La boca de Bram se unio a la de ella y esta vez sus labios eran suaves, como deberian haber sido los de Skip. Georgie empezo a retirarse mentalmente al lugar secreto en que solia esconderse anos atras. Pero algo iba mal. Bram ya no sabia a bares sordidos y noches sin dormir. Sabia a limpio. No limpio como Lance, un adicto a los caramelos de menta, sino limpio como…
Georgie no sabia exactamente que pasaba, pero sabia que no le gustaba. Ella queria que Bram fuera Bram. Queria el sabor amargo de su condescendencia, la ofensa de su desden. Esto era lo que ella sabia manejar.
Espero a que el intentara meterle la lengua hasta la garganta. No es que quisiera que lo hiciera, ?por Dios, no!, pero al menos eso le resultaria familiar.
Bram le mordisqueo el labio inferior y, poco a poco, volvio a dejarla en el suelo.
– Bienvenida a la vida matrimonial, senora Shepard -declaro con voz suave y tierna mientras su mano, escondida en los pliegues de la falda de Georgie, le pellizcaba el trasero.
Ella sonrio aliviada. Por fin Bram actuaba como el mismo.
– Bienvenido a mi corazon… -dijo ella con igual ternura-, senor de Georgie York.
Y le dio un codazo por debajo de la chaqueta con tanta fuerza como pudo.
Cuando Duffy se marcho, habia oscurecido y la direccion del hotel habia deslizado un mensaje para ellos por debajo de la puerta. La centralita estaba colapsada de llamadas y una multitud de fotografos se habia congregado en el exterior. Georgie encendio el televisor y vio que la noticia de su boda se habia hecho publica. Mientras Bram se cambiaba de ropa, ella se sento en el borde del sofa mirando la television.
Todo el mundo estaba impactado.
Nadie se lo esperaba.
Como los periodistas solo disponian de una informacion escueta, los programas del corazon rellenaban la historia con comentarios de supuestos expertos que no sabian absolutamente nada.
«Despues del terrible final de su primer matrimonio, Georgie ha vuelto al confort de lo que le resulta familiar.»
«Quiza Shepard se ha cansado de su vida disoluta…»
«Pero ?se ha reformado realmente? Georgie es una mujer adinerada y…»
Bram salio del dormitorio vestido con unos vaqueros y una camiseta negra.
– Nos vamos esta noche.
Georgie silencio el televisor.
– No me entusiasma mucho la idea de conducir hasta Los Angeles con una manada de fotografos persiguiendonos. Como diria la princesa Diana, «ya tengo bastante de eso».
– Ya me he ocupado de ese asunto.
– Pero si ni siquiera eres capaz de ocuparte de ti mismo.
– Te lo explicare de otra manera: no pienso quedarme aqui. Puedes venir conmigo o explicarle a la prensa por que tu recien estrenado marido se va solo.
Era evidente que Bram iba a ganar aquella batalla, asi que Georgie declaro con aire despectivo:
– Sera mejor que sepas lo que haces.
Al final resulto que Bram si tenia resuelta la situacion. Una furgoneta con las ventanillas pintadas con publicidad de una fontaneria los esperaba en la zona de mercancias del hotel. Bram metio las maletas en la parte trasera y le dio al conductor un par de billetes doblados. Despues ayudo a Georgie a subir, hizo lo propio y cerro la puerta.
El interior de la furgoneta olia a huevos podridos. Se acomodaron cerca de las puertas, doblaron las rodillas y apoyaron la espalda en las maletas.
– Supongo que no iremos asi hasta Los Angeles -comento Georgie.
– ?Siempre has sido tan quejica?
«Mas o menos», penso Georgie. Al menos durante el ultimo ano. Pero eso iba a cambiar.
– Preocupate de ti mismo.
La furgoneta se alejo del hotel y Georgie choco contra Bram. En eso se habia convertido su vida. En escapar de Las Vegas ocultos en una furgoneta de fontaneria. Georgie apoyo la mejilla en las rodillas y cerro los ojos intentando no pensar en lo que le esperaba.
SCOOTER: Yo nunca miro las estrellas.
SKIP: ?Por que?
SCOOTER: Porque me hacen sentirme pequena. Mas pequena que un puntito. Preferiria meter la mano en una jaula de leones que mirar las estrellas.
SKIP: Eso es absurdo. Las estrellas son bonitas.
SCOOTER: Las estrellas son deprimentes. Yo quiero hacer grandes cosas en mi vida, pero ?como puedo conseguirlo si las estrellas me recuerdan lo pequena que soy en realidad?
Al cabo de un rato, la furgoneta salio de la carretera y se detuvo en un camino de tierra lleno de baches. Bram bajo y Georgie asomo la cabeza. La noche era oscura como boca de lobo y estaban en medio de ninguna parte. Georgie bajo y se dirigio con cautela a la parte frontal del vehiculo. Los faros delanteros iluminaban un letrero de madera que indicaba: JEAN DRY LAKE. Junto a este, un cartel anunciaba una especie de festival de lanzamiento de cohetes. Bram estaba hablando con el conductor de un sedan negro. Ella no queria hablar con nadie, asi que no se acerco.
El conductor de la furgoneta paso por su lado con las maletas.
– Me gustabas mucho en
– Gracias.
Georgie deseo que alguien le dijera que le habia gustado en sus otras peliculas.
El conductor del sedan bajo y metio las maletas en el maletero. Los dos hombres subieron a la furgoneta y se marcharon. Ella y Bram se quedaron solos, con solo el brillo del pelo de Bram a la luz de la luna.
– Contaran lo de nuestra huida -dijo Georgie-. Sabes que si. Ganaran un buen dinero por eso.
– Cuando salga a la luz, ya hara tiempo que estaremos en casa.
«Casa.» Georgie no se imaginaba a los dos atrapados en su pequena casa de alquiler. Tenia que encontrar otra y deprisa. Una casa grande para que no tuvieran que verse. Mientras abria la portezuela del coche, consulto su reloj: las dos de la madrugada. Solo habian pasado doce horas desde que despertara para encontrarse inmersa en aquel desastre.
Bram se sento al volante. Condujo deprisa, aunque no con temeridad.
– Un amigo mio llevara mi coche de regreso a Los Angeles dentro de un par de dias. Si tenemos suerte, no descubriran que nos hemos ido del hotel hasta entonces.
– Necesitamos un lugar para vivir. Le dire a mi agente inmobiliario que encuentre algo deprisa.
– Viviremos en mi casa.
– ?Tu casa? Creia que estabas cuidando la casa de Trev en Malibu.
– Solo voy alli cuando quiero escapar.
– ?Escapar de que? -Georgie se quito las sandalias-. Espera. ?No me dijo Trev que vivias en un apartamento?
– ?Tienes algo en contra de los apartamentos?
– Si, que son pequenos.
– ?Siempre has sido tan esnob?
– Yo no soy esnob. Se trata de una cuestion de intimidad. De uno respecto al otro.
– Pues nos resultara un poco dificil, porque mi apartamento solo tiene un dormitorio, aunque es bastante grande.
Georgie le lanzo una mirada airada.
– De ningun modo viviremos en un apartamento de un solo dormitorio.
– Tu no tienes por que hacerlo si no quieres, pero yo si vivire alli.
Entonces ella lo entendio. Asi era como el pensaba manejarlo todo. Seria a su manera o a la calle.
A Georgie le dolia la cabeza, tenia torticolis y no vio ninguna ventaja en discutir sobre aquella cuestion antes