– Eh, ?habeis oido esta? Es la ultima de Jovanotti. Escuchad…
Y te canturrea un fragmento al pie de la letra. Es realmente increible. ?Como consigue recordar todas las palabras? En el colegio, en cambio, tiene poquisima memoria.
Gibbo insiste.
– Eh, ?de que estabais hablando antes?
– ?Antes cuando? -le responde Alis con altivez.
– ?Hace un segundo! Del tipo del movil que perdio Caro. Mira que lo he oido todo…
– Pero ?que dices? Te equivocas, aqui esta mi movil.
Y lo saco al vuelo del bolsillo. Jamas me habia parecido tan oportuno y fundamental tenerlo.
– ?Has visto como sueltas un monton de sandeces?
– Puede…
Gibbo no parece convencido, pero, por suerte, suena la campana y eso nos salva.
– Bueno, chicos, nosotras nos vamos. Eh. Gibbo, ?nos vemos esta noche en tu casa?
– Si…
– ?Por que no venis?
– Si, claro… -Y a continuacion, todas a coro-: ?A ver
– ?Eh!
Gibbo pone una cara extrana y comica. Y nosotras nos alejamos entre risas.
Una vez en clase, mando un mensaje a Alis con un dibujo. Una botella de champan con el tapon que sale despedido y muchas estrellitas: «?Ser tu amiga es como celebrar una fiesta todos los dias! Gracias.»
Ella me mira risuena y veo que escribe algo. De hecho, recibo un mensaje: «?Feliz no cumpleanos!»
A Alis le encanta esa pelicula. Quiza porque todos quieren a esa Alicia. Quiza porque vive en el Pais de las Maravillas y nunca esta sola. El dolor del amor. ?Hoy estoy muy poetica! Veo que Alis se ha puesto a escribir algo en su agenda, frenetica, como hace siempre cuando se le ocurre algo. De modo que ya no le mando nada mas y la miro de lejos sonriendo. M i amiga. Mi amiga mas querida. Ademas de Clod, naturalmente.
– ?Como ha ido en el colegio?
– De maravilla…
No me han preguntado en clase, me gustaria anadir, pero ?por que debo recalcar una cosa asi? Mi madre esta preparando la comida.
– ?Quereis un trozo de carne?
– ?Quienes estamos?
– Tu hermana y tu.
– Pero ?todavia no ha llegado a casa?
– Esta en su dormitorio.
– Ah…
Tengo que aprovechar ahora, antes de que venga. Solo quiero contarle a mi madre lo de Alis, hasta que punto es generosa y superfantastica mi amiga, ?el esplendido regalo que me ha hecho apenas se entero de lo del telefono!
Antes de que pueda decirle algo ella se vuelve, acalorada de la cocina, con el semblante risueno y una mirada benevola y maternal. Como solo alguien como ella puede ser. Ella, que trabaja duro. Ella, que se levanta pronto por la manana. Ella, que prepara el cafe para mi padre y el desayuno para nosotros y regresa a casa a la hora de comer y vuelve al trabajo por la tarde. Mi madre, que se esfuerza tanto, que es guapa, que jamas se va de vacaciones. Mi madre. Mi madre me parte el corazon cada vez que me mira.
– Mira lo que te he comprado…
Y lo pone sobre la mesa, nuevo, todavia dentro de la caja. El Nokia 90, el que tenia antes de que me robasen el otro, el sencillo, el que tiene las funciones basicas y no te permite hacer fotos. El que cuesta poco. Siento que el corazon se me rompe y no se que decir ni que hacer. Pero despues sonrio, y me sale del alma.
– ?Mama! Es precioso…, ?gracias!
La abrazo con todas mis fuerzas mientras el delantal, un poco humedo, se interpone entre nosotras. Y ella me acaricia el pelo y esta vez no me molesta. Cierro los ojos y me entran unas ganas incomprensibles de echarme a llorar.
– ?Sabes? Consegui escaparme del trabajo… Pedi permiso, me precipite a la primera tienda de telefonos que encontre alli cerca y te compre ese… ?Te gusta de verdad?
Me aparta un poco y me mira a los ojos, y yo me siento conmovida y asiento con la cabeza. Y ella entiende y me vuelve a abrazar.
– Solo que no quisieron darme la tarjeta SIM de tu numero; me dijeron que tenias que ir tu personalmente. ?Te das cuenta! No puedo hacer esa clase de cosas por mi hija. -Acto seguido se queda perpleja por un instante-. Quiza no me la dieron porque tenian miedo de que quisiera usar tu numero, que se yo, para leer tus mensajes. ?No saben que entre nosotras no hay secretos?
Y se separa de mi y se pone de nuevo a cocinar, de espaldas, con el pelo recogido en lo alto y dejando a la vista su largo cuello, donde revolotean varios mechones mas oscuros. A continuacion se vuelve con una bonita sonrisa en los labios, feliz de su regalo, de esa bondad que desearia no tener limites.
– ?Que querias decirme? ?Cual es tu sorpresa?
Y yo la miro un segundo con los ojos desmesuradamente abiertos, temerosos de decir una mentira y de que me descubra. Luego intento recuperar la calma, no decirle nada sobre Alis, sobre el telefono supercaro que me ha regalado. Y mejor que Meryl Streep, Glenn Close, Kim Basinger e incluso Julia Roberts, en fin, como una consumada actriz, le sonrio para no desilusionarla.
– ?Sabes que, mama?
– ?Que, carino?
– ?Me han puesto un notable!
Por la tarde, despues de comer.
He escondido el movil de Alis, es decir, mi telefono nuevo, he tenido que apagarlo porque, como buena actriz que soy, aunque no demasiado despabilada, no le he dicho que tengo ya la S1M, pese a que, en realidad, la tarjeta me la compro tambien Alis.
Discusion durante la comida con Ale, que, al ver que mi madre me ha regalado un telefono nuevo, ahora pretende cambiar el suyo.
– Pero, mama, entonces el mio… Mira, ?llevo la bateria sujeta con una goma!
Y yo, tonta de mi, he caido en su trampa.
– Si, pero funciona perfectamente, y con el puedes sacar fotografias…
Mi madre se preocupa.
– Pero ?por que lo dices, Caro?, ?con el tuyo no puedes?
– ?No, porque tiene poca memoria!
Alessandra no solo es absurda, sino que ademas sigue insistiendo.
– Ahora lo entiendo… Tengo que fingir que lo he perdido o que me lo han robado para conseguir uno nuevo…
– ?A mi me lo robaron de verdad! Pero ?es que crees que me invento esas cosas para que mama me regale un telefono?
O sea, que me pongo a discutir cuando ni siquiera ese es el problema. ?Ahora tengo dos moviles y no puedo decirlo!
La unica cosa positiva de Ale: me ha quitado las ganas de comer. Mejor, porque he decidido hacer un poco de dieta. Mi madre insiste para que coma; luego, al ver que no le va a servir de nada, me pela una manzana.
Mientras tanto, inmediatamente despues de la discusion, cuando Ale y yo ya no hablabamos, llega Rusty James. Se sienta en seguida a la mesa y se alegra de poder dar buena cuenta de mi plato de pasta Todavia esta caliente y humeante y, en realidad, no le corresponde, dado que no estaba previsto que viniera.
– Eh, ?que pasa? ?A que se debe este silencio? ?No es propio de vosotras!
Rusty tiene una manera absurda de comportarse, es decir, ?se presenta siempre cuando menos te lo esperas y logra decir, en el momento mas inoportuno, lo que no deberia decir! Ale se enfada y se va a su dormitorio, yo me como encantada la manzana y Rusty mi pasta. Mi madre regresa al trabajo tras hacerme una unica advertencia: