– A mi, obviamente. De manera que ahora soy yo quien decide sobre estos asuntos. Lamento que te lo tomes a mal, pues me gustaria que te quedaras. De verdad, Caroline. A la larga, Tommy hara los cambios que crea apropiados, pero te doy mi palabra de honor de que, mientras tenga una participacion mayoritaria en la emisora, habra trabajo para ti.

Asintio con la cabeza y bajo la vista. Estaba claro que no tenia nada mas que decir. Asi que me levante y me dirigi a la puerta.

– El caso es que no tengo hijos y, curiosamente, nunca he poseido un negocio en su totalidad. Al poner a Tommy al frente del canal… bueno, de ese modo se convierte en una empresa familiar. Y la idea me gusta. Mi sobrino pronto sera padre. Estoy seguro de que lo entiendes.

Regrese a mi despacho. Unos minutos mas tarde oi a Caroline cerrar la puerta del suyo y alejarse por el pasillo en direccion al ascensor. Suspire aliviado. Ya estaba hecho. Era libre para irme a casa.

26

Un final

A la larga, todas las historias, con sus respectivas personas, confluyen en una.

Tengo buena memoria y una mente despierta, pero ha habido ocasiones en que me ha costado dar con los nombres en estos recuerdos, y hasta debo admitir que ha habido unos pocos personajes -por ejemplo, algunas madres de los distintos Thomas- a quienes me he visto obligado a adjudicarles un seudonimo o excluirlos por completo. Es demasiada gente para acordarse, y doscientos cincuenta y seis anos es mucho tiempo.

De todas formas, la mayoria estan muertos. Jack Holbyy yo logramos huir de Inglaterra y viajamos a Europa, donde nos separamos al cabo de unos meses. Jack se marcho a Escandinavia y nunca mas tuve noticias de el. Me alegra no haberlo traicionado, mientras que la muerte de Dominique siempre me ha producido un sentimiento contradictorio. Hay ocasiones en que comprendes que quieres a alguien que no es digno de tu amor. A veces se crean lazos inexplicables que no pueden romperse ni siquiera cuando el ser amado traiciona la confianza que habias depositado en el. Otras, el objeto de tu amor esta ciego a tus sentimientos, y no eres capaz de encontrar las palabras para explicarlo.

Tomas, el hermano que deje atras al huir de Inglaterra, crecio en casa de los senores Amberton y unos anos despues se reunio conmigo en Munich, donde yo tenia una casa. Alli se inicio en la profesion de atracador de bancos, que no le duro mucho, pues murio aporreado por un cajero el mismo dia enque cumplia veintitres anos. Quiza deberia habermelo llevado conmigo cuando era nino, tal como habia planeado en un principio.

He cometido muchos errores en mi vida, pero por lo menos al final he tenido un acierto, pues Tommy sigue vivo. Mi sobrino empezo a trabajar el dia despues de Navidad, y desde entonces ya ha venido a verme con mas de una docena de buenas ideas para el futuro. Oficialmente, estoy retirado. Sin duda lo hara bien.

Mis planes para ese dia no eran gran cosa. La ciudad bullia de actividad por los preparativos de la Nochevieja y yo no tenia ninguna intencion de sumarme a la cohorte de borrachos, profetas, terroristas y plebeyos que sentian ese impulso repentino de senalar un momento en el tiempo junto a otros ejemplares de su especie. Me imaginaba la escena a la perfeccion, pues la habia vivido infinitas veces.

Habia sido testigo del cambio de siglo en dos ocasiones, y ahora estaba a punto de presenciar el tercero. Nunca me canso de vivir. En la actualidad a la gente le cuesta imaginar como sera el mundo dentro de cien anos, como si el progreso hubiera llegado a su limite. Cuando naci, la gente viajaba en carros tirados por caballos, y ahora vamos a la luna. Escribiamos con pluma y papel y nos comunicabamos por medio de cartas. Ahora ya no. Hemos hallado una manera de escapar de lo que garantizaba nuestra existencia: la vida en este planeta.

De modo que sali a dar un paseo. Me puse el abrigo y la bufanda, pues habia llegado el invierno y hacia mucho frio, escogi un baston -un regalo de bodas de mi prometida, la secretaria de Bismarck, con motivo de mi octavo matrimonio- y me aventure por las calles de Londres. Decidi andar unas horas, hasta que me cansara. Atravese Charing Cross Road en direccion a Oxford Circus y luego camine hacia Regents Park y el zoo, que no habia visitado desde hacia anos. Doble hacia Kentish Town y tome un sandwich y una cerveza en un pub decorado para las fiestas navidenas. Habia tres mesas dispuestas en fila, a una delas cuales se hallaba sentada una pareja de ancianos, ensimismados en la comida y felices de su compania mutua y silenciosa. Otra mesa estaba ocupada por un matrimonio de mediana edad; se los veia estresados y cansados. En la tercera mesa, una pareja de adolescentes, vestidos y peinados a la moda, reian, bromeaban, se tocaban y besaban. En un momento dado el chico rozo uno de los pechos de la joven, que le dio un golpe en la mano y la aparto entre risas. El le saco la lengua con una sonrisa. Coloco la punta del pulgar en su nariz y agito el resto de los dedos histrionicamente. Se echaron a reir de nuevo, y yo con ellos.

Pasee por Camden Town en direccion a Saint Paneras y alrededor de Russell Square y Bloomsbury, donde habian cubierto un pequeno parque con una lona enfrente de un enorme hotel de ladrillo rojo en prevision de las celebraciones de la noche. Finalmente llegue a Tottenham Court Road, hacia Whitehall, y me interne en Saint James Park, donde empezaba a reunirse la muchedumbre. Era la senal que esperaba para volver a casa a toda prisa. Al llegar al Queen Victoria Memorial me detuve y mire el palacio unos instantes, al tiempo que recordaba mis tres visitas, un idilio espantoso y a los personajes que habia visto ocupar aquel edificio que encaraba el milenio con cierto nerviosismo. Y al regresar a mi casa de Piccadilly deje a mis espaldas el siglo XX, esos dos sencillos numeros romanos que parecian sugerir progreso, revolucion, esperanza y ambicion mas que cualquier otro, y me prepare para dejar paso a su sucesor.

Hacia las seis de la tarde sono el telefono. Levante el auricular con prevencion, preparandome para rechazar cualquier invitacion de ultimo momento. Era Tommy, que llamaba desde el hospital en que habia estado en coma unos meses antes.

– Felicidades -dije cuando me dio la feliz noticia-. ?Como esta Andrea?

– Cansada, pero se recuperara pronto. No fue un parto dificil. Bueno… al menos para mi.

Rei.

– Me alegro mucho por vosotros.

– Gracias, tio Matt. Oye, te agradezco mucho todo lo que has hecho por mi, de verdad. Es un nuevo comienzo. Siento que mi vida empieza hoy. He dejado la serie y he recuperado la salud. Tengo una familia y un buen trabajo. -Hizo una pausa y no supe que decir. Tommy estaba claramente agradecido, y haberlo ayudado por una vez me llenaba de satisfaccion-. Muchas gracias.

– De nada. ?Para que estan los tios sino para echar una mano a sus sobrinos? Dime, ?como lo llamaras? ?Sabes?, no hemos usado el simple nombre de Tom en unos ochenta anos. ?Que te parece? O quiza Thomas. ?Te suena demasiado formal para un bebe?

Tommy solto una carcajada.

– No creo que le pongamos ninguno de los dos.

Parpadee sorprendido.

– Pero ?es la tradicion! -proteste-. Todos tus antepasados han llamado a su…

– Estamos pensando en ponerle Eve.

– ?Eve?

– Si, es una nina, tio Matt. Lamento decepcionarte, pero hemos tenido una nina. Me temo que he roto el ciclo. ?Crees que podras relacionarte con una sobrina para variar?

Rei con ganas y negue con la cabeza.

– Bueno, la verdad es que… -Hice una pausa, atonito por la noticia-. ?Una nina! No se que decir.

Colgue el auricular y permaneci inmovil unos segundos, perdido en mis pensamientos. No me esperaba una nina, pero me parecia bien. Estaba contento por Tommy y por Andrea. Era un comienzo, un nuevo linaje. Quiza en

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