villa minera de Saltus a la desolada ciudad de piedra cuyo nombre se habia perdido hacia tiempo en el torbellino de los anos. Saltus fue para mi la puerta de entrada al mundo que se abre mas alla de la Ciudad Imperecedera. Asi tambien la ciudad de piedra fue una puerta de entrada, la puerta de entrada a las montanas que habia vislumbrado a traves de unos arcos ruinosos. Mas tarde tendria que viajar entre esas gargantas y fortalezas, entre ojos ciegos y rostros pensativos.
Aqui me detengo. Si no quieres seguirme, lector, no puedo culparte. El camino no es facil.
Apendices
Relaciones sociales en la Comunidad
Una de las tareas mas dificiles del traductor consiste en expresar con precision y en terminos inteligibles para nosotros todo lo que se relaciona con las castas y la posicion social. En el caso del Libro del Sol Nuevo esta tarea es doblemente dificil a causa de la falta de documentos en que apoyarse; y la exposicion que sigue no es mas que un esbozo.
Por lo que se deduce de los manuscritos, al parecer la sociedad de la Comunidad se compone de siete grupos basicos. De estos, al menos uno parece completamente cerrado. Para ser exultante hay que serlo de nacimiento, y se sigue siendolo toda la vida. Aunque es posible que dentro de esta clase haya grados, ninguno se indica en los manuscritos. A sus mujeres se las llama «Chatelaine» y los hombres tienen varios titulos. Fuera de la ciudad que he optado por llamar Nessus, esta clase se encarga de administrar los asuntos cotidianos. Esa concepcion hereditaria del poder choca con el espiritu de la Comunidad y explica de sobra la evidente tension que hay entre exultantes y autarquia, aunque es dificil concebir como podria organizarse mejor la gobernacion local, dadas las condiciones imperantes; en efecto, la democracia degeneraria inevitablemente en un mero regateo, y la existencia de una burocracia nombrada por el poder es imposible cuando no se cuenta con un numero suficiente de gentes a la vez educadas y relativamente desprovistas de dinero que hagan el trabajo de oficina. En todo caso, es indudable que la sabiduria de los autarcas incluye el principio de que un acuerdo completo con la clase dirigente es la enfermedad mas mortifera del Estado. Thecla, Thea y Vodalus son sin ninguna duda exultantes.
Los armigeros son muy parecidos a los exultantes, pero en una escala inferior. El nombre indica una clase guerrera, pero no parecen haber monopolizado los principales cargos del ejercito, y su posicion podria equipararse a la de los samurai que servian a los daimios del Japon feudal. Lamer, Nicarete, Racho y Valeria son armigeros.
Los optimates aparecen como comerciantes mas o menos ricos. De las siete clases, esta es la que menos se nombra en los manuscritos, aunque hay indicios de que Dorcas pertenecio en un principio a los optimates.
Como en toda sociedad, los comunes constituyen la gran masa de la poblacion. Aunque en general se conforman con lo que tienen y son ignorantes porque el pais es demasiado pobre para darles una educacion, estan resentidos por la arrogancia de los exultantes y veneran al Autarca que, sin embargo, es en ultimo analisis la apoteosis de los comunes. Pertenecen a esta clase Jolenta, Hildegrin y los habitantes de Saltos, asi como otros innumerables personajes que aparecen en los manuscritos.
En torno al Autarca —que desconfia de los exultantes, sin duda con razon— estan los servidores del trono. Son los administradores y consejeros militares y civiles. Parecen proceder de los comunes, y es digno de observar que valoran la educacion que han recibido. (Observese como, por el contrario, Thecla la rechaza con desprecio.) Al propio Severian y a otros habitantes de la Ciudadela, con la excepcion de Ultan, se les podria encasillar en esta clase.
Los religiosos son casi tan enigmaticos como el dios al que sirven, dios que parece fundamentalmente solar, pero no apolineo. (Dado que al Conciliador se le atribuye una Garra, es facil asociar el aguila de Jupiter con el sol, lo que quizas es bastante oportuna.) Como el clero catolico romano de nuestros dias, parecen pertenecer a diversas ordenes, pero en cambio no obedecen a una autoridad unificadora. En ocasiones, algo en ellos sugiere el hinduismo, a pesar de un monoteismo obvio. Las Peregrinas, que en los manuscritos desempenan un papel mas importante que cualquier otra comunidad sagrada, son claramente una hermandad de sacerdotisas, a las que acompanan (a causa del caracter errante de la orden y el lugar y la epoca) servidores varones armados.
Por ultimo, los cacogenos representan, de un modo dificil de entender, ese elemento foraneo que precisamente por serlo es universal en grado sumo y que existe en casi todas las sociedades de que tenemos noticia. El nombre parece indicar que son temidos, o al menos odiados, por los comunes. Su presencia en las fiestas del Autarca parece mostrar que la corte los acepta (aunque tal vez bajo coaccion). Aunque en apariencia el populacho de los tiempos de Severian los considera una clase homogenea, es probable que en la realidad sean distintos grupos. En los manuscritos, este elemento esta representado por la Cumana y por el Padre Inire.
El tratamiento honorifico que he traducido por sieur se aplica solo a las clases mas altas, pero las mas bajas de la sociedad lo empleaban extensa e inapropiadamente. El titulo de don se aplica con propiedad a un cabeza de familia.
Moneda, medida y tiempo
Me ha resultado imposible calcular con precision los valores de las monedas que se mencionan en el original del Libro del Sol Nuevo. Ante la incertidumbre, he utilizado la palabra crisos para cualquier moneda de oro que tuviera estampado el perfil de un autarca; aunque sin duda estas monedas difieren algo en peso y pureza, tienen aproximadamente el mismo valor.
Las monedas de plata de la epoca, aun mas variadas, las he reunido bajo la denominacion de asimi.
A las monedas grandes de cobre (que componen, como se desprende de los manuscritos, el principal medio de intercambio entre los comunes) las he llamado oricretas.
Con el nombre de aes he denominado las miriadas de pequenas piezas de laton, bronce y cobre que no son acunadas por la administracion central, sino por los arcontes locales para sus necesidades y que solo circulan dentro de las provincias. Un aes es el valor de un huevo; una oricreta, el de un dia de trabajo de un jornalero comun; un asimi, el de una chaqueta de buena confeccion para un optimate; y un crisos, el de una buena montura.
Es importante recordar que las medidas de longitud y de distancia no son, estrictamente hablando, conmensurables. En este libro, una legua designa una distancia de unas tres millas; es la medida que se emplea para medir distancias entre ciudades, y en el interior de ciudades grandes como Nessus.
El palmo es la distancia comprendida entre el pulgar y el dedo indice extendidos (unas ocho pulgadas). Una cadena es la longitud de una cadena de 100 eslabones, en la que cada eslabon mide un palmo; equivale, pues, a unos 70 pies.
Una ana representa la longitud tradicional de la flecha militar: cinco palmos (unas 40 pulgadas).
El paso, tal como se utiliza aqui, indica un unico paso o aproximadamente dos pies y medio. La zancada equivale a dos pasos.
He dado el nombre de codo a la mas corriente de todas las medidas: la distancia comprendida entre el codo y la punta del dedo corazon (unas 18 pulgadas). (Se observara que a lo largo de toda mi traduccion he preferido palabras modernas que todos pueden entender para intentar reproducir, en alfabeto latino, los terminos originales.)
En los manuscritos es raro encontrar palabras que indiquen duracion; en ocasiones uno intuye que la percepcion del paso del tiempo (tanto por el autor, como por la sociedad a la que pertenece) ha quedado oscurecida en el encuentro con inteligencias regidas por la paradoja temporal de Einstein o que la han superado. Cuando se habla de quiliada, se designa un periodo de 1.000 anos. Una edad es el intervalo de tiempo comprendido entre el agotamiento de algun recurso mineral o de otro tipo en su forma natural (por ejemplo, el