espirales, sus edificios de techos rojos, con cupulas verdes algunos, el rio Vltava y sus muchos puentes, el Charles especialmente.

– ?Quieres que caminemos el resto del sendero? -pregunto Ven.

– Por favor -respondio ella, pero estaba agradecida de que el le permitiera observar y admirar todo antes de entrar a la zona de arboles y prados.

Fabia se daba cuenta de cada paso que daba Ven, aunque trataba con todo su corazon de concentrarse en otra cosa. Lo logro cuando vio un arbol de magnolia, extraordinario, que habia florecido por completo, y cerca de el, la estatua de un hombre llamado Karel Hynek Macha. Pero lo que mas le llamo la atencion fue ver que varias flores: un tulipan rojo, uno amarillo y un clavel, que habian sido colocadas alli.

– ?Quien era el? -tuvo que detenerse a preguntar.

– Un poeta, un poeta romantico -Ven tambien se detuvo y, viendo que Fabia estaba interesada, le recito un poema de Macha, llamado Majmayo, aunque no hace falta traducirlo, comento el.

– ?Mayo, el mes?

– Si -respondio el-. Macha se regocijaba de la belleza de lo natural, sobre todo en mayo, aunque su poema senala la diferencia ente la solemne quietud del amor a la naturaleza y la pasion del amor humano.

Algo empezo a vibrar dentro de Fabia al mirar a Ven y dejo de respirar.

– ?Y el… es muy popular en Checoslovaquia? -logro preguntar.

– Sobre todo entre aquellos que estan embrujados por el amor -respondio y Fabia sintio que necesitaba averiguar si Ven habia conocido alguna vez ese embrujo.

Pero no pudo preguntar y miro al otro lado, los tulipanes sobre la estatua del poeta. Luego, cuando comprendio que las flores habian sido puestas alli por algunos enamorados y volvio a mirar dentro de los ojos negros del alto checoslovaco, supo inmediatamente por que habia contenido el aliento hacia unos minutos. De hecho, se dio cuenta de que le faltaba en ese momento el aliento. Porque comprendia con cegadora claridad, lo que habia surgido desde hacia algun tiempo. No solo le gustaba, no solo sentia gran respeto por el, sino que ademas estaba enamorada. Devastadoramente enamorada, aunque no sabia cual seria el embrujo de ese amor y por ningun motivo podia imaginar que Ven llegaria a amarla.

Capitulo 8

Las dos, tres, no; las cuatro horas que pasaron a partir de que acepto que estaba enamorada de Ven, parecieron volar para Fabia. El la habia invitado a cenar esa noche y ella habia aceptado. Pero en ese momento, con poco tiempo ya para reunirse con el en la sala, estaba pensando si habia hecho bien en aceptarlo.

Queria cenar con Ven, claro que queria, pero ese era el problema. Era porque sabia que antes que terminara el mes tendria que decirle adios para siempre que queria pasar todo el tiempo posible a su lado.

Pero, como eran nuevos sentimientos hacia el y aun cuando anhelaba estar en su compania, se sentia nerviosa, aterrada que por alguna mirada o alguna sonrisa delatara sus sentimientos y que no queria decirle adios nunca, porque tener que hacerlo iba a romperle el corazon.

Faltaba un minuto para que pusiera en su rostro una sonrisa amigable, pero no mas y para que saliera de su habitacion. Y fue entonces cuando su conciencia, que por estar tan ocupada la habia dejado tranquila, empezo a molestarla por la forma en que estaba enganando al hombre al que amaba.

Sintiendose mal, abandono la habitacion estaba ruborizada. Ven salio al mismo tiempo que ella.

– Hola -le dijo la joven con tono alegre y sintio las punaladas de su conciencia todo el tiempo hasta que bajaron en el ascensor.

?Como podia enganarlo si lo amaba con todo su corazon? ?Y como no iba a hacerlo si se lo habia pedido Cara?

– ?Te sientes bien? -pregunto Ven y ella comprendio que debio haber emitido alguna queja.

– Perfectamente -respondio y cuando estaban en el vestibulo penso que aunque su conciencia y el amor insistieran en que le revelara la verdad, no podia hacerlo. El se pondria furioso, claro, y con razon. Pero, incluso si ella encontraba el valor de admitir su engano, ?Cara dependia de su decision!

Fabia estaba sentada en el taxi junto a Ven y comprendio que la furia no seria suficiente para el cuando supiera que no solo lo habia enganado sino que le habia permitido, creyendo que era otra persona, alojarla y alimentarla tambien.

Esos pensamientos eran un pobre estimulo para su apetito ya danado y a pesar de que el restaurante adonde estaban era elegante y la comida excelente, Fabia comio muy poco. Hablo mucho menos y, de hecho, le costaba trabajo comportarse de forma natural. Por suerte, aunque Ven siempre habia mantenido sus buenos modales, le parecio a ella que estaba un poco preocupado.

– ?Estaba bueno el filete? -le pregunto Ven por cortesia, al notar que casi no lo habia comido.

– Muy bueno -respondio ella y tuvo que disculparse-. Comi mucho en el almuerzo -agrego, aunque no recordaba que habia comido entonces.

Fue un alivio para la joven cuando habiendo terminado la porcion de helado y bebido una taza de cafe, Ven pidio la cuenta. Ella estaba luchando para adaptarse a su enamoramiento, el mayor suceso de su vida. Pero tambien tenia que llegar a un arreglo con su turbia situacion, aunque queria pasar cada instante de su vida con Ven, de pronto tenia una gran necesidad de estar sola.

Y no tuvo dificultad en lograrlo puesto que apenas los dejo el taxi en el hotel, Ven la acompano al vestibulo y se disculpo diciendo:

– Me perdonas, Fabia tengo que ver a otra persona -haciendola sentir mucho mas mal.

– Claro, no tengas cuidado -replico ella sonriendo y no quiso que esperara a que llegara al ascensor.

Mientras subia se sentia muy descontrolada debido al senor Vendelin Gajdusek. Estaba de acuerdo, no habia sido una buena companera esa noche, pero ella no lo habia invitado a salir, se lo habia pedido a ella. Y era obvio, que en cuanto pudo la llevo de regreso al hotel para abandonarla.

Fabia llego a la suite de Ven, entro, atraveso la sala y en su habitacion se sento en el borde de la cama, se sentia por el momento, completamente derrotada. ?Acababa de comprender que el amor era terrible… que estar enamorada era un infierno! Porque, aunque su orgullo estaba herido porque Ven hubiera preferido ir a cenar con otra persona, lo que la estaba desmoronando era nada menos que la variedad mas comun y sencilla de celos.

– ?Pues buena suerte! -dijo enfadada, levantandose del lecho y tomo su bolso de cosmeticos y su camison para ir a tomar una ducha. No era muy tarde, asi que, quien fuera la mujer de la que, por cualquier razon, no habia podido percatarse antes, y Fabia ya estaba segura de que se trataba de una mujer, esperaba que se divirtieran mucho.

Quince minutos despues, la ira de Fabia, como la regadera, se habia secado, y se sentia mas infeliz que nunca. Regreso a su dormitorio y, dejando la luz de la pequena al lado del lecho, apago el foco principal y se metio a la cama.

No intentaba dormir, esperaba ansiosa, deseando que regresara su ira, la necesitaba, le ayudaba a enfrentarse, sin ella se sentia avasallada por una total desolacion.

Fabia no tuvo idea de cuanto tiempo se quedo alli, sintiendose derrotada, pero, cuando apago la luz de la lampara y cerro los ojos, no necesitaba anadir nada a su desaliento. Fue entonces cuando sus pensamientos empezaron de nuevo a atormentarla. 'Ay, no', se dijo en silencio, a medida que su conciencia la atormentaba, cuando estuvo en un intenso estado de agitacion mental, su espiritu intranquilo la convencio de que la proxima vez que viera a Ven le debia confesar toda la verdad. ?Pero, como podia hacerlo?, se pregunto angustiada, comprendiendo que si lo hacia ella y Cara podian despedirse para siempre de la susodicha entrevista.

En ese momento empezo una violenta tormenta, la lluvia empezo a golpear las ventanas se escucharon rayos y truenos, de modo que ella tuvo miedo y se tapo con la colcha. Un poco despues, mientras la tormenta continuaba, Fabia, cargada de culpa, se durmio. No le sorprendio entonces que tuviera pesadillas, ni que teniendo al hombre que amaba siempre en sus pensamientos apareciera en sus suenos. ?Ven estaba en peligro, ella se agito! ?Debia ayudarlo! ?Tenia que ir a buscarlo! Se movio violentamente y empezo a despertar justo cuando, afuera del hotel, se escucho el chirrido de los neumaticos de un auto al frenar con brusquedad.

Lo siguiente que escucho fue el choque de metal contra metal y un instante despues, Fabia salto de la cama y

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