Un poco mas tarde, a la luz de la luna llena. Montamos unos elegantes caballos que se mueven entre la hierba alta. Uno guia el paseo.

– Por aqui, seguidme…

Cabalgo detras de Massi, nos hemos cambiado el traje de bano. Siento su piel y la del caballo. Lo abrazo y siento que me gustaria ser una salvaje. Ahora. Tocarlo asi, desde atras, en la oscuridad del pinar. Pero no puedo. Lo abrazo y lo beso en la espalda, calentandolo con mi aliento. Se vuelve y me sonrie.

– Eh -me susurra-, me entran escalofrios si haces eso.

– Quiero que sientas escalofrios… -Lo beso de nuevo.

El se rebela. Me rio y sigo besandolo. Alis pasa por nuestro lado. Nos mira y despues se aleja. Detras de ella va su novio. Montan dos caballos diferentes. El no nos mira. Estrecho a Massi entre mis brazos. El echa la cabeza hacia atras, ahora esta mas cerca de mi. Vislumbro su boca.

– ?Has sentido celos antes, mientras hablaba con Alis?

Permanezco con la cabeza apoyada.

– ?Deberia haberlos sentido?

– Si, pero sin motivo alguno…

– Entonces, no, no he sentido celos.

El caballo sigue avanzando con nosotros dos a lomos de el bajo la luna grande, en el silencio del pinar, entre otros caballeros que, como nosotros, cabalgan en la oscuridad. Massi me acaricia una pierna.

– Mejor asi.

Sonrio y finalmente me siento preparada.

– ?Massi?

– ?Si?

– Te amo.

Y lo estrecho entre mis brazos. Y siento que sonrie y que echa un brazo hacia atras para apretarme contra su espalda, para hacerme sentir considerada, querida… y feliz. Despues se vuelve hacia mi, risueno.

– Idem…

?No! ?No me lo puedo creer! ?Me lo ha dicho como Patrick Swayze enGhost! La historia mas bonita de este mundo. No se cuantas veces he llorado viendo esa pelicula. Solo que yo quiero ser feliz con el. Soy feliz. Y lo abrazo con mas fuerza, repitiendo para mis adentros: «Te amo, te amo, te am…», mientras nos perdemos en medio de la noche.

De modo que aqui estoy.

Esta manana.

Todo lo que os he contado sucedio durante el ano que acaba de pasar. Y soy feliz. Y a veces resulta verdaderamente dificil reconocerlo.

Voy en moto con las flores entre las piernas, protegiendolas para que su aroma no se pierda en el viento. Escucho musica con mi iPod. Solo per te, de Negramaro. Es preciosa. Conduzco lentamente entre el trafico fluido de esta fresca manana de julio. Es 18. Un dia que me resulta simpatico, quiza porque, de alguna forma, senala la madurez. Y hoy me siento dulcemente inmadura.

Me he comprado un vestido nuevo que, dado lo fino que es, veo revolotear entre mis piernas. Siempre he pensado que hay que ponerse cosas nuevas cuando se trata de un dia especial. Un acontecimiento, un examen o una fiesta, Y hoy estan sucediendo todas esas cosas a la vez.

?Solo espero que no me suspendan!

Llego a casa de Massi. Aparco la Vespa, pongo el candado, porque no se cuanto durara este dia… y, como una tonta, me echo a reir, me ruborizo por haber pensado eso, A continuacion me siento en un banco que hay alli cerca. Apoyo sobre el las flores, la bolsa con el capuchino en la botella, los cruasanes y los periodicos. Permanezco un rato asi, ligeramente adormecida, feliz y ensimismada, dejandome acariciar por el sol. Nada. No logro estarme quieta. Siento un gran desasosiego. En fin, sonrio una vez mas, es normal sentirse algo nerviosa, emocionada. Todo lo que no se conoce se desea con cierto temor. Esta me gusta. La frase le va como anillo al dedo a la situacion. Quiza ya la haya dicho alguien, pero prefiero pensar que la he inventado yo.

Abro el bolso y la anoto en mi agenda. A continuacion cojo el movil. Lo llamo. Nada. Esta apagado. Sonrio. Es cierto. Se habra acostado tarde. Miro el reloj. Son las 10.20. Me dijo que no lo llamase antes de las once. En estas cosas es muy preciso. En otras, no, pero en lo tocante a dormir, no atiende a razones.

Saco del bolso un espejito redondo. Lo abro y me miro en el. Compruebo si el ligero maquillaje que me he puesto se me ha corrido; a fin de cuentas, llevo dando vueltas por la calle desde las ocho de la manana. Y mientras me miro al espejo me parece oir a lo lejos que su porton se abre. Lo reconozco porque chirria un poco. Cierro el espejito y miro en esa direccion.

La plaza esta vacia. Hay algunos coches aparcados, pero en ese momento no circula ninguno. La unica persona que veo es un quiosquero que se encuentra a cierta distancia y que esta ordenando los periodicos. Eso es todo.

Me acomodo mejor en el banco, me yergo y miro mas a lo lejos. Me ha dado la impresion de oir un golpe en el porton. Me tapa un coche que hay justo delante de mi. Puede que me haya equivocado. Pero mientras lo pienso lo veo: Massi. Aparece delante del porton y abre la verja como si se dispusiera a salir. En cambio, se detiene, gira lentamente la cabeza a la derecha y acto seguido sonrie. Espera a que alguien salga. Esta tranquilo, sereno y feliz. ?Sera un vecino del edificio? ?Un amigo? ?De quien mas podria tratarse? Y en un instante mi corazon empieza a latir a toda velocidad, cada vez mas fuerte. Respiro entrecortadamente. Tengo miedo, debo marcharme, quiero marcharme… No, lo que tengo que hacer es quedarme. Me parece un sueno, no es posible. Massi esta ahi, completamente despierto. Y mantiene la verja abierta con una sonrisa en los labios. ?A quien va dirigida? Pese a que apenas pasan unos segundos, la espera se me hace interminable, a decir poco, una eternidad. Luego aparece ella. Camina con parsimonia. Alis. Se detiene al lado de el, junto a la verja.

Le sonrie. Se atusa el pelo como le he visto hacer mil veces y, lentamente, inclina la cabeza y se aproxima a el, poco a poco, cada vez mas. A mi me gustaria gritarle que se detuviera, decirle algo. Pero permanezco muda, soy incapaz de articular palabra. Solo logro mirar. Al final, veo que se besan,

Y yo me siento morir. Siento que me desmayo. Que desaparezco. Que me disuelvo en el viento. Permanezco asi, muda, con la boca abierta y el corazon despedazado. Aniquilada, Es como si el cielo se hubiese tenido de negro de repente, el sol hubiera desaparecido, los arboles hubiesen perdido sus hojas y alguien hubiera pintado los edificios de gris. Oscuridad. Oscuridad absoluta.

Como puedo, trato de recuperar el aliento. En vano. Me falta el aire, No logro respirar. Me siento desfallecer, la cabeza me da vueltas, se me empana la vista. Apoyo las manos en el banco, a mi lado, para sentirme sobre tierra firme.

Todavia viva.

Por desgracia encuentro la fuerza para mirar de nuevo hacia ellos. Veo que ella le sonrie. Que se marcha agitando la melena, alegre, como la he visto mil veces, pero en compania de Clod o mia. En mil fiestas, ocasiones, excursiones, en el colegio o en la calle. Nosotras, solo nosotras, siempre nosotras, las tres amigas del alma.

Alis sube a su microcoche. ?Como es posible que no me haya dado cuenta de nada antes? Me habria bastado eso para entender, para marcharme, para evitar esa escena, ese beso, ese dolor inmenso que jamas podre olvidar Sin embargo, hay ocasiones en que no ves. No ves las cosas que tienes delante cuando lo unico que buscas es la felicidad. Una felicidad que te ofusca, que te distrae, una felicidad que te absorbe como una esponja. No las ves. Solo ves lo que quieres ver, lo que necesitas, lo que te sirve, Y me quedo sentada en ese banco como si fuese una estatua, una de esas que hacen de vez en cuando para recordar algo. Si. Mi primera autentica desilusion, la mayor de todas.

Veo que Alis se marcha con el mismo coche con el que me ha acompanado a casa mil veces, en cuyo interior hemos compartido mil veladas y paseos por la playa, de un lado a otro de la ciudad, riendonos, bromeando, charlando de nuestras cosas, de nuestros amores…

Nuestros amores.

Nuestra promesa.

Nuestro juramento.

Nada nos separara nunca…

Jura que no nos separaremos jamas.

Miro hacia el porton. Massi ya no esta alli. Ha vuelto a entrar. Y entonces, casi sin saber como, como una

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