asesor y lanzo una carcajada.

– Pero ?quien se cree que es? ?Jesucristo?

Christopher aprovecho la oportunidad que le brindaba el desconcertante silencio que se habia hecho en la sala.

– Senor presidente -dijo Christopher dirigiendose al embajador canadiense, que ocupaba el estrado asignado al presidente del Consejo de Seguridad-, aunque no es mi intencion interrumpir al consejo en la urgente tarea de aliviar a los pueblos de la India, Pakistan, China y los paises vecinos, ?hay uno entre nosotros que no esta en condiciones de emitir su voto ni en el seno de una camarilla de ladrones ni mucho menos en el de tan noble organismo!

– ?Esta usted fuera de orden! -exclamo Faure poniendose en pie de un salto-. Senor presidente, el representante temporal de Europa esta fuera de orden.

El embajador canadiense estiro el brazo para coger el mazo, pero se quedo paralizado ante la potente mirada de Christopher.

– Senores miembros del Consejo de Seguridad -continuo Christopher.

– ?Esta usted fuera de orden! -exclamo Faure por segunda vez.

Christopher miro a Faure, quien de repente y sin explicacion alguna se derrumbo sobre su asiento y quedo en silencio.

Christopher continuo.

– Senores miembros del Consejo de Seguridad, rara vez en la historia puede imputarse la causa de una guerra a un unico hombre. En esta ocasion, no es asi. Aqui sentado entre ustedes se encuentra el hombre sobre quien pesa casi toda la culpa de esta guerra sin sentido. Ese hombre es el embajador frances, Albert Faure.

Faure se levanto trabajosamente.

– ?Mentira! -grito.

Christopher enumero las acusaciones contra Faure.

– ?Mentira! ?Todo mentira! -grito Faure-. Senor presidente, este ultraje ha llegado demasiado lejos. Es evidente que el embajador Goodman ha perdido la razon por completo. -Faure sintio que recuperaba las fuerzas-. Insisto en que sea reprendido y expulsado de esta camara, y que…

Faure volvio a enmudecer, al tiempo que Christopher se giraba y le senalaba con el brazo totalmente extendido.

– Confiesa -dijo Christopher en un tono bajo y autoritario.

Faure miro a Christopher incredulo y se echo a reir en voz alta.

– ?Confiesa! -repitio Christopher, elevando el tono esta vez.

La risa de Faure ceso de golpe. El panico en su mirada no dejaba traslucir ni la infima parte del tormento que estaba sufriendo. Sin previo aviso, sintio como si su sangre se tornara en acido al circular por las venas. Todo su cuerpo parecia arder por dentro.

– ?Confiesa! -grito Christopher la tercera vez.

Faure miro a los ojos de Christopher y lo que alli vio no le hizo dudar ni un instante mas sobre cual era la fuente de aquel dolor tan repentino. Aterrorizado, se tambaleo y se asio a la mesa que tenia delante. Un hilo de sangre broto de su boca y le recorrio la barbilla, al morderse la tierna carne del labio inferior; la mandibula se le habia atenazado sin control como la de quien sufre una agonia insoportable. Gerard Poupardin corrio hacia Faure, mientras los que estaban junto al embajador le ayudaban a tomar asiento.

El dolor era cada vez mas intenso. No tenia escapatoria.

– ?Si! ?Si! -grito de repente con una angustia terrible, al tiempo que se liberaba de quienes le sujetaban-. ?Es verdad! ?Todo lo que dice es verdad! La guerra, la muerte de la embajadora Lee, el plan para asesinar a Kruszkegin, ?todo!

Los presentes le miraban atonitos, incredulos. Nadie comprendia lo que alli estaba ocurriendo, menos aun Gerard Poupardin. Pero todos le habian oido, Faure habia confesado.

Faure esperaba librarse ahora de aquel tormento, y no estaba equivocado. Tan pronto hubo concluido su confesion, cayo al suelo, muerto.

Alguien salio corriendo en busca de un medico, y durante quince minutos la sala permanecio sumida en la confusion, hasta que el cuerpo sin vida de Faure fue finalmente sacado de la sala.

– Senores -dijo una sombria voz desde un lugar cercano a donde Faure habia caido muerto. Era Christopher-. Una cuarta parte de la poblacion mundial ha muerto o corre peligro de muerte en China, la India y los confines orientales de Oriente Proximo. Es mucho lo que hay que hacer, y rapido. Por poco delicado que parezca: desaparecido el embajador Faure, y hasta que Francia pueda enviar a un nuevo embajador y las naciones europeas elijan a su nuevo representante permanente, sere yo, como representante temporal de Europa, quien asuma el cargo de representante permanente de la region. Senores, retomemos entonces nuestro trabajo.

* * *

El forense dictamino que la muerte de Albert Faure se habia debido a un ataque al corazon, provocado, al parecer, por el tremendo peso de la culpa. Decker no necesitaba explicacion alguna; Christopher habia empezado a ejercer los desconocidos poderes que guardaba en su interior.

Solo le restaba a Decker esperar y rezar por que aquellos poderes estuvieran a la altura de los retos a los que el mundo tendria que hacer frente, mientras Christopher conducia a los hombres hacia la ultima etapa de su evolucion y el nacimiento de la Nueva Era de la humanidad.

1

DOLORES DE PARTO

Nueva York, Nueva York

A pesar de no haber durado mas que un dia, la guerra entre China, India y Pakistan se saldo con cientos de millones de muertos. A ellos se sumarian millones mas como consecuencia de los efectos de la radiacion, las enfermedades y el hambre. La naturaleza tambien se cobro su numero de victimas. Los animales salvajes, forzados a abandonar su habitat natural, atacaban ahora a los debilitados supervivientes humanos que huian del holocausto. En la sede de la ONU, los dias inmediatamente posteriores a la guerra se consagraron a la celebracion de interminables reuniones destinadas a paliar el sufrimiento de los supervivientes. La provision de alimentos era prioritaria, de ahi que su experiencia en la Organizacion para la Agricultura y la Alimentacion otorgara a Christopher un papel central, que desempeno con buen saber y una energia incansable. La desaparicion de Albert Faure no suscito las demostraciones de duelo que se vivieron con ocasion de las muertes del secretario general Hansen y la embajadora Lee. Hubiera habido tiempo para ello, pero nadie derramo lagrimas por el responsable de tanta desgracia. Francia se apresuro a nombrar a un nuevo embajador, y la eleccion del sucesor de Faure en el seno del Consejo de Seguridad fue programada para la semana siguiente.

El regreso del ex subsecretario general Robert Milner se celebro por todo lo alto con una recepcion en la sede del Lucius Trust a la que acudieron varios cientos de miembros y admiradores, entre ellos no pocos delegados de la ONU. Milner aprovecho la oportunidad para expresar su apoyo incondicional al nombramiento de Gaia Love como sucesora de Alice Bernley al frente de la organizacion y animo a los miembros a ser diligentes en la continuacion de la labor del Trust. Milner, cuyas palabras fueron recibidas con un aplauso ensordecedor, concluyo confirmando el rumor, que ya circulaba entre los seguidores del Trust, de que su regreso de Israel era la prueba mas concluyente de que el «momento» estaba muy proximo.

Decker Hawthorne dedico los tres dias siguientes a responder al aluvion de solicitudes de informacion sobre la guerra y sus consecuencias, las reuniones del Consejo de Seguridad, la investigacion sobre los asuntos de Albert Faure y a atender, con sumo placer, el creciente interes hacia Christopher.

Pasaron cuatro dias antes de que Decker, Christopher y Milner pudieran reunirse de nuevo, y lo hicieron en el despacho de Christopher. Una vez alli, los tres hombres tomaron asiento en comodos butacones de cuero dispuestos en torno a una mesa baja, mientras les servian el cafe.

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