– No lo se -admite, derrotada.
Y para mi eso supone ya una gran victoria. Despues, trato de recuperar terreno.
– No, en una ocasion lei en
Lorenzo exhala un suspiro,
– Menos mal…
?A saber que deseo habra pedido!
Luego Corrado saca de su funda oscura, de piel, una guitarra ultimo modelo, segun asegura. Corrado Tramontieri es un tipo que viste de manera impecable. Bueno, al menos eso dice el. No hace sino vanagloriarse de sus elecciones y citar toda una serie de tiendas que yo, si he de ser sincera, no he oido mencionar en mi vida. Lleva unas camisas absurdas de rayas con un supercuello azul celeste con superdoble boton y unos punos del mismo color. Corrado Tramontieri es de Verona, dicen que el tambien es muy rico, pero a mi solo me parece muy desgraciado. En estas vacaciones le ha pasado de todo. Por mencionar solo una anecdota, el mismo dia en que le robaron el coche a su padre, mientras estaba en la heladeria que hay antes de llegar a Villa Borghese -donde venden unos helados que no es que sean mejores, son los mismos, pero cuestan un poco menos-, le birlaron la bicicleta. ?De forma que el padre y el hijo se encontraron en Villa Borghese y se lo contaron el uno al otro! Se abrazaron divertidos. Quiero decir que a ninguno de los dos preocupaba lo mas minimo el robo. A ver quien es el guapo que se atreve a negar que eso es un insulto a la pobreza.
– Esta guitarra la uso Alex Britti en su primer concierto.
Luego se queda pensativo y comprende que lo que acaba de decir no hay quien se lo crea.
– Quiero decir que es el mismo modelo…
– Ah…
Y empieza con unos acordes. A continuacion mira la luna como si buscase inspiracion. Permanece asi con los ojos cerrados, en silencio, delante de la hoguera que hemos encendido. Tengo la impresion de que no se acuerda de la letra. De ninguna cancion. Sea como sea, al final se encoge de hombros y se lanza.
– «Oh, mar negro, oh, mar negro, oh, mar ne… Tu eras claro y transparente como yo…»
Lo sabia, lo sabia. Es la misma que canto hace un ano. ?Y tambien el ano anterior! ?La verdad es que, con todo el dinero que tiene, en lugar de comprarse una bicicleta nueva se podria pagar algunas lecciones de guitarra!
Me acerco a Lore y se lo digo al oido:
– Creo que solo sabe esa…
El se echa a reir.
– Ven.
Me coge de la mano y tira de mi y casi nos caemos al fuego y nos quemamos y saltamos con las dos piernas y nos reimos y nos alejamos corriendo hacia la oscuridad de la noche, con la respiracion entrecortada a causa de la carrera, y me arrastra tras el y nos hundimos en la arena fria. Apenas puedo seguir sus pasos.
– ?Eh, ya no puedo mas!
Y, de repente, se detiene delante de una barca con una vela grande que esta apoyada alli, en unos caballetes, con la proa de cara al mar. Casi parece estar lista para adentrarse en el agua, hacia la oscuridad de un horizonte desconocido. Pero no es asi.
Lorenzo se apoya en el casco. Me acerco a el jadeando.
– Por fin… Ya no aguantaba mas.
E inesperadamente me atrae hacia si. Y me da un beso que me envuelve, que casi me rapta, me aspira, me succiona… Bueno, no se como explicarme… Todavia no tengo tanta practica. Pero, en fin, que se apodera de mi y me deja sin aliento, sin fuerzas y sin pensamientos. Y os juro que la cabeza comienza a darme vueltas, y entonces abro los ojos y veo las estrellas. Y por un instante veo pasar una luz por encima
– Por fin…
Lore aguza el oido y tambien el suspira entre dientes.
– ?Por fin que?
– Por fin has vuelto a besarme.
– Eh… -Me sonrie en la penumbra-. No sabia que te habia gustado.
Esta vez la que sonrie soy yo, y no se que mas decir. ?Claro que me gusto! Me gusto un monton. Quiza en ciertos casos es mejor no decir nada para no parecer banales, de modo que sigo besandolo tranquila. Como cuando una esta relajada, ?sabeis? Y me gusta porque siento que me acaricia lentamente en la mejilla, luego introduce su mano en mi pelo y yo apoyo mi cabeza en ella… ?Sabeis ese tipo de cosas que se ven en ciertas peliculas y que te gustan a rabiar? E incluso se oye una musica a lo lejos como la de Corrado, que siempre es la misma, una musica mas fuerte que la de cualquier discoteca. No me lo puedo creer. Han elegido para nosotros una cancion de Liga,
– ?Puedo? -me pregunta esbozando una sonrisa.
?Y que le dices en un momento similar? «Claro, por favor»… ?Claro, por favor? ?De eso nada! O: «Si, si, aprovechate»… ?Aprovechate? No, ?no puedo decirle eso! Es decir, un poco me lo imagino… Pero no se muy bien lo que de verdad esta sucediendo. Al final asiento a medias con un gesto de la cabeza. Y Lore no se hace de rogar. Acelera de repente y parece que le entra un hambre repentina y respira cada vez mas de prisa, de modo que casi empieza a preocuparme. Jadea, se agita, lucha con mi cinturon. Y al final gana la batalla e introduce la mano en mis vaqueros. Pero aqui frena de improviso, lo siento… y. por suerte, su mano esta caliente y se desliza por el borde de las bragas. Lore me da un beso mas largo, como si tratase de tranquilizarme y, despues, sin preambulos, mete del todo la mano.
Interrumpo mi relato. Bebo un poco de tisana. Bebo lentamente mientras las miro.
– ?Y entonces? -Clod esta nerviosisima.
Tambien Alis parece inusualmente atenta. -Si, si, ?y luego?
Clod me sacude los hombros con las manos hasta el punto de que casi me hace derramar la tisana.
– ?Venga! ?Adelante! ?Sigue!
Y come sin cesar todos los trocitos posibles de chocolate que encuentra en el plato, unas briznas minusculas que levanta apoyando sobre ellas sus dedos regordetes antes de llevarselas a la boca. Le sonrio.
– Y despues… me toco ahi.
– ?Ahi… ahi? -pregunta Clod abriendo asombrada los ojos, estupefacta. Apenas puede creer lo que acaba de oir.
?La verdad es que, a veces, es absurda!
Alis ha recuperado su autocontrol y da sorbos a su granizado con parsimonia, como si nada, como si todas las mananas escuchase un sinfin de cosas parecidas. A continuacion coloca el vaso en el platito con la mayor delicadeza. Luego me mira a los ojos.
– ?Y te gusto?
Clod la secunda al instante:
– Eh, si, si… ?Te gusto?