– Te vas a enterar -contesto mirando a su alrededor para cerciorarse de que estaban solos.

El desconocido sonrio encantado.

– ?Eso es un si?

– Por supuesto -contesto Lily lanzandole un beso al aire y avanzando sobre la nieve.

Iba esquiando a toda velocidad y lo oia justo detras de ella. En un abrir y cerrar de ojos, el desconocido se situo a su lado y juntos se deslizaron sobre la nieve blanca a toda velocidad durante un buen rato.

Por fin, Lily consiguio despegarse un poco y decidio apretar en la ultima curva para ganarle.

«Es mio, ya es mio».

En aquel momento, sono su radio y, con un gran suspiro, no tuvo mas remedio que pararse a contestar.

– Adelante -le dijo a la base.

– Un esquiador ha desaparecido fuera de pista en la cara norte, entre Surprise y la Endiablada. Sus amigos dicen que no tiene suficiente nivel como para estar fuera de pista y no responde a sus gritos. Danny me ha dicho que estas por ahi.

– Si, estoy en la Endiablada. Me voy a dar una vuelta entre los arboles para ver si lo veo.

– Chris tambien va para alla.

Chris ocupaba actualmente su antiguo puesto, el de director de la patrulla, y amaba la montana tanto como ella.

Lily volvio a guardarse la radio en el cinturon y miro hacia los arboles haciendose un esquema mental de por donde podia buscar al chico. Al instante, recordo que no estaba sola y se giro hacia el guapisimo desconocido.

– Lo siento mucho, pero tengo que ir a buscar a un esquiador. Dejamos la carrera para otro momento.

El desconocido de negro asintio y, muy a su pesar, Lily se adentro en los arboles, una zona extremadamente peligrosa porque los troncos estaban muy juntos unos de otros y habia mas de treinta centimetros de nieve virgen.

Lily conocia la montana como la palma de su mano y consiguio salir del bosque sin problema. Ahora se encontraba en la cara norte de la montana, junto a un cortado que daba a un valle, en un terreno en el que no se podia esquiar.

A pesar de la dificultad del terreno y de que habia letreros en los que se advertia del peligro, todos los anos habia unos cuantos descerebrados que se metian por alli.

No le costo mucho encontrar las huellas de unos esquis. El esquiador perdido habia pasado por alli a pesar del gran cartel en el que se leia Fuera de pista, peligro.

– Idiota -murmuro poniendose en contacto con la base para informar.

Estaba colgandose de nuevo la radio en el cinturon cuando escucho que alguien se acercaba y se giro sorprendida.

– Te he seguido -le dijo el guapo desconocido de negro-. ?Vas a bajar por ahi?

– Si.

El desconocido dejo de sonreir y se puso muy serio.

– Ten cuidado.

– Tu, tambien. Anda, vete de aqui.

Lily se deslizo por la ladera, mucho mas escarpada que la Endiablada, mucho mas peligrosa porque alli habia riesgo de avalancha. Por supuesto, aquella manana antes de las cinco habia ido por alli una patrulla precisamente a evaluar el riesgo de avalancha, pero nunca se sabia.

Lily siguio las huellas del esquiador desaparecido, maldiciendolo por poner en peligro a otras personas con su estupidez.

Al llegar frente a un barranco, suspiro aliviada al ver que las huellas giraban a la izquierda.

– Me parece que lo he visto -le dijo a base.

De nuevo, oyo a otro esquiador tras ella y se giro.

– ?Se puede saber que haces aqui? -se sorprendio al ver otra vez al desconocido de negro.

– Ayudar.

– Mira, yo no tengo mas remedio que ir a buscar al idiota ese porque soy miembro del equipo de salvamento de esta estacion de esqui, pero tu no tienes por que hacerlo. De verdad, quedate aqui. No quiero tener que preocuparme tambien por ti.

– Se perfectamente lo que hago. Soy del Servicio de Busqueda y Salvamento de Ohio.

– Ah.

Lily sintio que el corazon se le aceleraba.

– Te puedo ayudar.

– Esta bien, obviamente sabes lo que hay que hacer, pero este salvamento…

– Mira -la interrumpio el desconocido pasando a su lado hacia un esquiador solitario sentado en una roca.

Lily suspiro y lo siguio.

El salvamento se realizo sin problema y, despues de echarle un buen sermon al esquiador desaparecido y de haber rellenado los informes, Lily se dio cuenta de que el misterioso hombre que la habia ayudado habia desaparecido.

Ni siquiera sabia su nombre.

Por lo visto, el desconocido no habia sentido la necesidad de preguntarle el suyo; sin embargo, Lily tenia muy claro que, cada vez que la miraba, lo hacia con deseo, asi que, si era lo suficientemente idiota como para dejarla ir, peor para el.

Una vez de vuelta en el despacho, Lily se concentro en el trabajo burocratico, lo que menos de gustaba, durante varias horas.

Cuando levanto la cabeza eran las tres de la tarde y decidio que era un buen momento para salir con la excusa de comer algo.

– ?Vas a comer? -le pregunto Carrie cuando la vio salir.

Carrie tambien habia nacido alli y habia esquiado toda su vida hasta que hacia dos anos se habia lesionado gravemente la espalda y ahora se conformaba con ver la nieve de lejos.

Lily siempre pensaba que, si a ella le sucediera algo parecido, se moriria.

– Si.

– A ver si lo adivino. Seguro que vas por una hamburguesa a la cabana de mitad de pista -sonrio la secretaria.

– Bueno, voy a la cabana, si, pero…

– Esta nevando otra vez -la informo Carrie.

?Cuando habia sido eso un impedimento? Lily volvio a su oficina, dejo las gafas de sol y las reemplazo por las de ventisca.

– Haz una bajadita por mi -sonrio Carrie al verla aparecer de nuevo.

– Eso esta hecho -sonrio Lily saliendo.

Lily estaba llegando a la cabana cuando vio un circulo de gente y en medio a dos personas que se estaban peleando.

Al acercarse, comprobo que eran dos hermanos gemelos que estaban discutiendo porque cada uno queria bajar por una pista.

– A ver -dijo metiendose en medio y llevandose un codazo en el proceso-. ?Quietos inmediatamente!

Los gemelos se quedaron quietos y la miraron confusos. No debian de tener mas de veinte anos.

– Tu vas a bajar por Calamita -le dijo a uno de ellos.

– ?Calamita? ?Eso es para ninas! -se mofo el aludido.

– Haz lo que te digo o te quito el pase de temporada -le advirtio Lily.

– ?Como? ?No me puedes quitar el pase de temporada! ?Me ha costado una fortuna!

– Si no obedeces, te quito el pase de temporada -insistio Lily-. ?Ha quedado claro? Tu por Calamita y tu por Abby.

Ninguno de los dos interpelados se movio y Lily se pregunto si iba a tener que pedir refuerzos por radio.

En aquel momento, un desconocido salio de la multitud y se situo a su lado. Sin decir nada, consiguio, con su mirada, que los dos chicos se giraran y se alejaran.

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