saldria al encuentro llevandoles tortas y jarros llenos de miel. ?Animales valientes y buenos como ellos! ?Por que los hombres no iban a hacer enseguida amistad con los osos?

Y una tarde aparecen en el horizonte las torres y las cupulas de la ciudad totalmente iluminadas, los blancos palacios, los maravillosos jardines. Pero delante de ellos, altisimos y espantosos como penascos, los muros de la fortaleza. Desde una torreta de angulo un centinela les divisa: «?Quien vive?», grito a toda voz. Y como los osos continuaban avanzando, disparo un tiro de fusil. Un osito de tres anos fue herido en una pierna y se desplomo sobre el polvo. Entonces todo el ejercito se detuvo, sorprendido y un poco atemorizado. Y los jefes se reunieron para tomar una decision.

Valor, osos. Hay que superar aun este obstaculo y despues todo habra acabado. Detras del castillo hay cosas para poder comer, beber y divertirse, y podria tambien suceder que en la ciudad se encuentre el hijo del Rey Leoncio, el osezno raptado por los cazadores en las montanas. Manana sera jornada de batalla. Manana por la noche, victoria.

Pero el castillo tiene altos muros, cada uno de ellos de tanto espesor como veinte de los corrientes; centenares de guerreros armados hasta los dientes estan en su puesto en lo alto de los bastiones; los canones muestran sus negras bocas por las troneras y el Gran Duque, que suele ser muy avaro, ha hecho distribuir a los soldados, para animarles, toneles de vino, aguardiente y cazalla, cosa que ni los mas viejos del lugar recordaban, ni siquiera en dias de fiesta nacional.

A las seis de la manana siguiente, las trompetas dieron la senal a una y otra parte. Los osos, cantando himnos patrioticos, se lanzaron al asalto. Pero, ?como? ?Como? ?Con escopetas y sables contra murallas de piedra y portones de hierro? Desde arriba hubo un crepitar de disparos, llamas, humo y gritos; aquello parecia el fin del mundo. Y alguien arrojaba incluso pedruscos desde lo alto de la fortaleza.

«?Adelante, mis valientes!», gritaba el Rey Leoncio, animando a la lucha.

Pero era gritar en balde. Uno a uno caian en torno suyo los mejores guerreros, exhalando el ultimo suspiro. Los famosos osos de la montana caian como moscas y Leoncio mismo no tenia ni idea de como se las iba a arreglar. Algunos, clavando las unas en las grietas, intentaban escalar por las esquinas; subian diez o quince metros, despues una bala les hacia caer.

Un completo desastre.

Y entonces, ?por que en el dibujo, que ciertamente corresponde a la verdad, se ve, por el contrario, a los osos alcanzar la cima de las murallas y algunos hasta los tejados de la fortaleza, por encima incluso de los soldados granducales? ?Por que en el dibujo parece que los osos estan a punto de vencer? ?Por que, pues, esta guasa?

Porque mientras, han pasado siete dias, esta es la razon, y los osos, despues de haberse batido en retirada de mala manera en el primer intento, se han preparado para un segundo asalto. Un viejo oso, llamado Frangipan, especialmente versado en artes mecanicas, fue hasta el Rey y le dijo:

«Majestad, las cosas se ponen mal. En la primera batalla nos han sacudido. En la segunda nos pasara igual, Majestad…»

«Lo se, querido Frangipan», respondio Leoncio. «Mal, muy mal».

«Nos hemos ganado una tunda con toda la razon», repitio Frangipan, que no gastaba tantos cumplidos, «y nos ganaremos otra, a menos que…»

«A menos que… ?que cosa?»

«A menos que encontremos una cincuentena de osos que no padezcan vertigo. Ven a ver, Majestad. He fabricado una cosilla…» Y le llevo a verla.

En un rincon apartado, el ingenioso Frangipan, con trastos encontrados por aqui y por alla durante el viaje, habia montado un taller y fabricado algunas extranas maquinas. Habia un mortero inmenso, por cuya boca podia entrar un ternero con todos sus cuernos, habia una catapulta gigantesca, habia larguisimas escalas y muchas otras diabluras.

«Con estas cosas», dijo Frangipan despues de haber explicado su uso, «veras la que podremos organizar».

***

Y, en efecto, la organizaron. Cuando los osos volvieron al ataque, el Gran Duque ni se movio de sus habitaciones para ver que pasaba, tan seguro estaba de que serian definitivamente derrotados; al contrario, se cambio de uniforme, poniendose uno blanco con bordados plateados y violetas, porque aquella noche tenia la intencion de ir al teatro. Se limito a ordenar una nueva distribucion de bebidas a los soldados con el fin de que avivaran su valor.

Vino y aguardiente, sin embargo, no fueron suficientes hasta la manana. Porque vosotros mismos os dareis cuenta de lo que paso:

Dispara el gran canon

y fuera va un oso como una exhalacion

montado sobre la bala

como si fuera en una cabalgata

(lo mismo que en otra epoca habra de contarse

del famoso baron de Munchausen).

Mirad ahora la catapulta

como a un segundo oso impulsa

(?no habra pasado algo malo

en el cucharon preparado?)

Asi, ?sale proyectado

hacia la inmensidad de lo creado!

Vuelan como pajaros alados

por encima de los tejados.

?Y las escalas? Sube por algunas

como cangrejos en salud.

Alguna se hace astillas

y los que caen se hacen tortilla.

(Vereis abajo, a la derecha

algunos grupos derrotados.

Hay un guerrero con un golpe en la cabeza

que se ha quedado algo atontado;

pero estara dentro de poco

lanzandose al ataque como un loco.)

Moraleja: el cerco

tendra exito cierto.

Mientras el mando del castillo hace consultas,

27 lanza la catapulta.

Otros 23 dispara el canon

y suben por la escalera en proporcion.

Los granducales, ebrios y alcoholicos,

no obedecen los mandatos diabolicos.

Con demasiado aguardiente en la barriga

han perdido la osadia.

Explicarlo mejor quisiera;

uno grita: «?Salvese quien pueda!»

Otro escapa, y desde el edificio

otro se lanza al precipicio.

Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату