de llegar a Los Angeles. Se volvio de lado y cerro los ojos. Tomar la decision de asumir el control de su vida era la parte facil. Llevarlo a cabo le resultaria mucho mas complicado.
Desperto al amanecer. Se habia dormido apoyada en la puerta del coche y se froto la nuca. Estaban subiendo por una calle serpenteante de una zona residencial flanqueada por casas ocultas tras frondosos follajes. Bram la miro de reojo. Aparte de tener la barba mas crecida, no mostraba signos de no haber dormido en toda la noche. Georgie fruncio el ceno.
– ?Donde estamos?
– En las colinas de Hollywood.
Pasaron junto a un seto alto de ficus, tomaron otra curva y cogieron un camino entre dos pilares de piedra. Una gran casa de piedra y estuco rojizo de estilo colonial espanol aparecio a la vista. Una buganvilla se enredaba alrededor de un saliente formado por seis ventanas en arco de estilo morisco y una trompeta trepadora subia por una torre redonda de dos plantas de altura que remataba un extremo de la casa.
– Sabia que me mentias respecto a lo del apartamento.
– Esta es la casa de mi novia.
– ?Tu novia?
Bram paro delante de la casa y apago el motor.
– Tienes que explicarle lo que ha sucedido. Todo ira mejor si se lo explicas tu personalmente.
– ?Quieres que le explique a tu novia por que te has casado?
– ?Que quieres, que se entere por los periodicos? ?No crees que deberia ser sensible con la mujer que amo?
– Tu no has amado a nadie en tu vida. ?Y desde cuando sales con una sola mujer?
– Siempre hay una primera vez.
Bram se desabrocho el cinturon de seguridad y salio del coche.
Corrio detras de el hacia el porche con arcos y suelo de baldosas azules y blancas que formaba la entrada de la casa. En un rincon, junto a tres columnas en espiral del mismo color rojizo que el estucado, habia unas macetas de terracota de varios tamanos.
– No le contaremos a nadie la verdad acerca de nuestro matrimonio -susurro Georgie-. Y menos a una mujer que va a experimentar una comprensible necesidad de venganza.
Bram subio los escalones del porche.
– Si va tan en serio conmigo como yo creo, mantendra la boca cerrada y esperara hasta que todo termine.
– ?Y si no va en serio contigo?
Bram enarco una ceja.
– Se sincera, Scoot. ?Cuando has visto que una mujer no vaya en serio conmigo?
Capitulo 6
Bram tenia una llave de la casa de su novia, asi que o vivia con ella o pasaba mucho tiempo alli, lo que explicaria por que solo necesitaba un apartamento de una habitacion. Georgie subio los escalones del porche y siguio a Bram al interior de un vestibulo con apliques de bronce y paredes pintadas a la esponja.
– Tendrias que haberme dicho que tenias novia.
Bram senalo con la cabeza la parte trasera de la casa.
– La cocina esta por ahi. Ella necesitara un cafe. Yo la ire preparando mientras tu haces el cafe.
– Bram, esto no es una buena idea. Como mujer te digo que…
El ya habia desaparecido escaleras arriba. Georgie se sento en el primer escalon y apoyo la cara entre las manos. Una novia. Bram siempre habia estado rodeado de mujeres hermosas, pero ella nunca habia oido que tuviera una relacion seria con nadie. Deseo no haber cortado a Trev cada vez que el empezaba a contarle cosas de Bram.
Se levanto del escalon y miro alrededor. La novia de Bram tenia un gusto exquisito para la decoracion, aunque no para los hombres. A diferencia de otras casas antiguas de estilo colonial, aquella tenia suelos de madera clara que, o eran originales o habian sido tratados para que parecieran usados y tuvieran un aspecto calido y rustico. El mobiliario era confortable, piezas sencillas tapizadas con telas de tonalidad mate y adornadas con bonitos cojines indios y telas tibetanas de colores ocre, aceituna, marron rojizo, peltre y dorado mate. Unos ventanales altos que daban a un porche trasero permitian que la luz matutina inundara el salon y, al mismo tiempo, contemplar los exuberantes limoneros y naranjos de China que crecian en decorativas macetas de ceramica. Una antigua anfora de aceite contenia una frondosa enredadera que subia por el lateral de una chimenea y a lo largo de la repisa superior de piedra, que estaba labrada con un diseno morisco.
La bien equipada cocina tenia paredes de estuco, elegantes electrodomesticos y baldosas de tonalidad terrosa con motivos azules. Un candelabro de hierro con pantallas de estano colgaba encima de la isla central de la cocina; el saliente con seis ventanas en arco que Georgie habia visto desde el coche era el comedor de desayunos. Encontro la cafetera y preparo el cafe. De momento, no habia oido ningun grito procedente de la planta de arriba, pero era solo cuestion de tiempo. Georgie saco su taza al porche trasero, construido con las mismas columnas rojizas y en espiral y las mismas baldosas espanolas azules y blancas que el porche de la entrada. Los faroles de metal con filigranas, las mesas con mosaicos y patas de hierro curvadas, la mampara de madera labrada y los muebles tapizados con vistosas telas turcas y marroquies hicieron que se sintiera como en una kasba. Las exuberantes enredaderas, los palmitos y las canas de bambu proporcionaban al porche una sensacion de intimidad.
Georgie se cubrio los hombros con un chal y se sento en una comoda tumbona. El leve tintineo de un movil de piezas de laton llego hasta ella flotando en el silencioso frio matinal. Evidentemente, Bram no conocia bien a su novia, porque el tipo de mujer que poseia una casa como aquella no aceptaria que su novio se casara con otra mujer, fueran cuales fuesen las circunstancias. Bram era un estupido por solo imaginar algo asi, lo que resultaba extrano, porque el nunca habia sido…
Georgie se levanto de un brinco y el cafe le salpico la mano. Lo absorbio de un lameton, dejo la taza encima de un monton de revistas y entro en la casa como una exhalacion. En cuestion de segundos, habia subido las escaleras y encontrado el dormitorio principal, donde Bram estaba dormido boca abajo, encima de la cama de matrimonio. Solo.
Georgie se habia olvidado de la regla numero uno en todo lo relacionado con Bram Shepard: no creer nada de lo que dijera.
Georgie quiso vaciar un cubo de agua fria sobre la cabeza de Bram, pero se lo penso mejor. Mientras estuviera dormido no tendria que aguantarlo. Volvio a bajar y se acomodo de nuevo en el porche. A las ocho, telefoneo a Trev, quien, como era de esperar, casi le rompio los timpanos con sus gritos.
– ??Que demonios ha pasado?!
– Amor verdadero -replico Georgie.
– No puedo creer que os hayais casado. Me resulta inconcebible que lo hayas convencido para que se casara contigo.
– Estabamos borrachos.
– Creeme, Bram no lo estaba tanto. El siempre sabe exactamente lo que hace. ?Donde esta ahora?
– Durmiendo en el piso de arriba, en una casa magnifica que, por lo visto, le pertenece.
– La compro hace dos anos. Solo Dios sabe de donde saco el dinero para la entrada. No es ningun secreto que ultimamente no ha sido muy solvente.
Lo cual constituia la razon de que hubiera accedido a seguir el plan de Georgie: los cincuenta mil dolares mensuales que ella habia prometido pagarle.
Sin embargo, Trev no sabia lo del dinero del soborno.
– Habra decidido que tu eres el billete que necesita para mejorar su reputacion. La publicidad de vuestra boda podria ayudarle a conseguir algun papel. A el parece no importarle que no lo contraten, pero creeme: si le