pensamiento.
– Querias que estuviera en tu casa y estabas dispuesto a chantajearme para salirte con la tuya -se enfado Bliss y prosiguio-. Te molesto darte cuenta de que, una vez que decidiste que me recuperaria al descansar en tu hogar, ya no era una senorita obediente. Fue un puro machismo lo que te hizo…
– El machismo no tiene nada que ver con esto -interrumpio Quin con irritacion, pero Bliss estaba ya tan iracunda que no permitiria que ni el ni nadie le quitara la palabra.
– Por supuesto que si. Mentiste cuando fue obvio que esa era la unica opcion que te quedaba para conseguir tu objetivo -apenas se dio cuenta de que habia perdido el control al anadir-. Estas resentido con las mujeres desde que Paloma Oreja termino contigo… -se detuvo, impresionada al darse cuenta de lo que habia dicho. ?Como pudo ser tan descuidada como para afirmar algo tan cruel y horrible… y motivado por los celos?-. Lo… siento -se disculpo de inmediato-. No quise decir… Me hiciste enfadar mucho, pero…
– No te preocupes por eso -se tenso Quin y se inclino hacia adelante, poniendo mas nerviosa a Bliss-. Antes hice el comentario acerca de que tenias un caracter formidable -senalo sin intimidarse-, pero, solo para dejar aclarada la situacion, no fue Paloma Oreja quien termino conmigo.
Bliss tuvo que reconocer que estaba bastante impresionada. Su cerebro funciono con rapidez.
– ?Tu… la dejaste? -no veia que otra cosa habria podido el querer implicar con esas palabras.
– Yo me habria expresado de manera distinta -se encogio de hombros-, pero el resultado es el mismo - concedio.
– Pero… tu dijiste… me contaste… -insistio y se olvido por completo del tema que los interesaba al concentrarse en lo que Quin le revelaba-. Me dijiste que ella termino contigo -recordo al fin mientras trataba de recordar que fue exactamente lo que Quin le comento en relacion con Paloma Oreja.
– ?Cuando fue que dije algo semejante? -Quin la desafio.
– Dijiste que… estuvieron a punto de comprometerse -recordo Bliss.
Se dio cuenta de que lo interpreto mal, cuando Quin la corrigio, de mostrando que tenia una memoria excelente:
– Lo que comente fue que, por un momento, uno de nosotros penso que eso sucederia… Sin embargo, tu fuiste quien decidio que yo era el que creyo eso.
– ?Y no fuiste tu? -inquirio y abrio mucho los ojos al concluir que, despues de todo, Quin no estuvo enamorado de Paloma.
– Ella tenia intenciones serias al respecto… -nego con la cabeza-. Yo nunca las tuve.
Al oir esa declaracion, parecio que una tonelada dejaba de aplastar los hombros de Bliss. Quin no estaba y nunca estuvo enamorado de su antigua novia. La alegria la invadio, pero por supuesto que no permitiria que Quin se diera cuenta del efecto de su noticia.
– Muy bien, lleva a una chica a la cama y ve a donde te conduce eso -le comento con esperanza… y casi gimio al percatarse de que eso lo haria pensar en lo que sucedio en su habitacion la noche anterior.
Por lo tanto, sintio un alivio profundo cuando, despues de alzar la ceja, Quin tan solo comento:
– No me acoste con ella… ella queria casarse antes.
Bliss trago saliva, pues Quin no podia decir lo mismo de su conducta. Ella se habria entregado con gusto a ese hombre la vispera, de no ser porque el la rechazo.
– Y, para ser mas precisos -prosiguio el cuando Bliss no pudo decir palabra-, las cosas entre esa senorita y yo nunca llegaron a ese punto de ebullicion.
– ?No? -murmuro Bliss. Se estaba dando cuenta de que Quin no estaba enamorado de Paloma Oreja y ademas de que era un hombre muy reservado. Asi que estaba regocijada al ver que el le contaba todo eso. Pero no sabia por que era importante que el se lo revelara.
– Ese lunes me despedi para siempre de una mujer que, para mi asombro y sin que yo la alentara de ninguna forma, habia estado insinuando nuestro compromiso. Asi que yo estaba bastante alejado emocionalmente de toda la poblacion femenina oportunista -hizo una pausa, para continuar con lentitud-: Y ese mismo lunes, entre en el restaurante de mi hotel en Lima y de inmediato vi a la pelirroja mas hermosa demostrando todo su encanto por uno de mis paisanos… visiblemente muy rico.
– Para tu informacion -cualquier emocion que ese cumplido le hubiera provocado quedo anulada de inmediato por el resto de la frase de Quin, y Bliss se enfado-, no estaba desplegando mi encanto. A mi no me importaba si el senor… -se interrumpio, pues no recordo de inmediato el apellido de ese hombre-… si el senor Videla tenia dinero o no -senalo al hacer memoria-. Y resiento mucho…
– Y tienes razon al resentirlo -de inmediato Quin estuvo de acuerdo con ella, sorprendiendola. Bliss se quedo callada a media frase y lo miro con frialdad cuando el afirmo-. He descubierto que tu encanto es natural.
Bliss trago saliva, pues el encanto de Quin, cuando este decidia ponerlo en accion, era algo fuera de este mundo.
– Sucede que el hijo pequeno del senor Videla estaba en un hospital en Lima. Y, aunque el nino estaba recuperandose de su operacion, la esposa de ese senor estaba demasiado triste como para bajar a cenar esa noche. Estaba dormida cuando ese hombre bajo a…
– Estoy seguro de que todo lo que dices es verdad -intervino Quin con calma cuando le parecio que Bliss iba a enfurecerse de nueva cuenta.
– Bueno… -rezongo ella y miro a su regazo-. Me despreciaste mucho, incluso antes de que nos hablaramos siquiera -alzo la vista y se lo recordo-. Te vi al dia siguiente y fue como si tu mirada me atravesara y me ignorara.
– ?Acaso no me devolviste el favor? -inquirio el.
Bliss hizo caso omiso de ese comentario.
– Y la primera vez que me hablaste fue solo para rugir y aconsejar me que me fijara por donde iba, ?no? De hecho, cada vez que te veia, durante el desayuno o cuando fuera, siempre pusiste muy en claro la opinion tan mala que tenias de mi.
– Parecia que todo aquel que se encontraba con tus hermosos ojos verdes quedaba fascinado por ti -contesto Quin-. Confieso que despues de haberme escapado de una hermosa pero calculadora mujer, no estaba de humor para arriesgarme a una situacion similar con la siguiente mujer hermosa con la que me encontre.
– ?Yo? -inquirio Bliss mientras odiaba al mismo tiempo el impulso que la hizo preguntarselo.
– Aun mas hermosa, debi decir -contesto. No parecia ser un halago, tan solo una observacion-. De inmediato reconoci que tu me darias problemas aun antes de saber…
– ?Problemas! -interrumpio, lista a enfurecerse de nuevo. Sin embargo, se emociono al enterarse de que la consideraba mas bonita que Paloma Oreja.
– Si, y eras, muy coqueta tambien…
– ?No lo fui! -nego, rotunda.
– Eso pense entonces -concluyo lo que Bliss no le dio tiempo de concluir.
– ?Despues… cambiaste de idea? -ella trato de serenarse.
– Por supuesto -confeso-. Aunque eso fue despues de la llamada telefonica de Dom de Zarmoza, cuando el me pidio que te viera para averiguar si te podia ayudar en un pais con el que no estabas familiarizada.
– ?No consideraste que se podia tratar de mi cuando le prometiste llevarme a cenar?
– Eso ni se me ocurrio. El hotel de Lima era lo bastante grande como para que yo no viera a la dulce y gentil senorita Carter de la que Dom me hablo. Cuando me conto que tu pasion era la arqueologia, nacio en mi la idea de que debias ser una mujer con anteojos, muy estudiosa, y que tal vez no estaba al tanto de que existia todo un mundo aparte de la antiguedad. Recibi una fuerte impresion al descubrir que la mujer que fascinaba a la mitad de los hombres del hotel era la misma senorita Carter a quien yo debia llevar fuera a cenar -termino.
En ese momento, Bliss se percato de que estaba absorta en lo que Quin le contaba y que, a pesar de que antes estuvo furiosa con el, ahora su enfado parecia haber desaparecido. Asi que busco y encontro un ultimo rescoldo de agresividad.
– ?Que eso te sirva de leccion! -fue cortante.
– Estoy totalmente de acuerdo contigo -contesto el y la dejo atonita.
La sorpresa de Bliss duro hasta que recordo lo que estaba haciendo en la sala de estar. No podia creer que Quin la hubiera desviado del problema… y estaba seguro de que el lo hizo de proposito.
– Parece que nos hemos alejado de la cuestion principal -decidio que aclararia el asunto de una vez por todas. Pero Quin tener ideas diferentes.