– La brigada antiterrorista…

El la interrumpio.

– No quiero problemas. Yo vivo aqui-dijo-. ?Que pasa con el presente, con las masacres en Serbia? Estoy harto del apsado, se acabo. Nada me la devolvera.

Presintio por su negacion que existia el deseo de evitar el dolor. Algo que ella habia intentado hacer con la muerte de su propio padre.

En el exterior, sobre el tragaluz, un cuervo negro, brillante como el regaliz, graznaba sin cesar. Acaricio la colcha de ganchillo, rozo al hacerlo la bolsa de las labores y se dutovo. Habia un trozo de papel escrito con legra negrita y angulosa entre la lana jaspeada.

– ?Que es esto?

El se encogio de hombros.

Desplego el arrugado papel con cuidado. Habia sobre el una lista de colores con marcas junto a ellos:

Azul marino marfil

Verde oscuro

En un costado habia unos bombres garabateados: “Soli H., Sarah”.

Se detuvo. ?Soli Hecht? El nombre desencadenaba preguntas sobre la fotografia codificada. Y lo que era aun mas importante, se preguntaba que le habria dicho a Lili Stein la fotografia.

De los nombres salian uns flechas. Dudo sobre si debia decir a Abraham algo sobre Soli Hecht.

– ?Reconoce estos nombres?

Abraham parecio sorprenderse.

– No lo se, quiza sean miembros de la sinagoga.

Antes de que pudiera decir mas, alguien golpeo suavemente en la puerta abierta con los nudillos. Levanto la mirada y vio a una mujer de pelo blanco que le llamaba con la mano como disculpandose.

– lo siento.- Se movia con dificultad y sus manos eran nudosas-. Sinta te necesita. Han llegado mas visitas.

Abraham asintio.

– Gracias, Raquel.-Se volvio hacia Aimee-. Esta es Raquel Blum, la amiga de maman. ?Por que no habla con ella mientras yo voy con mi mujer?- salio para recibir visitas.

Raquel llevaba el pelo peinado en un mono tirante. Su vestido negro tenia un tenue olor a lavanda mezclado con alcanfor. Se hundio en la cama, con el cuerpo ligeramente encorvado. Suspiro al tiempo que se quitaba un zapato y se frotaba el pie.

– ?Son los juanetes! El medico quiere operarlos, pero no, gracias, le he dicho que nada de pasar por el bisturi. Me han traido hasta aqui, asi que me llevaran el resto del camino.

Aimee asintio para mostrar que lo entendia.

– lili no tenia tiempo para los idiotas. Yo tambien soy asi. He vivido en Narbonne hasta que mi hermana fallecio el ano pasado. Entonces decidi volver al Marais.

– ?Cuanto hace que la conocia?- se atrevio a preguntar Aimee.

Raquel entrecerro los ojos mientras pensaba.

– Demasiado.

– Raquel, ?reconoce usted esta instantanea?- pregunto Aimee al tiempo que se la pasaba.

– Mis gafas…?donde estan? No veo nada sin ellas.-Raquel se hurgaba alrededor del cuello-.He debido de dejarlas en casa.

Aimee le alcanzo un para de gafas de lectura que estaban sobre el secreter de Lili.

– Asi esta mejor-gruno Raquel-. Achico los ojos para mirar a traves de las gafas de Lili-. Ummm.…?que es esto?

– ?Le resulta conocido, Raquel?

Su expresion se torno melancolica.

– La plaza Georges-Cain. Hace muchisimo tiempo. Mucho, toda una vida.-Suspiro y senalo unas figuras cerca de un arbol-.Nuestro uniforme del colegio- Mire las batas-dijo senalando a una chica de espaldas a la camara.

Raquel parecia agradecida de poder descansar los pies y ejercitar la lengua. Ahora frotaba con fuerza su otro pie.

– ?Fueron usted y Lili untas a la escuela durante la guerra?

Algo ensombrecio la mirada de Raquel y ella miro hacia otro lado. Aimee conocia esa mirada, una mirada vacua que impregnaba los ojos de los ancianos cuando se mencionaba la guerra. Raquel se encogio de hombros y no contesto.

Aimee se sento en la cama junto a ella y sonrio.

– ?Estaban juntas en clase?

– Lili era mas joven que yo. Yo no tenia mucho que ver con ella.

– ?No conocia usted a sus padres?

– Yo solo soy judia a medias-dijo Raquel-. ?Se supone que tengo que conocer a todo el mundo? Desaparecio mucha gente.

?Por que se mostraba Raquel a la defensiva?

Sintio un escalofrio, el mismo que habia sentido cuando hizo la promesa a Hecht. Se acerco a la anciana y bajo la voz de manera confidencial.

– Raquel, ella la admiraba, ?no es asi?

Raquel parecia sorprendida, pero no le desagrado.

– No estoy segura…

Ella continuo.

– ?Le he hecho pasarlo mal, Raquel? ?ya sabe como idolatran las ninas a otras ninas mayores!

Raquel movio la cabeza ligeramente.

– Recuerdo a su padre vagamente. Regreso despues de la guerra.

Aimee se dio cuenta de que Raquel fijaba la mirada en la ventana precintada con la cinta que delimitaba la escena del crimen. A Aimee empezo a latirle el corazon con fuerza mientras pensaba que habia algo mas.

– ?Por que tapo Lili la ventana con listones, Raquel?

Raquel mostro una expresion imperterrita.

– El invierno de 1943 fue un invierno frio. Nadi tenia carbon para la calefaccion.

– ?Lili tapo la ventana para mantener el calor?-dijo Aimee-. Pero ella no estuvo aqui durante toda la guerra, ?no?

– El agua se congelaba en las tuberias-dijo Raquel de manera inexpresiva.

Aimee rezo pidiendo paciencia.

– ?No le resulto duro a Lili quedarse aquii despues de que se llevaran a su padres?

– Picabamos el hielo de las fuentes. Lo herviamos para cocinar y para lavarnos-continuo Raquel.

– ?Y Lili?

– Se quedo con el conserje. Abajo, cuando…-Raquel se detuvo y se tapo la boca.

Aimee se inclino hacia delante y agarro a Raquel del brazo.

– Siga, Raquel, ?que iba a decir?

A Aimee le sorprendio ver miedo en los ojos de Raquel.

– ?Por que tiene miedo?

Raquel asintio y hablo despacio.

– Usted piensa que solo soy una vieja tonta.

– No, Raquel, para nada.-Aimee le agarro de la mano.

Finalmente, Raquel hablo.

– Encontraron el cuerpo.

– ?Un cuerpo? ?Quienes?-pregunto Aimee. Sorprendida, se inclino hacia delante. ?Por que no le habia mencionado esto Abraham Stein?

– Ahi abajo, en el tragaluz.-Raquel estiro el cuello tanto como se lo permitio su espalda encorvada.

– ?De quien era el cuerpo?

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