– Tirando -contesto Dean. Y estaria mucho mejor si dejara de recorrer el pais sintiendo lastima por si mismo y se dedicara a ir al fisio.
El tipo se presento a si mismo como Glenn, luego se dedico a repasar la temporada de los Stars. Dean asentia a sus comentarios automaticamente, deseando que Castora se diera prisa. Pero tardo unos buenos diez minutos en aparecer. La recorrio con la mirada de pies a cabeza.
Habia habido una equivocacion.
La pastorcilla Bo Peep habia sido secuestrada por un angel del infierno. En lugar del vestido de volantes, el sombrerito de lazos y el baston de pastorcilla, se habia puesto una camiseta sin mangas de un negro descolorido, unos vaqueros flojos y unas viejas botas militares que el habia visto en el bano, pero que ni siquiera habia considerado. Esbelta y delicada, debia de medir uno sesenta y cinco, y era tan delgada como habia imaginado. Incluso sus pechos que, aunque definitivamente femeninos, no eran demasiado memorables. Al parecer, se habia pasado la mayor parte del tiempo aseandose en el bano, porque cuando se acerco, olia a jabon en vez de a pelaje rancio. Su pelo oscuro estaba mojado y se aplastaba contra la cabeza como si fuera tinta. No llevaba maquillaje, aunque tampoco lo necesitaba con esa piel cremosa. Bueno, un poco de lapiz de labios y algo de rimel no le habrian venido mal.
Practicamente le tiro el disfraz de castor a Glenn.
– La cabeza y el cartel estan en el cruce. Los deje detras del generador.
– ?Y que quieres que haga con eso? -replico Glenn.
– Supongo que ya se te ocurrira algo.
Dean abrio la puerta del coche antes de que ella se decidiese a soltar otra pulla. Cuando ella subio, Glenn le tendio la mano libre a Dean,
– Ha sido estupendo hablar contigo. Espera a que le cuente a Ben que Dean Robillard paso por aqui. -Dale recuerdos de mi parte.
– Me dijiste que te llamabas Heath -dijo Castora cuando salian del aparcamiento.
– Heath Champion es mi nombre artistico. Mi verdadero nombre es Dean.
– ?Como conocia Glenn tu nombre de verdad?
– Nos conocimos el ano pasado en un bar de gays de Reno. -Se puso con rapidez unas gafas de Prada con cristales verdes ahumados y montura de titanio.
– ?Glenn es gay?
– No me digas que no lo sabias.
La ronca risa de Castora tuvo cierto deje picaro, como si se estuviera riendo de algun chiste privado. Pero despues, cuando se puso a mirar por la ventanilla, la risa se desvanecio y la tristeza oscurecio esos ojos color violeta. Aquello le hizo preguntarse si Castora no ocultaria algunos secretos tras esa fachada alegre.
2
Blue se concentro en inspirar y expirar, esperando que eso la tranquilizara, pero el panico seguia dominandola. Le dirigio al nino bonito una mirada de reojo. ?De verdad esperaba que se creyera que era gay? Era cierto que llevaba botas de homosexual y que estaba demasiado bueno. Pero, aun asi, desprendia suficientes megavatios heterosexuales como para iluminar a toda la poblacion femenina. Era indudable que lo habia estado haciendo desde el dia de su nacimiento cuando vio su reflejo en las gafas de la comadrona y le lanzo al mundo un «choca esos cinco».
Ella habia pensado que la traicion de Monty era el ultimo desastre de su mas que catastrofica vida, pero ahora estaba a merced de Dean Robillard. Nunca se habria subido al coche del futbolista si no le hubiese reconocido. Habia visto ese increible cuerpo bronceado practicamente desnudo en todas las vallas publicitarias anunciando Zona de Anotacion, una linea de calzoncillos que tenia el memorable eslogan de «Mete el culo en la zona de anotacion». Posteriormente habia visto su foto en la lista de «Los cincuenta hombres mas deseados» de
Tres dias antes habia descubierto que sus dos cuentas bancarias, una de ahorros y otra corriente-, que sumaban un saldo de ocho mil dolares, estaban vacias. Y para colmo, Monty le habia mangado los doscientos dolares que tenia para emergencias. Todo lo que le quedaba en la cartera eran dieciocho dolares. Ni siquiera tenia tarjeta de credito -una enorme equivocacion por su parte-. Se habia pasado toda su vida adulta procurando no quedarse nunca en la estacada para acabar asi.
– ?Que hacias en Rawlins Creek? -pregunto en tono casual, como si le estuviera dando conversacion en vez de obteniendo informacion para saber a que atenerse con el.
– Buscaba un Taco Bell -dijo-, pero me temo que conocer a tu novio me ha quitado el apetito.
– Ex novio. Muy ex.
– Hay algo que no entiendo. Nada mas conocerlo, supe que era un perdedor. ?Es que no tienes amigos en Seattle que te abrieran los ojos?
– No vivo en un sitio fijo.
– Caramba, cualquier desconocido te lo podria haber dicho.
– Eso se ve en retrospectiva.
La miro.
– No iras a llorar, ?verdad?
Le llevo un momento entender lo que el queria decir.
– Me estoy conteniendo -contesto con cierto deje sarcastico.
– No tienes por que disimular conmigo. Venga, desahogate. Es la manera mas rapida de curar un corazon roto.
Monty no le habia roto el. corazon. La habia cabreado. Bueno, no habia sido el quien vaciara sus cuentas bancarias, y sabia que se habia pasado tres pueblos al atacarlo de esa manera. Monty y ella habian sido amantes solo dos semanas antes de echarle de una patada de su cama al darse cuenta que no era su tipo. Tenian intereses comunes y, a pesar de que era demasiado egocentrico, disfrutaba de su compania. Habian salido juntos, habian ido al cine y a salas de exposiciones, se habian interesado mutuamente por sus trabajos. Y aunque sabia que era demasiado melodramatico, sus enardecidas llamadas desde Denver la habian preocupado.
– No estaba enamorada de el -dijo ella-. Yo no me enamoro. Pero eramos amigos y parecia cada vez mas frenetico cuando hablabamos por telefono. Llegue a pensar que se iba a suicidar de verdad. Los amigos son importantes para mi. No podia darle la espalda.
– Mis amigos tambien son importantes para mi, pero si uno de ellos tuviera problemas, tomaria el primer vuelo disponible, en vez de recogerlo todo y mudarme.
Ella saco una goma elastica del bolsillo y se recogio el pelo en una coleta suelta.
– De todas maneras pensaba marcharme de Seattle. Aunque no era mi intencion acabar en Rawlins Creek.
Pasaron junto a un cartel que anunciaba la venta de ovejas. Repaso mentalmente la lista de sus amigos mas cercanos, tratando de encontrar a alguno que le pudiera prestar dinero, pero todos tenian dos cosas en comun. Un buen corazon y poco dinero. El bebe de Brinia tenia serios problemas medicos, al senor Grey apenas le llegaba con lo de la seguridad social, Mai no se habia recobrado aun del fuego que habia arrasado su estudio, y Tonya se habia ido a recorrer el Nepal con la mochila a cuestas. Lo que la hacia