedes conseguir un trabajo decente, porque nadie confia en ti. Sin embargo, el publico si confia en mi. Incluso a pesar de mi fracaso con Lance. Mi reputacion te beneficiara. Si decides seguir mi plan no tienes nada que perder, solo ganar. La gente pensara que te has reformado y quiza por fin consigas un trabajo que valga la pena.
Algo chispeo en los ojos de Bram. Georgie estaba blandiendo el argumento equivocado, asi que cambio de tactica.
– Seiscientos mil dolares, Bram.
El se volvio y se dirigio lentamente a los ventanales.
– Seis meses.
La audacia de Georgie se desvanecio y trago saliva.
– ?De verdad?
– Accedo durante seis meses -declaro Bram-. Y despues renegociamos. Ademas, tendras que aceptar todas mis condiciones.
Las alarmas se dispararon en la mente de Georgie, pero intento conservar la calma.
– ?Y tus condiciones son…?
– Te las hare saber cuando llegue el momento.
– No hay trato.
El se encogio de hombros.
– Muy bien, pues no hay trato. La idea era tuya, no mia.
– ?No eres nada razonable!
– No soy yo quien se muere por estar casado. O lo hacemos a mi manera o no hay trato.
Ella no estaba dispuesta a hacerlo a su manera de ningun modo. Ya habia tenido bastante con su padre y con Lance.
– De acuerdo -declaro-. A tu manera. Estoy segura de que sera totalmente justa.
– ?Uy, si, puedes estar segura!
Georgie fingio no haberlo oido.
– Lo primero que deberiamos hacer es…
– Lo primero que haremos es encargarnos de Mel Duffy. -De repente, Bram se puso en plan serio, lo que resultaba enervante, pues el nunca se ponia en plan serio-. Le diremos que puede sacarnos fotos en exclusiva aqui, en esta
Bram tenia razon: las fotografias que Duffy les habia sacado antes les harian parecer mas unos fugitivos que unos felices recien casados.
– Vamos alla -declaro ella-. Te acuerdas de como se hace, ?no?
– No me presiones.
Georgie pidio a la operadora del hotel que retuviera el aluvion de llamadas que pronto se produciria y Bram se fue en busca de Mel Duffy. Tres horas mas tarde, ella y su muy detestado marido estaban vestidos de blanco, cortesia del excelente servicio de conserjeria del Bellagio. El vestido de Georgie tenia un corpino que realzaba la figura, un dobladillo de encaje y cinta para coser de doble cara colocada estrategicamente para ajustarlo a su medida. Bram iba vestido con un traje de lino blanco y una camisa blanca de cuello abierto. Todo aquel blanco contrastaba con su piel morena, su pelo rubio leonado y su rebelde barba incipiente, dandole aire de pirata recien desembarcado de un lujoso velero para saquear a los asistentes al Festival de Cannes.
Georgie telefoneo a sus familiares, a todos salvo a su padre, y les conto la noticia. Hizo una interpretacion medio decente profesando su alegria y excitacion por estar casada con el