no podiamos ampararnos en la ley, porque cuando no tienes mucho dinero, la ley deja de funcionar.

– Dios -dijo el viejo- voy a emborracharme de verdad. Voy a ponerme bien, voy a beber. ?Tu no?

– No creo.

Entramos en el unico bar del pueblo y nos sentamos. El pidio un vino y yo una cerveza. Empezo de nuevo con el rollo de su ex esposa y yo me movi hacia la otra punta del bar. Una chica mexicana bajo por las escaleras y se sento a mi lado. ?Por que siempre bajaban por las escaleras de ese modo, como en las peliculas? De hecho me sentia como si estuviese en una pelicula. La invite a una cerveza. Me dijo, «Me llamo Sherri», y yo dije, «Ese no es un nombre mexicano», y ella dijo, «No tiene por que serlo», y yo dije, «Tienes razon».

Y arriba me pidio cinco dolares y primero me la lavo y luego lo hicimos. Me la lavo en una pequena escudilla blanca que tenia pintados unos pollitos persiguiendose alrededor de todo el circulo. En diez minutos se gano el mismo dinero que yo en un dia entero y varias horas. Hablando en el aspecto monetario, parecia tan seguro como la mierda que era mas lucrativo tener un cono que una polla.

Cuando baje por las escaleras, el viejo tenia ya la cabeza apoyada sobre la barra. La habia cogido. No habiamos comido nada ese dia y no pudo resistir mucho alcohol. Habia un dolar y algo de cambio al lado de su cabeza. Por un momento pense en llevarle conmigo, pero ni siquiera sabia cuidar de mi mismo. Me fui. Hacia frio y camine hacia el norte.

Me sentia mal por haber abandonado al viejo alli, a merced de los pequenos buitres del pueblo. Me pregunte si su mujer pensaria alguna vez en el. Decidi que seguramente no lo hacia, o si lo hacia, dificilmente seria igual al modo en que el pensaba en ella. El mundo entero se arrastraba con gente triste y herida como el. Yo necesitaba un sitio para dormir. La cama en la que habia estado con la chica mexicana habia sido la primera que habia tocado en tres semanas.

Algunas noches despues descubri que cuando hacia frio, las astillas de mi mano empezaban a moverse. Podia sentir donde estaba cada una. Empezaba a hacer frio. No puedo decir que odiase al mundo, a los hombres y mujeres, pero sentia un cierto asco que me separaba de obreros y comerciantes, de mentirosos y amantes, de la gente feliz y hombres poderosos, de padres de familia y padres del conocimiento, de la esperanza, de la lucha, de la fuerza, de sabios y funcionarios, de muertos y medicos y sacerdotes, y ahora, decadas mas tarde, siento el mismo asco. Por supuesto, solo es la historia de un hombre, o una vision de la realidad por un hombre. Si sigues leyendo, quizas la proxima historia sea mas alegre. Eso espero.

Maja Thurup

Habia tenido un amplio eco en la prensa y la television y la senora iba a escribir un libro contandolo todo. El nombre de la senora era Hester Adams, dos veces divorciada y con dos hijos. Tenia 35 anos y uno adivinaba que este iba a ser su ultimo vuelo. Las arrugas estaban apareciendo, los pechos iban cayendose, los tobillos gruesos, se notaba la celulitis en los muslos, los michelines. America habia establecido que la belleza solo residia en la juventud, especialmente en las hembras. Pero Hester Adams tenia la oscura belleza de la frustracion y la esperanza perdida; todo ello se arrastraba por su ser, todas las ilusiones perdidas, y le daban un algo sexual, como una mujer marchita, furiosa y desesperada sentada en un bar lleno de hombres. Hester habia mirado a su alrededor, habia visto pocos signos de ayuda en el macho americano, y se habia subido en un avion rumbo a Sudamerica. Se habia adentrado en la jungla con su camara, su maquina de escribir portatil, sus gruesos tobillos y su piel blanca, y se habia liado con un canibal, un canibal negro: Maja Thurup. Maja Thurup tenia una cara digna de ser observada; parecia estar escrita con miles de resacas y tragedias. Y era verdad -habia tenido miles de resacas-, y las tragedias le venian siempre por el mismo motivo: Maja Thurup estaba muy colgado, inmensamente colgado, e increiblemente sexuado. Ninguna mujer del poblado le aceptaba. Encima habia reventado a dos chicas con su aparato. A una la habia tomado por delante y a otra por detras. Lo mismo dio.

Maja era un hombre solitario y bebia y rumiaba su soledad hasta que Hester Adams llego con un guia, con su piel blanca y su camara. Despues de las presentaciones formales y unos cuantos tragos al lado del fuego, Hester habia entrado en la choza de Maja y alli habia recibido todo lo que el podia darle y aun habia pedido mas. Era un milagro para los dos, asi que se casaron en una ceremonia tribal que duro tres dias, durante la cual fueron asados y consumidos algunos prisioneros de una tribu enemiga, entre danzas, encantamientos y borracheras. Fue despues de la ceremonia, al evaporarse la resaca general, cuando empezaron los problemas. El brujo, habiendose dado cuenta de que Hester no habia probado la carne de los enemigos asados (guarnecidos con pina, aceitunas y nueces) anuncio a todo el mundo que ella no era una diosa blanca, sino una hija del dios del mal, Ritikan (hacia siglos, Ritikan habia sido expulsado del cielo de la tribu por su negativa a comer otra cosa que no fuesen vegetales, frutas y nueces). Este anuncio causo gran impresion y furor en la tribu, y dos amigos de Maja Thurup fueron inmediatamente ajusticiados por haberse atrevido a sugerir que el hecho de que Hester hubiese podido albergar todo el aparato de Maja ya era de por si un milagro, y que por tanto no necesitaba ingerir otras formas de carne humana -al menos, temporalmente-.

Hester y Maja huyeron a America, a North Hollywood para ser precisos, y Hester comenzo los procedimientos para convertir a Maja Thurup en ciudadano norteamericano. Como profesora improvisada, Hester se dispuso a instruir a Maja en el uso de vestidos, en el idioma, la cerveza y los vinos californianos, la television y los alimentos comprados en el supermercado de la esquina. Maja no solo veia la television, sino que incluso aparecio en ella con Hester y declararon su amor ante millones de espectadores. Luego volvieron a su apartamento de Norh Hollywood e hicieron el amor. Despues de eso, Maja se sentaba en medio del salon con sus cartillas de gramatica, bebiendo cerveza y vino, entonando cantos nativos y tocando el bongo. Hester trabajaba en el libro sobre Maja y ella. Un gran editor lo estaba esperando. Todo lo que Hester tenia que hacer era ponerlo en solfa. Era facil.

Una manana yo estaba en la cama, eran alrededor de las ocho. El dia anterior habia perdido 40 dolares en Santa Anita, mi cuenta en el Banco Federal de California estaba quedandose peligrosamente baja, y no habia escrito una historia decente en un mes. Sono el telefono. Me desperte, gargajee, tosi y lo cogi.

– ?Chinaski?

– ?Si?

– Soy Dan Hudson.

Dan llevaba la revista Flare de Chicago. Pagaba bien. Era el editor y director.

– Hola, Dan, madrecita.

– Mira, tengo una cosa justo para ti.

– Claro, Dan. ?Que es?

– Quiero que entrevistes a esta perra que se ha casado con un canibal. Pon mucho sexo. Mezcla el amor con el horror, ?comprendes?

– Comprendo. Lo he estado haciendo toda mi vida.

– Hay 500 dolares para ti si lo tienes listo antes del dia 27.

– Dan, por 500 dolares soy capaz de convertir a Burt Reynolds en una lesbiana.

Dan me dio la direccion y el numero de telefono. Me levante, me eche agua por la cara, tome dos Alka- Seltzers, abri una botella de cerveza y telefonee a Hester Adams. Le dije que queria publicar su relacion con Maja Thurup como una de las grandes historias de amor del siglo XX. Para los lectores de la revista Flare. Le asegure que el articulo ayudaria a Maja a obtener la ciudadania norteamericana. Ella accedio a una entrevista a la una de la tarde.

Era un apartamento en un tercer piso. Ella abrio la puerta. Maja estaba sentado en el suelo con su bongo, bebiendo un oporto barato directamente de la botella. Estaba descalzo, vestido con unos gruesos jeans y una camiseta blanca con bandas negras. Hester iba vestida del mismo modo. Me trajo una botella de cerveza, yo saque un cigarrillo del paquete que habia sobre la mesita y comence la entrevista.

– ?Cuando conocio a Maja?

Hester me dio una fecha. Tambien me dijo la hora y el lugar exactos.

– ?Cuando empezo a tener sentimientos amorosos hacia Maja?

– Bueno -dijo Hester- fue cuando…

– Ella amarme cuando le meti la cosa -le interrumpio Maja desde la alfombra.

– ?Ha aprendido el idioma muy deprisa, no?

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