Todo salvo Aaron.

El se rasco el pecho a traves de la camiseta.

– Mi permiso de conducir esta en mi billetera, y esta tambien esta en el despacho de Georgie.

– ?Y que? Yo he conducido sin permiso durante anos.

Chaz habia aprendido a conducir sola cuando tenia trece anos, pues pensaba que ella supondria un peligro menor en la carretera que su madrastra alcoholica.

Tanto ella como Aaron tenian llaves de la casa principal, pero ninguno de los dos se sentia especialmente ansioso por volver alli en aquel momento. Por suerte, el apartamento del garaje estaba en el extremo opuesto del dormitorio principal de la casa. Chaz no podia imaginarse lo que seria tener que oir a Bram y Georgie echando un polvo. Odiaba a Georgie. Odiaba ver a Bram riendose de alguna de las estupideces que ella soltaba. Odiaba oirlos hablar de peliculas que ella no habia visto. Ella queria ser la primera para Bram. Lo cual era absurdo.

Mas le valia a Bram haberse acordado de apagar el horno.

– Ni suenes con dormir aqui -dijo.

– ?Quien ha dicho que fuera a hacerlo? Les dare algo de tiempo y despues ire a recoger mis cosas.

El se levanto y se acerco a la libreria, que contenia un televisor, libros de cocina y otros que Bram le habia dado a Chaz, entre ellos, algunos de Ruth Reichl, una famosa escritora de libros de cocina que explicaba como empezo a interesarse por la comida y todo eso. Los suyos eran los mejores libros que Chaz habia leido nunca.

– Deberias dejar de actuar como una bruja con Georgie. -Aaron cogio uno de los libros de Reichl y le dio la vuelta para leer la contraportada-. Solo te falta colgarte un letrero del cuello en el que ponga que estas enamorada de Bram.

– ?Yo no estoy enamorada de Bram! -Le arrebato el libro y volvio a ponerlo en la estanteria-. Solo me preocupo por el y no me gusta como ella lo trata.

– Solo porque ella no le besa el culo como haces tu.

– ?Yo no le beso el culo! Siempre le digo exactamente lo que pienso.

– Si, y mientras despotricas de el, corres a prepararle una comida especial y plancharle las camisetas. Ayer te vi correr para limpiar unas migas de la silla en que iba a sentarse.

– Cuido de el porque es mi trabajo, no porque este enamorada de el.

– Pues parece que sea mas que un trabajo. Parece que sea toda tu vida.

– ?Menuda gilipollez! Es solo que… estoy en deuda con el. Eso es todo.

– ?Por que estas en deuda con el?

«Por todo.»

Chaz se dio la vuelta y entro en su diminuta cocina. Aaron era demasiado estupido para distinguir entre querer a una persona y estar enamorado de ella. Chaz queria a Bram con todo el corazon, pero no era un querer sexual. Era como si el fuera el mejor hermano del universo, un hermano por el que ella haria cualquier cosa.

Hurgo en la nevera en busca de una limonada Mountain Dew. En cierta ocasion, Aaron le conto que se habia vuelto adicto a la Mountain Dew en la universidad, pero Chaz solo se sirvio un vaso para ella. Habria querido asistir a una escuela de cocina, no a la universidad. Cuando su madrastra murio, ella ahorro el dinero suficiente para trasladarse a Los Angeles. Sin embargo, para una persona sin titulo universitario era muy dificil encontrar trabajo y su plan para trabajar en un restaurante caro y asi poderse pagar los estudios enseguida se desvanecio. Acabo lavando platos y sirviendo mesas en un par de restaurantes mexicanos baratos, pero Los Angeles era un lugar caro e, incluso trabajando dieciseis horas diarias, tuvo que echar mano de sus ahorros para salir adelante.

Un dia, al volver a su casa del trabajo, descubrio que alguien habia entrado a la fuerza en su penosa habitacion alquilada y le habia robado todo, incluidos sus ahorros. Chaz se dijo que no debia perder los nervios. Quiza tuviera que saltarse una comida aqui y otra alla y, durante un tiempo, no podria comprarse un coche, pero si trabajaba unas horas extra todavia podria pagar el alquiler.

Y podria haberlo conseguido… si un conductor no la hubiera atropellado cuando se dirigia a la lavanderia y se hubiera dado a la fuga. Aparte de unas costillas astilladas y la mano rota, Chaz no sufrio mayores lesiones, pero perdio los dos empleos que tenia porque no podia lavar platos con una mano enyesada. Al cabo de un mes dormia en las calles.

Aaron entro en la cocina.

– ?Tienes algo para comer? No he tomado nada desde mediodia.

Chaz tenia un armario lleno de comida basura sobre el que no pensaba decirle nada a Aaron.

– Solo tengo cereales y algo de fruta.

Escondio el vaso de Mountain Dew detras de la tostadora para que Aaron no lo viera. No porque ella fuera egoista, sino porque no era una bebida dietetica.

– Supongo que es mejor que nada -contesto el.

Chaz saco la caja de cereales y se la dio junto con unas fresas, pero el empezo a poner las fresas en un cuenco sin trocearlas, asi que lo empujo a un lado y lo preparo ella misma. Deseo tener cereales Special K para Aaron en lugar de los Frosted Flakes.

La cocina contaba con una diminuta encimera encastrada que servia de mesa. Mientras Aaron comia, ella limpio el cajon de la cuberteria. Ya se habia dado cuenta de que el tenia buenos modales comiendo y penso que esto podia gustarle a Becky, su vecina… si alguna vez se daba cuenta de que el existia. Cuando Aaron termino su ultimo bocado, Chaz recogio el cuenco de los cereales.

– Voy a cortarte el pelo.

– Ni hablar. Mi pelo esta bien.

– Parece un estropajo. ?Quieres que Becky se fije en ti o no?

– Si es tan superficial que lo unico que le preocupa es el aspecto, entonces no estoy interesado en ella. -Se fijo en los vaqueros y la camiseta negra de Chaz-. Ademas, no se puede decir que tu seas una experta en moda.

– Yo tengo mi propio estilo.

– Pues yo tambien tengo el mio.

– Si, un estilo patetico. -Chaz leyo el eslogan de su camiseta verde: TODO LO QUE TU BASE SON NOS PERTENECEN-. Por cierto, ?que quiere decir eso?

Aaron puso los ojos en blanco, como si ella tuviera que saberlo.

– Zero Wing. Un videojuego japones de 1989. Es historico. Miralo.

– Si, ahora mismo. -Chaz saco unas tijeras de un cajon-. Vamos al lavabo, no quiero tener pelos tuyos por todas partes.

– Si tanto deseas cortarle el pelo a alguien, cortate el tuyo. -Solto un bufido y senalo el corte de pelo desigual de Chaz-. No, espera, eso ya lo has hecho.

A Chaz le gustaba su pelo. Entonces dejo las tijeras en la encimera con rabia.

– Pues ya puedes ir olvidandote de Becky. O de cualquier otra mujer… porque no te miraran dos veces.

– ?Por que habria de escuchar los consejos de alguien que no tiene una vida?

– ?Tu crees que no tengo una vida?

– No he visto a ningun tio por aqui.

– Eso no significa que no tenga una vida.

Chaz no le dijo que no soportaba la idea de estar con un hombre. No siempre habia sido asi. En el instituto habia salido en serio con dos chicos y tuvo sexo con uno de ellos. Al final, resulto que era un gilipollas, aunque a ella le gusto lo del sexo. Pero ya no.

Aaron la estaba mirando como si creyera que era su psiquiatra y eso la enfurecio tanto que arremetio contra el.

– Quitate esos estupidos auriculares. Pareces idiota.

– Esperare en el coche.

Salio del apartamento y bajo con pasos pesados y ruidosos las escaleras que conducian a la entrada del garaje.

Chaz corrio hasta la puerta y grito:

– ?Vale! ?Pero que sepas que tengo patatas fritas y Mountain Dew!

– ?Me alegro por ti!

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